viernes, 12 de noviembre de 2010

México SA


Ortiz, 15 años después

¿Quién paga la factura?

Más muertes evitables

Carlos Fernández-Vega

Resulta por demás atractivo observar cómo reaccionan los integrantes de la siempre feliz familia financiera que opera en el país cuando ya no están en ejercicio de un alto cargo público, y ocupan, o se aprestan a ello, uno del sector privado. Se registran joyas maravillosas, de colección. Por ejemplo, Fernando Sánchez Ugarte, quien como subsecretario de Hacienda del calderonato armó y cabildeó el IETU, un impuesto de absoluta constitucionalidad”, según sus palabras como funcionario. El nuevo gravamen fue aprobado, pero poco después a este personaje le ofrecieron, y aceptó, la dirección general del consorcio privado Transportación Marítima Mexicana, y como tal entre sus primeras decisiones sobresalió la de objetar ante el Poder Judicial la “constitucionalidad” del… IETU, de tal suerte que la empresa por él representada se amparó.

Lo anterior hace recordar a otro personaje que por más de dos décadas ocupó altos cargos en el sector financiero del sector público mexicano, quien se apresta a mudar su sapiencia –que sin duda la tiene– al sector privado. Se trata de Guillermo Ortiz, ex subsecretario de Hacienda con Carlos Salinas de Gortari (presidió el comité reprivatizador de la banca), ex secretario de Comunicaciones y Transportes y de Hacienda y Crédito Público con Ernesto Zedillo (fue pieza clave en el “rescate” bancario, vía Fobaproa, y en el cabildeo con el Congreso para abrir la puerta al capital extranjero en las instituciones financieras) y gobernador del Banco de México (en donde quedó instituido el citado fideicomiso) 12 años al hilo (la segunda mitad del sexenio zedillista, íntegro el de Fox y la primera mitad del calderonista).

Pues bien, el pasado martes Guillermo Ortiz declaró que “fue un error haber propiciado que 80 por ciento del sistema financiero esté en manos de bancos extranjeros. La crisis internacional reciente hizo patente que la situación de la banca internacional fue mucho más trágica, cuando lo que se suponía es que iba a venir a contribuir a consolidar la banca en México. Creo que la banca extranjera sí ha contribuido a darle estabilidad y modernidad al sistema financiero porque estaba muy mal, pero creo también –y eso lo he dicho en muchas convenciones bancarias– que sería muy conveniente que los bancos extranjeros estuvieran en la bolsa de valores, que hubiera excedentes minoritarios para que los consejos de administración de los bancos, las subsidiarias de los bancos, realmente funcionen para que haya disciplina en el mercado” (La Jornada, Víctor Cardoso).

Sin duda fue un error, pero ¿quién, aprovechando la mayoría priísta, con sus partners panistas, en la Cámara de Diputados, impuso las modificaciones legales para que el capital extranjero participara abiertamente en el sistema bancario mexicano? Es otra joya de colección. Veamos:

“No se puede dar el caso de que indirectamente los extranjeros pudieran controlar un banco mexicano… Yo quisiera mencionar muy enfáticamente, que en estas iniciativas (de ley para reformar el sistema financiero) no se está proponiendo, desde luego, entregar el sistema de pagos o la banca nacional a los extranjeros. Hoy en día la participación del conjunto de la banca extranjera en el mercado financiero nacional es de alrededor del 8 por ciento, con las autorizaciones que se les dieron recientemente a los bancos extranjeros para operar en nuestro país. Nosotros pensamos que aún con esta facilidad que se le estaría dando a la banca extranjera para participar en la capitalización de los bancos mexicanos, estaríamos muy lejos de llegar a los porcentajes de participación y de penetración que hay en otros países; repito, creo que es fundamental y es, digamos, en el interés nacional de tener un sistema bancario sólido.

“¿Cómo evitar que el sistema financiero (mexicano) quede en manos de extranjeros? Creo que esta es una pregunta importante y yo la respondería de dos maneras. La primera es que habría un compromiso específico (del gobierno) de que el sistema de pagos desde luego quede en manos de mexicanos… En el caso de México, pues obviamente son los bancos más grandes (Banamex y Bancomer) los que realizan la mayor parte de los pagos y de las compensaciones por las transacciones financieras, comerciales, productivas del país. Desde luego el sistema de pagos, éste es un compromiso, quedaría en manos de mexicanos. En segundo lugar, lo que se pretende con esta iniciativa es que los extranjeros vengan a apoyar sobre todo a algunas instituciones pequeñas que están teniendo problemas y que justamente por esos problemas de capitalización no pueden atender a sus clientes, no pueden atender a las pequeñas y medianas empresas y no pueden atender a los usuarios del crédito, tanto en la parte hipotecaria, como de tarjetas, como los bancos más grandes pueden atenderlos. Se trata de evitar que pudiera darse el caso que el sistema de pagos, que está constituido por los bancos más importantes del país, pudiera caer en manos de extranjeros.

“Quiero decir que los extranjeros no gozarán de mayores privilegios que los mexicanos en esta nueva iniciativa de reforma. ¿Cómo se propone que el gobierno impida que la banca extranjera entre a México con tasas de interés de usura? Bueno, justamente con la entrada de la banca extranjera, con la autorización de nuevas instituciones de crédito para operar en nuestro país, estamos propiciando una mayor competencia que debe incidir en una disminución de los márgenes financieros…. Una mayor participación de la banca extranjera en nuestro país va a ser útil no solamente para fomentar, repito, una mayor competencia y una reducción de márgenes, sino para proveer en estas circunstancias difíciles en que muchos bancos, sobre todo, los bancos de tamaño más reducido tienen problemas para reconocer sus problemas de cartera vencida, estas iniciativas van a propiciar una capitalización mayor de estas instituciones”.

¿Quién pronunció estas palabras?: el mismo Guillermo Ortiz (23 de enero 1995 en la Cámara de Diputados).

Las rebanadas del pastel

Más muertes evitables: seis trabajadoras de los almacenes Coppel (cuyo propietario, Enrique Coppel Luken, ha sido un entusiasta, aunque no desinteresado, promotor de Felipe Calderón desde tiempos de la campaña electoral), murieron calcinadas en una de las tiendas del citado consorcio en Culiacán. De forma por demás salvaje, la empresa las encerró bajo llave y cerró con candado las cortinas de hierro en un local carente de salidas de emergencia ni extintores. Otra vez, como en el caso de la guardería ABC de Hermosillo, ¿dónde estaba Protección Civil? ¿Dónde los inspectores de la Secretaría del Trabajo?

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