viernes, 3 de febrero de 2023

México SA


ASF-SEP: observaciones // Prianistas: memoria a modo // Del silencio a la impudicia

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ías atrás la Auditoría Superior de la Federación dio a conocer que en la Secretaría de Educación Pública, con Delfina Gómez como titular (hoy precandidata a la gubernatura del estado de México), se detectaron observaciones por más de 830 millones de pesos en el manejo presupuestal, lo que llevó al presidente Andrés Manuel López Obrador a detectar manipulación informativa, pues “cuando la ASF hace una investigación, en algunos casos, casi en la mayoría, hay ‘irregularidades’ que no son actos de corrupción; así de categórico”.

Dijo: hay un procedimiento y las dependencias aclaran. Ya la SEP dio a conocer lo que sucedió en cada caso, pero esto es algo normal; siempre la Auditoría Superior de la Federación da seguimiento al ejercicio del presupuesto; entonces, aclarar, pero si la ASF hace observaciones, no significa que haya corrupción.

Ejemplificó con lo siguiente: Acuérdense que la ASF estimó en 332 mil millones de pesos lo que se había destinado (a la cancelación) al nuevo aeropuerto del Lago de Texcoco y resultó que era mucho menor (113 mil millones) las indemnizaciones a empresas cuando se decidió no construir el aeropuerto. Imagínense nada más la diferencia.

En la revisión permanente que hace la ASF sobre el destino y ejercicio del gasto público, es común que surjan observaciones en tal o cual dependencia pública o en los mismos informes de la ASF, por lo que la propia entidad revisora concede un plazo para que los aludidos solventen tales deficiencias contables. Caso contrario, se procede en contra de los responsables.

Esa es la norma, pero, con la mira puesta en Delfina Gómez, esas irregularidades adquieren otra connotación, pues los prianistas las han convertido en propaganda (¡corrupción!, se desgañitan) ante la cercanía de los comicios en el estado de México, de los que saldrá la nueva gobernadora. En esa entidad, el partido invencible –el tricolor– corre el enorme riesgo de perder uno de sus bastiones históricos –el último, de hecho–, pues el PRI cavernario ha gobernado, formalmente, desde 1929, con preeminencia del Grupo Atlacomulco a partir de 1942, con Isidro Fabela, papá del corporativo.

El proceso electoral en el estado de México saca lumbre y algunos lo han catalogado como una suerte de previa de la presidencial de 2024, una especie de termómetro, por lo que, más allá de lo común, el bandidaje prianista recurrirá a cualquier cantidad de cochinadas (y de eso da cátedra, junto con los panistas) para impedir que Delfina Gómez ocupe el palacio de gobierno. Por ello, como carne propagandística, ahora intenta utilizar y explotar al máximo tales irregularidades.

Sin embargo, los prianistas no pueden ocultar su memoria selectiva, pues hoy se desgañitan, se rasgan las vestiduras y denuncian corrupción por esas irregularidades, pero olvidan que guardaron sepulcral silencio cuando, por ejemplo, la misma ASF denunció que en su primer año de gobierno, Vicente Fox registró observaciones por 339 mil millones de pesos, y al final de cuentas no comprobó el destino de 35 mil millones de pesos del presupuesto de egresos de la federación.

¿Y el primer año de Felipe Calderón? Lo mismo: 60 mil 723.6 millones de pesos en observaciones y un fuerte reclamo del entonces auditor superior, Arturo González de Aragón, por subejercicios presupuestales por 300 mil millones de pesos, recursos no gastados y transferidos a fideicomisos en los que priva la opacidad. Además, discrecionalidad en el uso de los recursos, como los excedentes petroleros; donativos y préstamos; estímulos fiscales, permisos y concesiones; enajenación de bienes, y remuneraciones a servidores públicos, entre otros, amén de relegar, cada vez más, actividades sustantivas del Estado a particulares (concesiones, permisos, contratos y licencias, y en este rubro se observa una insuficiente regulación y supervisión).

Con Enrique Peña Nieto (cuenta pública de 2013), en el primer año de gobierno, más de 90 mil millones de pesos en observaciones, y 67 mil 500 millones en el de López Obrador. Hasta 2018, los prianistas permanecieron mudos, pero, impúdicos, a partir de 2019 se desgañitan por las observaciones. Sobre este último monto, Fox denunció corrupción como nunca!, ni en los peores años del PRI. Claro, no recordó sus 339 mil millones.

Las rebanadas del pastel

Sigue la carrera alcista de las tasas de interés para abatir la inflación, que no amaina, pero el costo de la enorme carga va para los usuarios de los servicios bancarios, mientras la mafia financiera no deja de hincharse de ganancias.

Twitter: @cafevega

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