sábado, 7 de julio de 2018

Tecnología avanzada y denuncia anónima en lucha anticorrupción, ofrece Irma Sandoval

Impulsará una nueva ética

La candidata para encabezar la Secretaría de la Función Pública esboza plan de cinco puntos contra el flagelo
Fernando Camacho Servín
 
Periódico La Jornada
Sábado 7 de julio de 2018, p. 5
A pesar de avances legales e institucionales en lucha contra la corrupción, México es el tercer país que exporta más capitales ilícitos, sólo detrás de China y Rusia. Esto ocurre en gran medida porque las autoridades se dedican a simular que combaten el fenómeno, señala Irma Sandoval, quien fue propuesta por Andrés Manuel López Obrador para ocupar la Secretaría de la Función Pública (SFP) durante su gobierno.
En entrevista con La Jornada, la investigadora universitaria afirma que para erradicar la corrupción, pondrá en marcha un programa basado en cinco líneas de acción, entre ellas utilizar los últimos avances tecnológicos para monitorear el buen uso de los recursos públicos, controlar la asignación de contratos de obra pública mediante vigilancia social y ciudadana, y auspiciar la denuncia anónima de actos de cohecho, incluso mediante recompensas.
Irma Eréndira Sandoval Ballesteros es investigadora del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y coordinadora del Laboratorio de Documentación y Análisis de la Corrupción y Transparencia de esa casa de estudios.
Es doctora en ciencia política por la Universidad de California en Santa Cruz, maestra en estudios latinoamericanos y licenciada en economía por la UNAM, y en sociología por la Universidad Autónoma Metropolitana. Trabajó durante dos años y medio en el Edmond J. Safra Center for Ethics (el centro de estudios sobre corrupción de la Universidad de Harvard).
–¿De qué magnitud es el fenómeno de la corrupción en México?
–Hemos tenido avances políticos y legales, pero no hemos logrado acabar con ella. Así como hemos avanzado en institucionalizar la transparencia, subimos en corrupción, y esa es la paradoja que me comprometo a combatir al instaurar una nueva ética pública de trabajo.
–Especialistas indican que la corrupción equivale a 10 por ciento del producto interno bruto (PIB), ¿es así o es un fenómeno más grande?
–Es un cálculo conservador. La corrupción, vista como los costos que a las familias y a los empresarios les implica solucionar sus problemas, es más o menos equivalente a 10 por ciento del PIB, pero la corrupción mayor, como en los casos de Odebrecht, la estafa maestra o la narcopolítica, se lleva una tajada infinitamente mayor, y además está impune.
A escala internacional, nosotros somos el tercer país exportador de capitales ilícitos [lavado de dinero, trata de personas y tráfico de órganos, entre otras cosas desgarradoras], con 514 mil 300 millones de dólares en los últimos siete años, sólo detrás de China y Rusia.
–¿Por qué no han funcionado todas estas leyes y sistemas contra la corrupción?
–Hay mucha simulación. La corrupción se entiende a partir de estructuras, de pirámides, de familias políticas, de jefecillos y de caciques. Por eso hay que instaurar una nueva ética donde prevalezcan el trabajo y los méritos.
–¿Cuál es la estrategia que pondrá en marcha desde la SFP contra la corrupción?
–Una es el uso de nuevas tecnologías para su combate. Hay incentivos tecnológicos importantísimos en el sector privado para evitar co­rrupción y en el público deberíamos tenerlos también. Queremos hacer una restructura tecnológica con seis sistemas de información que van a confluir en la plataforma digital nacional.
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▲ La investigadora Irma Eréndira Sandoval al hablar con La Jornada este jueves.Foto Roberto García Ortiz
“Esto se vincula con el segundo proyecto, que es centralizar las compras públicas, pero sin que haya un divorcio con la sociedad, sino con una transparencia total a través de medidas de control social y vigilancia en tiempo real.
“La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico señala que 57 por ciento de los sobornos a escala internacional se va en compras públicas. En México las dependencias con mayor riesgo de corrupción en contrataciones, adquisiciones y compras, son las que tienen que ver con infraestructura, energía y salud.
“Por eso Andrés Manuel López Obrador le está apostando al llamado sector social de la economía, para priorizar y dar auspicio a la inversión nacional, no sólo con los inversionistas nacionales grandes y consolidados, sino también con las cooperativas y las empresas ­familiares.
También hay que hacer nuevas empresas estatales y paraestatales para sustituir o restructurar a Liconsa, Progresa y la Secretaría de Agricultura. Tendríamos que fundar una nueva empresa que se dedique a la compra y distribución de alimentos de canasta básica.
–¿Qué pasará con las asignaciones directas de contratos de obra pública?
–Las asignaciones directas no son ilegales, sino que en muchas ocasiones son inmorales. Va a haber cero tolerancia a las asignaciones directas excesivas, abusivas e inexplicables, pero se tendrán que usar como la excepción. Las normas no las impiden e incluso las recomiendan en algunos casos muy específicos que iremos estudiando caso por caso.
–¿Qué van a hacer en casos emblemáticos, como Odebrecht, la triangulación de contratos desde Sedesol y Sedatu o los contratos del Nuevo Aeropuerto y de la reforma energética?
–Eso se vincula con nuestro tercer proyecto, que es el auspicio y desarrollo de la denuncia ciudadana. Tenemos que generar ejércitos de ciudadanos denunciantes de todos estos esquemas, dándoles anonimato y garantías laborales a quienes delaten actos de corrupción, y tal vez recompensas a quienes nos ayuden a recuperar la riqueza de todos.
–¿Qué tanto se ha arraigado la corrupción en la sociedad mexicana, hasta el punto de naturalizarse?
–Los resultados de esta elección muestran que la gente no es cínica y no está acostumbrada a la corrupción. La población mexicana es muy estoica, y eso no debe ser confundido con indignidad, cobardía o cinismo.
–¿Están dispuestos a encarcelar a amigos y familiares, si es necesario?
–Sí. López Obrador tiene toda la convicción y lo ha dicho: Me va a doler mucho, pero aplicaré la justicia a los cercanos sin que me tiemble la mano, y yo también lo voy a hacer. Incluso nos ha dado la instrucción de trabajar en la reforma al artículo 108 constitucional para quitarle el fuero al Presidente.
–¿Cuánto tiempo es razonable para empezar a dar resultados?
–Hay ideas y claridad de lo que hay que hacer, pero se necesita mucha parsimonia para hacerlo de forma transparente y limpia. Nos va a tomar tiempo y cuidado, pero ya tengo la tarea y el compromiso de que en la próxima evaluación de Transparencia Internacional demos un brinco fortísimo (desde el lugar 135 de 180 países).

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