viernes, 8 de noviembre de 2019

México SA

FMI: bipolaridad analítica // PIB: aceleración modesta
M
uchos, aunque no muy variados, son los videntes financieros que a lo largo de este desinflado 2019 –tal cual lo hicieron en años previos– se han dedicado a recortar la expectativa mexicana de crecimiento económico, y entre ellos ha destacado el Fondo Monetario Internacional, que no ha desperdiciado oportunidad para proceder en tal sentido.
Informe tras informe, reporte tras reporte, el organismo financiero aplica tijeretazos y subraya los peligros que, a su juicio, enfrenta la economía nacional, entre ellos, según dice, la incertidumbre política interna (léase Andrés Manuel López Obrador y sus 30 millones de votos) y la desaceleración global.
A la baja todo, pues, pero algo sucedió entre los genios del FMI que ahora consideran la posibilidad de que el crecimiento de la economía mexicana se acelere modestamente a corto plazo y se sitúe en 0.4 por ciento en 2019, a medida que las políticas macroeconómicas se vuelvan menos contractivas, y proyecta que el crecimiento se recupere a 1.3 por ciento en 2020, sustentado por el fortalecimiento del consumo y a pesar de la persistente debilidad de la inversión.
Será que tiene otros datos o que limpió su bola de cristal, pero el hecho es que en su más reciente evaluación y análisis de la economía mexicana (fechado el pasado martes y del que se toman los siguientes pasajes) el FMI destaca que el compromiso de las autoridades con la prudencia fiscal es sólido, la política monetaria ha tenido éxito en lograr que la inflación converja al objetivo, y la supervisión y regulación del sector financiero continúan siendo robustas. El tipo de cambio flexible desempeña un papel clave para facilitar el ajuste de la economía.
De acuerdo con el organismo, la posición externa de México se mantiene en términos generales consistente con fundamentos macroeconómicos y un marco de políticas deseables a mediano plazo; se prevé que el déficit de la cuenta corriente disminuya este año y se amplíe ligeramente a mediano plazo. Las reservas internacionales son adecuadas de acuerdo con una gama de indicadores, mientras que la línea de crédito flexible continúa proporcionando un complemento efectivo para reducir los riesgos. Sin embargo, la fuerte presencia de inversionistas extranjeros deja a México expuesto a un mayor riesgo respecto de una reversión de flujos de capital y mayores primas de riesgo.
En su evaluación, el FMI destaca que sus directores ejecutivos felicitaron a las autoridades (mexicanas) por preservar un marco institucional y políticas muy sólidas, lo cual ha contribuido a la resiliencia de la economía mexicana ante una incertidumbre elevada. Tras señalar estos riesgos y la desaceleración reciente del crecimiento, destacaron la necesidad de implementar con firmeza políticas macroeconómicas sólidas, combinada con la aceleración de reformas estructurales para promover un crecimiento sólido, sostenible e incluyente.
Así es: en una suerte de bipolaridad analítica a lo largo del año el FMI ha aplicado recorte tras recorte y ha encendido los focos rojos, pero ahora felicitaaprecia y aplaude al gobierno mexicano por la solidez de sus políticas, es decir, las mismas que –según dijo tiempo atrás– eran preocupantes por la incertidumbre que generaban.
Eso sí, el organismo nunca pierde oportunidad para insistir en lo que más le gusta: reformas y más reformas para revitalizar la economía nacional, como un imperativo para promover un crecimiento sólido, sostenible e incluyente, es decir, exactamente lo mismo que hicieron seis gobiernos neoliberales al hilo que con sus reformas (todas ellas con el beneplácito del FMI) impidieron un crecimiento sólido, sostenible e incluyente.
Las rebanadas del pastel
La Unidad de Inteligencia Financiera hizo público que investiga a Gerardo Ruiz Esparza, ex secretario de Comunicaciones y Transportes de EPN, por posibles actos de corrupción en relación con la constructora y contratista en la administración anterior OHL. Bien, pero ¿sólo él? ¿Dónde quedan, por ejemplo, Peña Nieto y Videgaray?

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