lunes, 14 de marzo de 2011

México SA


Recuperación a paso de tortuga

Empleo precario y peor salario

Protesta juvenil y el México mudo

Carlos Fernández-Vega

Corren los días, pasan las semanas, transcurren los meses, se consumen los años y el cacareado bienestar en los bolsillos de los mexicanos” brilla por su ausencia, por mucho que los integrantes del gabinetazo declaren aquí, allá y acullá que el país marcha de maravilla. Crecimiento económico que no alcanza para, siquiera, recuperar el nivel de 2008, poco empleo y de pésima calidad, constante pérdida del poder adquisitivo y demás realidades cotidianas adornan el florido optimismo del discurso oficial. Es la “recuperación” a paso de tortuga.

Por ello, va el recorrido que sobre la realidad económica nacional realiza periódicamente la Cámara de Diputados, por medio de su Centro de Estudios de las Finanzas Públicas, el cual advierte sobre el incremento de precios de las materias primas, particularmente petróleo y granos básicos, los cuales presionan aún más al índice inflacionario, situación que se repite en todo el mundo. Además, apunta, el Banco de México reconoce que existe el riesgo de una reversión en los flujos de capitales (especulativos) que llegan al país, que también puede traer efectos adversos sobre el tipo de cambio.

En febrero de 2011 el índice de confianza del consumidor (ICC) aumentó 1.61 por ciento con relación al mes anterior; de sus componentes se infiere que los consumidores aprecian que su situación económica es menos favorable actualmente comparada con la de hace un año, aunque esperan –como siempre– que mejore para los próximos 12 meses; además, perciben que la situación económica del país está mejor a la observada hace un año y confían en que mejore en el futuro; ante esta situación, consideran la posibilidad de adquirir bienes de consumo duraderos.

La percepción optimista de los consumidores y sus ánimos de adquirir bienes de consumo duraderos podrían incidir en la dinámica económica del país a través del fortalecimiento de la demanda interna; su impacto sería significativo en la medida que se dé mayor generación de empleos formales, se reduzca de manera importante la tasa de desocupación, haya una recuperación trascendental en el poder de compra del salario y mayor crédito al consumo.

Sin embargo, cabe recordar que la creación de empleos ha sido baja (por no decir raquítica): en febrero sólo se habían registrado en el IMSS 256 mil 166 trabajadores más desde octubre de 2008 cuando se observó su nivel más alto, y de estos, 25 de cada cien fueron empleos permanentes; los 75 restantes fueron plazas eventuales. En tanto, la tasa de desocupación, en enero de 2011, fue de 5.43 por ciento de la población económicamente activa (PEA), cifra por arriba de la tasa de 4.11 por ciento observada en octubre de 2008.

Al cierre de febrero de 2011 el número de trabajadores permanentes y eventuales urbanos asegurados en el IMSS ascendió a 14 millones 732 mil personas, lo que representa un aumento mensual en el empleo asegurado de 0.71 por ciento. El número de trabajadores permanentes presentó un aumento mensual de 72 mil 571 cotizantes, con lo cual el total se ubicó en 12 millones 888 mil 745. Si se compara esta cifra con respecto a la de octubre de 2008, cuando empezó la recesión, se observa un aumento neto de sólo 64 mil 44 plazas. Los trabajadores eventuales urbanos registraron un incremento mensual de casi 32 mil cotizantes, con lo cual se alcanza un total de un millón 843 mil 256 plazas de este tipo; es de destacar que apenas 10.4 por ciento de ese total se crearon a partir de octubre de 2008. Por sectores de ocupación destacan la variación positiva mensual en las industrias de la transformación, particularmente la fabricación de equipo de transportación; los servicios sociales para personas, empresas y el hogar; los servicios sociales y comunales y los sectores comercio y de la construcción.

Por su parte, el salario medio real de cotización al IMSS presenta poco más de dos años perdiendo poder de compra; tan sólo en diciembre pasado cayó 0.48 por ciento con relación a igual mes de 2009; en tanto que en todo 2010 cayó 1.09 por ciento con relación al año pasado, lo que implicó su segundo año de caída consecutiva. Además, el crédito al consumo de la banca comercial apenas presentó, en enero de 2011, un incremento real de 1.96 por ciento con relación a igual mes de 2010, su primera variación positiva después de que exhibió 26 meses de bajas consecutivas; a pesar de ello, el saldo del monto real del crédito al consumo se ubicó 26.83 por ciento por debajo de su máximo en junio de 2008.

Mejoró la expectativa del sector privado sobre el crecimiento económico del país, según la encuesta mensual del Banco de México, pero se espera una desaceleración de su dinámica. Por el lado de la inflación para 2011, los empresarios anticipan un deterioro, al esperar que sea de 3.94 por ciento, superior en 0.03 puntos porcentuales a la de la encuesta previa; aunque para 2012 mejoran la previsión al estimar que sea de 3.79 por ciento, cuando en la encuesta pasada preveían un 3.86 por ciento. Si bien se pronostica que no se cumpla con la meta de inflación de 3 por ciento, sí se estima se ubique dentro de la meta oficial (de 2 a 4 por ciento).

Entre los principales factores que podrían limitar el ritmo de la actividad económica durante los próximos meses, de acuerdo con su importancia, están: problemas de inseguridad pública, ausencia de cambios estructurales en México, debilidad del mercado externo y de la economía mundial, incertidumbre sobre la situación financiera internacional, inestabilidad política internacional y aumento en los precios de los insumos y materias primas.

Respecto al precio promedio de la mezcla mexicana de exportación, los especialistas estiman que se ubique en 79.57 dólares por barril en 2011, cifra superior en 21.67 por ciento a la previsión oficial para este año aprobada en el paquete económico 2011. Sin embargo, sólo en enero pasado el precio promedio de la mezcla fue de 84.71 dólares, y el promedio de la plataforma de exportación de un millón 444 mil barriles diarios; esto significó una mayor entrada de ingresos en dólares a la economía mexicana por la venta de petróleo crudo, dado que se vaticinó una plataforma de un millón 149 mil barriles.

Las rebanadas del pastel

¡Felicidades!, mexicanos silenciosos, que, como “protesta de una generación desesperada” y con el lema “no hay libertad en la precariedad”, miles de jóvenes se manifestaron el sábado pasado en la capital y otras 10 ciudades del país, porque “la mitad de la población nacional está desempleada o tiene un trabajo precario, lo que muestra que esta situación es insostenible”. Qué bueno que la juventud se haga escuchar, aunque sea en Portugal, donde se registró tal pronunciamiento. ¿A poco pensaban que fue en el México mudo?

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