sábado, 25 de junio de 2016

México SA

Brexit: temblor financiero
Recorte al gasto, otra vez
Videgaray: ¿no afecta?
Carlos Fernández-Vega
Q
uedaos tranquilos, que ya lo dijo el siempre exacto ministro del (d)año: la salida del Reino Unido (Brexit) de la Unión Europea no afecta el futuro promisorio de México, ni esperamos un impacto relevante en la cuenta corriente y la balanza comercial, de tal suerte que las familias y las empresas mexicanas no tendrán que apretarse el cinturón. Por el contrario, asegura.
Qué tranquilidad, pero, sólo por mera precaución, sería más que pertinente que Luis Videgaray detallara qué entiende por no afectar, porque los mexicanos de a pie no alcanzan a comprender el alcance de sus sabias palabras.
Pues bien, el Brexit no afecta, dice, pero al mismo tiempo anuncia un nuevo recorte al gasto público (ahora por más de 31 mil millones de pesos); no afecta, pero el tipo de cambio se desploma y alcanza niveles históricos (ayer cerró en 19.25 pesos por dólar, aunque en horas de la madrugada llegó a 19.51); no afecta, pero el mercado bursátil nacional cayó 2.73 por ciento; no afecta, pero de inmediato quiere firmar un acuerdo comercial con el Reino Unido; no afecta, pero el zarandeo financiero es más que notorio: y, en fin, no afecta, pero a todos puso a parir.
Tranquilos, pues, que el Brexit nos hace los mandados, aunque el gobierno peñanietista dejará de gastar 31 mil 715 millones de pesos (que se suman a los 132 mil millones recortados a principios de año), algo que sin duda impactará a las familias y empresas mexicanas, y las obligará a apretarse aún más el cinturón.
El ministro del (d) año –md(d)a– lo anunció así (sic): la caída en el precio del petróleo, que es lo que ha provocado la necesidad de un ajuste en el gasto público, es una responsabilidad del gobierno, lo que afecta son las finanzas del gobierno y por lo tanto es el gobierno al que le toca apretarse el cinturón, no a las familias mexicanas, no a las empresas; al contrario, haciéndolo preservamos un entorno de estabilidad, de baja inflación, de crecimiento económico, que es lo que permite que crezca el consumo y crezca el gasto de las familias mexicanas. Por lo tanto, vamos a seguir con esta ruta, con la disciplina en el ejercicio del gasto, cumpliendo nuestras metas de reducción del déficit fiscal.
Además, dijo, hemos ya realizado un ajuste al gasto en este año 2016 (132 mil millones al iniciar el año), y quiero anunciar que para asegurar el cumplimiento de la meta de carácter fiscal, que disminuyan los requerimientos financieros del sector público para este 2016, el día de hoy hemos ya instruido un segundo recorte al gasto público, en este caso exclusivamente en el gobierno federal; este segundo recorte al gasto público no incluye a Petróleos Mexicanos, por un monto total de 31 mil 715 millones de pesos, de los cuales quiero destacar, 91.7 por ciento corresponde a gasto corriente, es decir 29 mil 71 millones de pesos.
De entrada, a Pemex ya no le pueden recortar nada, porque nada le dejaron, salvo inanición financiera y operativa. Pero el ministro asegura que el tijeretazo no afectará a las familias y empresas mexicanas. Sin embargo, si el recorte anunciado se concentra en el gasto corriente eso quiere decir que se reducirá la nómina burocrática (habrá despidos) y bajarán las compras a proveedores y/o se retrasarán los pagos, de tal suerte que tanto las familias como las empresas desde luego que sí tendrán un efecto negativo. En tres años y medio de gobierno peñanietista son ya cuatro los recortes presupuestales (tres practicados y uno anunciado para 2017), pero eso no afecta a nadie, según la versión oficial.
De acuerdo con la numeralia gubernamental, la inversión directa del Reino Unido en México apenas equivale a 2.6 por ciento del total; esta nación ocupa el escalón número 17 como socio comercial de nuestro país; el intercambio bilateral de productos y servicios representa únicamente 0.7 por ciento (Videgaray dixit) del que México hace con el mundo; de la deuda pública externa del sector público solamente 7 por ciento está contratada con el ahora ex integrante de la Unión Europea, y apenas 1.7 por ciento de tal débito está contratado en libras esterlinas.
Lo anterior indica que no habría mayores elementos reales como para provocar la zarandeada que se registra en México por el Brexit, de tal suerte que nada raro sería que el md(d)a aprovechara la coyuntura británica para echarle la culpa de todo, aunque no afecta, y hacer más grande el tiradero nacional. Recuérdese que hasta hace no mucho los malos de la película neoliberal eran los chinos, causantes (Videgaray dixit) de todas las broncas mexicanas habidas y en lista de espera. Ahora serán los británicos, quienes ya le cobraron la factura a su ahora ex primer ministro (a partir del próximo octubre) David Cameron (el ministro del (d) año puede estar tranquilo que aquí los pagadores de facturas son los mexicanos, no los funcionarios).
Sobre el tema, el Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN) del Tecnológico de Monterrey, campus estado de México, señala que la decisión del pueblo británico genera expectativas ambiguas sobre el futuro de Europa, ya que se especula si más países querrán salirse de la Unión Europea, sobre todo Francia, donde Marine Le Pen se posiciona cada vez con mayor fuerza.
Los resultados históricos del referendo, apunta el CIEN, dejan un largo camino por recorrer hacia adelante para el Reino Unido. Oficialmente la separación de la Unión Europea requerirá al menos dos años, ya que en primer lugar tendrá que notificar su decisión separatista bajo el artículo 50 del Tratado de Lisboa, lo que implica no participar en ninguna decisión de la UE.
Seguirá una negociación entre el gobierno británico y la Comisión Europea para definir la nueva relación bilateral, donde el acceso al mercado único, migración, política agrícola, política monetaria y fiscal deberán redefinirse. Esto aún es completamente incierto, ya que si las negociaciones no llegan a buen término, el Reino Unido saldría con más desventajas de las previstas. Asimismo, Irlanda del Norte y Escocia, que sí desean formar parte de la Unión Europea, buscarán un referendo para separarse del Reino Unido y mantenerse en la UE. Sin duda existe un largo camino con mayor incertidumbre que certezas.
Las rebanadas del pastel
Por cierto, los encuestadores del Reino Unidos resultaron tan malos como los mexicanos, porque ayer las encuestas de salida por ellos divulgadas, y registradas aquí, daban la ventaja a la permanencia británica en la Unión Europea, cuando en los hechos fue exactamente al revés. Bloody hell.
Twitter: @cafevega

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