La Jornada

El Correo Ilustrado

Anaya, AMLO y la inversión amenazada

E

l candidato Ricardo Anaya precisó ayer en San Luis Potosí por fin en qué consiste el peligro, dijo: Andrés Manuel es una amenaza para la inversión.

Más que amenazada, la inversión productiva, que es el motor del crecimiento económico, está inhibida en México desde hace más de tres décadas. No ha habido un ambiente económico y social que la estimule. No ha sido por falta de recursos financieros. Enormes cifras se han generado en el país o han pasado por él, pero se han fugado al extranjero o a la especulación.

A la falta de inversión se debe el lento crecimiento de la producción, del empleo y el atraso técnico traducido en falta de competitividad. El pequeño grupo de potentados asociados al poder del Estado, que de nuevo hoy financian la guerra sucia contra el candidato que enarbola una alternativa al modelo económico que ellos dominan, es el gran beneficiario. Se genera un gran excedente, no tanto por el aumento de la producción ni de la productividad, sino por una distribución cada vez más inequitativa del excedente, que al no tener estímulo para su inversión se va a la especulación o a la fuga. A ese grupo se enfrenta AMLO, no a los millones de empresarios, sobre todo medianos y pequeños, que son los que más empleo generan y los que más necesitan incrementar la inversión. Estos empresarios son también víctimas del pequeño grupo de la élite económico política (por no decir mafia). Porque el principal estímulo a la inversión productiva es la expectativa de un mercado interno en ascenso, el cual está contraído por la forma en que el ingreso se concentra en unas cuantas manos. El otro gran inhibidor de la inversión es el ambiente de terrible inseguridad que este modelo económico y la corrupción política han propiciado, con la exclusión social, la pobreza y la devastación de regiones enteras del país.

¡Inversión sí, oligarquía no! ¿Acaso para fomentar la inversión debemos seguir soportando una economía de compadritos?

Felipe Zermeño López