sábado, 17 de septiembre de 2016

México SA

I+D: México no levanta
Cepal: escalón 33 de 43
Estancamiento perenne
Carlos Fernández-Vega
E
stancado desde hace más de tres décadas y sin visos de solución, México destaca por ocupar los últimos lugares en inversión en ciencia y tecnología como porcentaje del PIB, al grado que en su más reciente análisis temático la Cepal lo ubica en el escalón número 33 entre los 43 países considerados en su muestra (que incluye desde Estados Unidos e Israel a El Salvador y Guatemala), y cada día se aleja más del promedio latinoamericano.
La Cepal divulgó su informe Ciencia, tecnología e innovación en la economía digital; la situación de América Latina y el Caribe), del que se toman los siguientes pasajes. Va, pues.
Se identifican cinco grupos de países según la intensidad de su inversión en investigación y desarrollo (I+D) con respecto al PIB. El primero, que corresponde a niveles superiores a 2 por ciento (aquí destacan Israel, Corea del Sur, Finlandia y Japón); el segundo, entre uno y 2 por ciento (por ejemplo España, Noruega y Brasil, que es el único latinoamericano en este nivel).
El tercero, entre 0.5 y uno por ciento (Grecia, Sudáfrica, Argentina, Costa Rica y México (aunque para nuestro país las cifras oficiales lo ubican por abajo de 0.4 por ciento); el cuarto, entre 0.2 y 0.5 por ciento (Cuba, Chile, Ecuador, Uruguay y Colombia), y el quinto, con menos del 0.2 por ciento (Panamá, Bolivia, Paraguay, Guatemala y El Salvador). Por lo anterior, se confirma la baja propensión de los países latinoamericanos a invertir en I+D. Las excepciones podrían ser Brasil, Argentina, Costa Rica y México, aunque ninguno de ellos alcanza el nivel de innovación de los países tecnológicamente avanzados.
Al analizar la dinámica de la inversión en I+D de los países latinoamericanos entre 2004 y 2013, se observa el estancamiento de la región con respecto a otros países emergentes, que expanden sus fronteras tecnológicas y de conocimiento, e incluso con respecto a países tecnológicamente maduros y avanzados. Por ejemplo, naciones como Corea del Sur, Estonia y Eslovenia aumentaron más de un punto porcentual del PIB su gasto en I+D.
Con incrementos de entre 0.5 y un puntos porcentuales se registran China, Portugal, República Checa y Dinamarca. Después aparecen Argentina, Brasil y Ecuador y algunos países desarrollados (por ejemplo, Alemania y Estados Unidos) que aumentaron su inversión por encima del promedio mundial de 0.18 puntos porcentuales, pero sin sobrepasar 0.5 puntos.
En un cuarto bloque aparecen los países en los que la variable en consideración creció menos de 0.2 puntos porcentuales, entre los que se cuentan Costa Rica, Colombia, México y Uruguay, así como algunas economías maduras poco dinámicas en esta materia en los últimos años (por ejemplo, Francia y España). Y por último, se encuentran naciones que disminuyeron su inversión en I+D entre 2004 y 2013, como Bolivia, Cuba y Panamá.
Estados Unidos y Japón se mantienen como los principales actores (con 33 y 15 por ciento, respectivamente, del gasto mundial en 2012), pero su hegemonía ha comenzado a verse amenazada por el avance de China, que aumentó su participación de 1.6 en 2000 a 11.8 por ciento en 2012. Este país ha adoptado una estrategia de crecimiento basada en una inserción internacional que primeramente priorizó la imitación y adaptación de tecnologías desarrolladas en el mundo avanzado y luego dio preferencia al desarrollo tecnológico interno.
En América Latina el auge de precios de los recursos naturales no fue acompañado de una visión estratégica que apuntara a la ciencia, la tecnología y la innovación como factor clave del desarrollo. Mientras en 2000 tanto Latinoamérica como China realizaban 1.6 por ciento de la inversión mundial en I+D, en 2012 la región sólo alcanzaba 2.8 por ciento, mientras el país asiático llegaba a 11.8 por ciento. El aumento latinoamericano se debió principalmente a Brasil.
Una forma de medir el grado en que un país se ha incorporado a una red mundial de innovación es mediante la inversión extranjera directa en investigación y desarrollo. América Latina sólo habría recibido 4 por ciento de los montos transfronterizos invertidos en I+D entre 2012 y 2015, lo que contrasta con casi 14 por ciento de anuncios de IED para todos los sectores. Los mayores receptores de estas inversiones extranjeras en I+D fueron China, India y los países desarrollados de Europa, seguidos por los países en desarrollo de Asia. Las inversiones en América Latina provienen en mayor proporción de Estados Unidos, Reino Unido, Suiza, Alemania y España. El principal país de destino fue Brasil (más de 60 por ciento entre 2012 y 2015).
En 2010 los países latinoamericanos tenían en promedio 520 investigadores equivalentes a jornada completa (EJC) por millón de habitantes, lo que contrastaba con la situación de los países industrializados, en los que las cifras correspondientes se ubican entre 2 mil y 8 mil. En Bolivia, Colombia, Ecuador, Guatemala, Paraguay y Panamá había menos de 200 investigadores EJC por millón de habitantes. Ecuador, a diferencia de los otros países mencionados, ha registrado un importante aumento del número de investigadores por millón de habitantes en la última década, pasando de 40 en 2001 a 180 en 2011.
El segundo grupo posee entre 200 y 500 investigadores por millón de habitantes, e incluye a Chile, México y Venezuela. Brasil y Uruguay componen el tercer grupo, al ubicarse en el rango de 500 a mil investigadores por millón de habitantes. Argentina y Costa Rica son los únicos países latinoamericanos que sobrepasan el millar de investigadores EJC por millón de habitantes. Destaca el caso de este último, que ha aumentado 10 veces dicho número (de 130 en 2003 a mil 320 en 2011). No obstante, se encuentra por debajo de los países industrializados.
Como punto de comparación, la mayoría de los países europeos industrializados, así como Estados Unidos y Japón, oscilan entre 3 mil y 6 mil investigadores por millón de habitantes, mientras las economías ubicadas en la frontera tecnológica, como Finlandia e Israel, sobrepasan 7 mil.
Es notoria la marcada heterogeneidad latinoamericana, región que abarca desde Guatemala, con 26 investigadores por millón de habitantes, hasta Costa Rica, con mil 320. El aumento del promedio regional, de 330 a 520 investigadores por millón de habitantes entre 2010 y 2012, se debe a la dinámica de Argentina y Brasil, que concentran cerca de la mitad de la población y 70 por ciento de los investigadores de América Latina.
Las rebanadas del pastel
Y la Comisión de Cambios ya no siente lo duro, sino lo tupido: el día patrio, dólar a 19.65 micropesitos.
Twitter: @cafevega

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