jueves, 28 de julio de 2011

México SA


Flujo de remesas al alza

Poder adquisitivo a la baja

Coneval: ¿cuántos pobres?

Carlos Fernández-Vega

Una buena y otra mala: la primera, que en los primeros cinco meses de 2011 el monto de las remesas enviadas por la paisanada llegó a 9 mil 140.76 millones de dólares, 4.25 por ciento más, en términos nominales, que en igual periodo de 2010; la mala, que, ya en México, el poder adquisitivo de las familias que se benefician con esos dineros se vio afectado por la apreciación del tipo de cambio del peso frente al dólar y el crecimiento inflacionario en nuestro país, amén de que la perspectiva resulta poco favorable para que los emigrantes envíen recursos dadas la precariedad de las condiciones laborales en el vecino del norte.

El citado es el balance de la Cámara de Diputados sobre una de las consecuencias más execrables del modelo económico: la expulsión masiva de mano de obra hacia terceros países (a Estados Unidos, principalmente) y el gran negocio que para un grupo de empresas privadas, y para la balanza de pagos del país, representa el envío de las remesas de los propios expulsados de su tierra, quienes durante el calderonato han remitido a su tierra de origen alrededor de 103 mil millones de dólares, el segundo monto en importancia sólo superado por la exportación petrolera.

Como señala la Cámara de Diputados, la cifra positiva registrada en enero-mayo de 2011, citada líneas arriba, “podría pensarse como favorable en términos de los mayores ingresos que ello puedo representar para los hogares, pero lo cierto es que tiene que tomarse en cuenta la pérdida de poder adquisitivo real que les implicó la apreciación del tipo de cambio (más de 3 por ciento) y el crecimiento inflacionario (3.6 por ciento) en el periodo. Por ello, no es posible aseverar que los hogares que se benefician del envío de remesas vieron mejorado su poder adquisitivo; de hecho, en 2010, de acuerdo con cálculos del Banco Interamericano de Desarrollo, los flujos de remesas en pesos y ajustadas por los aumentos de los precios, tuvieron un retroceso real de 10.6 por ciento respecto a 2009”.

Al analizar las perspectivas del envío de remesas a México el cuadro no es muy alentador por la situación que enfrentan los migrantes mexicanos en Estados Unidos. De acuerdo con la Oficina de Estadísticas Laborales de ese país, durante la crisis de 2009 la tasa de desempleo de los mexicanos se situó en 12.2 por ciento; un año después, aunque la economía estadunidense supuestamente comenzó su proceso de recuperación, dicha tasa fue superior (12.4 por ciento). Más aún, el comportamiento de la tasa desempleo a partir del segundo trimestre de 2010 ha sido alcista, de tal forma que para el primer trimestre de 2011 llegó a 13 por ciento para los paisanos residentes en el vecino del norte.

Así, apunta la Cámara de Diputados, dos elementos que continuarán deteniendo la recuperación del empleo de nuestros connacionales en Estados Unidos son: el hecho de que los migrantes mexicanos cada vez encaran más problemas para encontrar ocupación debido a los mayores controles oficiales en ese país; y que en abril pasado las autoridades estadunidenses ajustaron a la baja su expectativa de crecimiento económico, “explicado en parte porque aún se encuentran deprimidos el mercado laboral y el de la vivienda”. Las perspectivas desalentadoras del empleo en Estados Unidos, particularmente en el sector de la construcción, continuarán frenando la recuperación del envío de remesas a México. En consecuencia, el panorama poco positivo para el envío de remesas a nuestro país, la pérdida en la calidad del empleo y los salarios de la economía mexicana, son factores que vulneran el bienestar de las familias receptoras y las margina.

México se mantiene como el principal expulsor de mano de obra y ocupa la tercera posición internacional en lo que se refiere a captación de remesas, sólo superado por India y China, y el número uno en América Latina. De hecho las remesas captadas por nuestro país de enero de 2007 a mayo de 2011, de acuerdo con información del Banco de México, sumaron cerca de 102 mil 800 millones de dólares, de los que 26 mil 68.7 millones corresponden a 2007, 25 mil 137.4 a 2008, 21 mil 181.2 a 2009, 21 mil 271.19 a 2010 (mil 329 millones menos que la estimación realizada por el Banco Mundial) y 9 mil 140.76 millones entre enero y mayo de 2011.

Las remesas que ingresan al país se puede clasificar en cinco categorías: las transferencias realizadas por los inmigrantes permanentes; las transferencias de los inmigrantes temporales; los envíos efectuados a México por los descendientes de inmigrantes nacidos en Estados Unidos; el flujo de bienes y recursos financieros (bienes muebles y ahorros) asociados a la migración de retorno (por cambio de residencia) de connacionales inmigrantes; y el ingreso que reciben del exterior, por concepto de jubilaciones y pensiones en general.

Existe una relación entre los estados mexicanos expulsores de migrantes y los que captan remesas familiares. La última información disponible muestra que los principales estados expulsores de emigrantes fueron Jalisco con un millón 349.2 personas; Michoacán con un millón 59.4 mil personas; Guanajuato con 921.5 mil personas; México con 586.2 mil personas y Zacatecas con 551 mil personas. Complementariamente, cuatro de las cinco entidades expulsoras de migrantes fueron las que captaron más remesas durante el periodo 2007-2011: Michoacán, con 9 mil 639.9 millones de dólares; Guanajuato con 9 mil 73.4 millones; estado de México con 7 mil 990; Jalisco con 7 mil 857.4, y Veracruz con 6 mil 177.2. Los principales estados receptores en el vecino del norte de población inmigrante proveniente de México son California, con 39.5 por ciento, y Texas, con 19.2 por ciento de la inmigración total de origen mexicano. Ambas entidades concentran 58.7 por ciento de la población total mexicana que se interna en Estados Unidos en busca de mejores oportunidades de vida.

Las rebanadas del pastel

Hoy será un día maravilloso para Felipe Calderón y jilgueros que lo acompañan: podrá presumir los “buenos resultados” de su política económico-social y contrastarlos con las cifras actualizadas de pobreza en el país que divulgará el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, con base en la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2010, divulgada dos semanas atrás por el Inegi, la cual documenta el desplome generalizado del ingreso de los mexicanos. Cómo estará la cosa, que hasta en el primer círculo del inquilino de Los Pinos se reconoce que el informe del Coneval “es delicado, con números muy fuertes”.

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