viernes, 25 de mayo de 2018

Nueva represión a Nestora, defensora ejemplar

Gabriela Rodríguez
S
i alguien ha defendido de manera ejemplar a víctimas de derechos humanos, es Nestora Salgado. En reconocimiento a este papel, el 15 de octubre de 2017 ella recibió el premio Carlos Montemayor por defender los derechos humanos. El caso es ampliamente conocido, lo recordé hace un mes en colaboración anterior (La Jornada 13/04/18). Como comandante de la Policía Comunitaria de Olinalá, Guerrero, de regreso como emigrante a Estados Unidos, ella arrestó a políticos y delincuentes del crimen organizado que no solamente se beneficiaban de la venta de drogas, sino que violaron a jovencitas, producían y vendían videos porno de niñas y niños menores de nueve años, secuestraron y asesinaron a ciudadanos, incluyendo a representantes de los pueblos originarios de la Montaña. Estos delincuentes fabricaron el gravísimo delito de secuestro a Nestora y compraron voluntades para encarcelarla durante dos años y ocho meses.
Por falta de elementos probatorios, hace un año Nestora fue declarada inocente. Sin embargo, en el debate presidencial del pasado 20 de mayo José Antonio Meade la declaró culpable de secuestro y extorsión.
Por fortuna hoy existe Verificado, una asociación civil que revisa la verdad o falsedad de las afirmaciones de los contendientes de la campaña electoral. Verificado confirmó lo que ya sabíamos, que: “los expedientes de los juicios penales seguidos entre 2013 y 2016 contra Nestora Salgado –candidata al Senado de la República por Morena– muestran que la ex comandante de la Policía Comunitaria de Olinalá, Guerrero, recuperó su libertad al concluirse que, en todos los casos, el Ministerio Público no tenía pruebas para demostrar que había cometido los supuestos secuestros que se le imputaron. Incluso, hubo jueces que fueron más allá en su análisis de los hechos y concluyeron que los supuestos secuestros que se le atribuyeron fueron, en realidad, ‘detenciones legales’ realizadas por la Policía Comunitaria de Olinalá, y no acciones personales, además de que el cobro por la liberación de esos detenidos no se trató de un ‘rescate’, sino de una ‘fianza’”. Estos son los argumentos asentados en las resoluciones de los jueces, quienes no plantean –contra lo afirmado por José Antonio Meade–, que la liberaron por fallas de la policía o por errores en el debido proceso. El juez que llevó el caso concluyó que los actos que se le imputan a Nestora Salgado García se entienden como una detención y no como un secuestro. Su liberación fue también ordenada por el Grupo de Trabajo sobre Detención Arbitraria de las Naciones Unidas, la cual declaró entonces que la detención de Nestora había sido arbitraria e ilegal.
Además de revictimizarla al juzgarla como culpable, sin tener la menor atribución para hacerlo, José Antonio Meade falta a la ética y a la verdad con gran irresponsabilidad. En estos días Nestora está siendo amenazada de muerte en llamadas telefónicas, han colocado cabezas de perro frente a su casa de Olinalá, donde hoy vive su hija, y balearon esa fachada después del debate en que el candidato del PRI la inculpó. Que quede en la conciencia de Pepe Toño: si algo me pasa a mí, a mi familia, a mis hijos, a mis nietos, a mis compañeros y a toda la gente de Olinalá, afirmó, la defensora en conferencia de prensa.
Con la misma irresponsabilidad, mujeres dirigentes del PRI salieron el día de ayer en defensa de Meade y en contra de Nestora: Claudia Ruiz Massieu, Ana Lilia Herrera, Mariana Benítez, Diva Gastélum y Beatriz Paredes. La vocera del grupo, Vanessa Rubio, afirmó: lo que se tiene que hacer en este país es vivir en un verdadero estado de derecho, donde se cumplan las leyes y donde se haga justicia a las víctimas. Por cierto: ¿Cuándo hemos visto a José Antonio Meade, o a esas dirigentes del PRI defender a alguna víctima de derechos humanos? ¿Acaso hicieron alguna rueda de prensa en apoyo a los familiares de los jóvenes normalistas desaparecidos en Ayotzinapa? ¿Acaso defendieron a las supuestas víctimas de Nestora cuando fue liberada?
Es increíble, y hasta ofensivo, que dirigentes del partido gobernante hoy quieran adjudicarse el dolor de las víctimas, un partido que llevó país al más alto índice de homicidios y delitos del crimen organizado. El presidente de la CNDH condenó esta semana la violencia contra los candidatos a puestos de elección popular como es el caso de Nestora Salgado y llamó a evitar comentarios sobre culpabilidad sin tener pruebas legales.
Morena ya presentó ante el INE una queja y solicitud de activación del protocolo para atender la violencia política contra las mujeres, en favor de la candidata plurinominal al Senado Nestora Salgado García, ante los señalamientos del candidato José Antonio Meade, durante el segundo debate presidencial. Porque le atribuyó a Salgado García hechos falsos consistentes en extorsión y secuestro, y desató actos de violencia que ponen en riesgo la vida e integridad de la candidata y de su familia. Urge que se detengan esas descalificaciones.
Me queda claro con esa calumnia, que lo que Meade busca es quitarle votos a López Obrador y a Morena, en el país y en el estado de Guerrero, donde las encuestas para la Presidencia, el Congreso y el Senado colocan a este partido con más de 15 puntos de ventaja. El PRI calcula mal, porque con esas imputaciones perderá los votos de quienes se identifican con Nestora: miles de migrantes en Estados Unidos (donde un sondeo le da más de 80 por ciento de votos a Andrés Manuel), miles de mujeres violentadas, miles de electores indígenas y de pueblos originarios, cientos de defensores y periodistas, y miles de víctimas, amigos y familiares que han sido víctimas de políticos corruptos y de delincuentes del crimen organizado.
Twitter: Gabrielarodr108

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