Los de abajo

Criminalización de la protesta

Gloria Muñoz Ramírez

L

os dos se llaman Fernando, los dos son jóvenes, los dos luchadores sociales y los dos son considerados presos políticos. Fernando Bárcenas fue acusado de incendiar el árbol de navidad de la Coca Coca durante una movilización contra el alza al servicio del Metro, y tras un arduo proceso fue liberado el pasado 12 de junio, luego de cuatro años y medio de prisión; mientras que Luis Fernando Sotelo permanece en la cárcel, acusado de ataques a la paz pública y a las vías de comunicación durante una movilización por los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa. Los dos ejemplifican la criminalización de la protesta, de la juventud y de la lucha social en Ciudad de México.

Justo esta semana, Luis Fernando Sotelo recibió un revés en su proceso. Sentenciado en primera instancia a la ridícula suma de 33 años y 5 meses de prisión, se consiguió vía apelación la reducción a 13 años 15 días, y posteriormente, a través de un amparo, se logró que le quitaran el delito de daños y se redujera su condena a 4 años 8 meses y 4 días. Se metió otro amparo contra esta nueva sentencia, pero le fue negado el lunes pasado.

En una carta fechada el 14 de junio, Luis Fernando cuenta que solicitó la aplicación de la Ley de Amnistía, pero también le fue negada. El juez Ubando López, dice Sotelo en su misiva, me niega un beneficio que por derecho debería gozar de manera inmediata, para así poder salir del reclusorio. Los argumentos del juez hablan por sí solos de la intención de mantenerlo preso: Los daños al metrobús, aunque yo ya no tengo sentencia por el delito de daño a la propiedad, y que la Ley de Amnistía sólo excluye a las personas condenadas por un delito patrimonial. Y la segunda razón es que no se le considera detenido durante una manifestación, porque dice que en mi declaración yo negué participar en alguna acción de protesta. Esto es importante porque demuestra la ilegalidad del criterio del juez, dado que valida mi declaración para negarme el beneficio de la amnistía, pero durante el juicio desecha mi declaración para sentenciarme como responsable.

Libertad inmediata a Luis Fernando Sotelo es lo que procede.

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