jueves, 9 de agosto de 2018

México SA

Con neoliberales, avance ínfimo // Menor crecimiento en 66 años
Carlos Fernández-Vega
E
n materia económica, entre otros muchos renglones, los seis gobiernos neoliberales resultaron un verdadero fracaso que se resume en un crecimiento raquítico y, por ende, en un desastre social y lo que –en promedio– cualquiera de ellos avanzaba en un sexenio, en el México premoderno se lograba, cuando mucho, en dos años.
Como bien lo subraya el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC, de cuyo análisis se toman los siguientes elementos) desde 1982 el país ha registrado la menor tasa de crecimiento en los pasados 66 años. El incremento del producto interno bruto (PIB) alcanzado entre 1953 y dicho año fue superior a 6 por ciento; ninguna administración federal tuvo un registro menor a dicha tasa.
Dado lo anterior, el principal reto económico de la siguiente administración será romper el círculo vicioso provocado por un modelo basado en el estancamiento estabilizador, de ajuste fiscal restrictivo que ha provocado el sacrificio de la inversión pública y privada. Para superar el desafío se deberán aplicar nuevos esquemas de política económica, el modelo actual ya ha mostrado sus límites: entre 1983 y 2018 el promedio de incremento anual del PIB es de sólo 2.3 por ciento. Entre 1953 y 1982 fue de 6.3 por ciento.
La instrumentación del modelo de apertura económica tuvo contradicciones básicas: se redujo la inversión pública de 11 por ciento como proporción del PIB en 1981 a sólo 3 por ciento en 2017. Por el contrario, se mantuvo el consumo público. En términos generales, la inversión total representa 20 por ciento del PIB, mientras en las naciones asiáticas de mayor crecimiento supera 30 por ciento y en China es de47 por ciento.
Tampoco se atendió el problema de baja productividad: de acuerdo con el Inegi, entre 1991 y 2016 se contabilizó un retroceso en la productividad total de los factores, un hecho vinculado con la baja capacidad de innovación tecnológica y deficiencias en la calidad del sistema educativo.
Los límites del modelo llegan a las solicitudes de patentes: mientras en China hubo 1.3 millones en 2016, la cifra para México fue de sólo 17 mil. Además, menos de 10 por ciento eran de mexicanos, de las cuales se aprobaron cerca de 500.
El mayor rezago en competitividad se encuentra en las institucionespúblicas, donde México se coloca en lugares similares a países de África o denostados por la guerra. Ello muestra que el modelo de apertura económica y sus criterios de eficacia no fueron aplicados al sector público, solamente al privado al que se expuso a una mayor competencia sin contar con el apoyo de una administración pública eficaz, transparente y libre de corrupción.
Se podría argumentar que parte de las fallas del modelo económico son atribuibles a la herencia que dejó la administración de 1976-1982, sobre todo en materia de endeudamiento, inflación y corrupción. Si bien es cierto que ello ocurrió, también lo es que ya transcurrieron 32 años desde la entrada de México al Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT, por sus siglas en inglés) y se inició el ambicioso proceso de apertura económica que no repercutió en el incremento de las capacidades productivas internas.
Parte de ello es porque se incurrió en las contradicciones referidas, pero también porque se confundió la política industrial con la comercial, se desvirtuó la función de la banca de desarrollo, se negó la necesidad de incrementar el contenido nacional de las exportaciones y de los encadenamientos productivos que ello implica.
El mensaje es claro: el modelo de apertura económico no alcanzó el éxito en materia de crecimiento que sí tuvo la estrategia de política económica previa.
Así, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador deberá corregir todo lo anterior si desea un mayor crecimiento económico y desarrollo social. De otra forma la inercia del modelo actual terminará por limitar su alcance.
Las rebanadas del pastel
Pues nada, que habemus Preciso y falta poco para la toma de posesión.
Twitter: @cafevega

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