miércoles, 21 de agosto de 2013

DECIDAMOS DEFENDER LO MÁS PRECIADO, NUESTRA DIGNIDAD.

Luis Cisneros Luján
Tiene rato que no escribo y si plasmara todo lo que me duele, lanzaría un grito interminable de renglones y renglones y nadie lo leería. Todo se sintetiza en la entrega de nuestro país al extranjero y al cumplimiento de la fatalidad que he intuido y argumentado siempre: Vamos encaminados rapidísimo, a desaparecer como estado nación y convertirnos en no sé que cosa, pero dejaremos de ser la nación mexicana.
Y es que o nos ponemos las pilas o en verdad esta situación será absolutamente irreversible. La delincuencia es verdaderamente intolerable, narcotráfico por todas partes con sus secuelas de asesinatos, secuestros, violaciones, trata de blancas, pero en el nivel más alto de esta montaña los delincuentes de cuello blanco y los políticos delincuentes, quienes con toda impunidad y con los aparatos represivos a su servicio, discuten planean, hacen leyes y ejecutan el saqueo a todos los habitantes de este país, incluidos ellos mismos y sus familias. En esto participa el ejecutivo federal, la mayoría de los gobiernos estatales, muchísimos de los gobiernos municipales, casi todos los grandes sindicatos, por supuesto el poder ejecutivo, tanto federal como estatal y no se diga el poder judicial con toda su estructura demoledora de bandidos, dispuestos a criminalizar a todos los que nos oponemos a sus tropelías, desgraciadamente todavía pocos.
No podemos dejar de mencionar en este paquete a los propietarios de las concesiones de los medios de comunicación, la mayoría en manos de apátridas, quienes han cumplido un papel fundamental en crear una base social de estúpidos y en la enajenación de gran parte del pueblo mexicano a través de sus productos de entretenimiento como son las telenovelas y la industria del deporte, además de sus noticiarios engañadores y casi siempre mentirosos.
Todo esto sería un juego de niños si los millones de mexicanos no nos dejáramos, pero somos los principales responsables de esta catástrofe por permisivos, agachones, inconscientes, aplaudidores de todo lo que nos llega de los imperialismos; somos un país manejado por los comerciantes ambulantes, distribuidores de toda la mierda capitalista y reproductores uno a uno de los vicios del sistema. Ellos existen porque nosotros les compramos y les damos el argumento de la “necesidad” de que ellos estén ahí invadiendo el territorio nacional. Somos un país de gordos, diabéticos, enfermos físicamente y mentalmente esclerotizados porque solo pensamos en comer pero no en alimentarnos, nos la pasamos tragando en cada esquina o puesto callejero sin pensar siquiera en nuestra salud.
Tampoco se trata de defender a todo el comercio establecido defensor de una mentalidad de “Soy totalmente…” y demás artimañas, con las que sólo saquean a la población a través de hacerles creer que valen más porque regalan su dinero al adquirir en sus almacenes todo a precios estratosféricos.
Comienza felizmente a surgir una resistencia pequeña pero por ahí viene, con los grupos de autodefensa y para los cuales es deseable que se desarrollen también en lo ideológico y no solo en la estructura armada para salir lo más pronto de esta catástrofe propiciada por los partidos políticos de toda índole; queremos que sean inquebrantables, incorruptibles y que no se conviertan con el tiempo en grupos carcomidos por la corrupción y la impunidad. Pareciera que así como el Rey Midas quien todo lo que tocaba lo convertía en oro, todo lo que toca la gente en el poder lo corrompen con la maldita impunidad que es un cáncer que se ejecuta en todas las esferas sociales y surge no sólo desde arriba sino que es parte de la vida nacional, “el que no tranza, no avanza” Ya basta, ejemplos hay muchos, en el D. F. se aproximan las elecciones para escoger a nuestros representantes ciudadanos y desde antes de la elección la putrefacción se ha comido este proceso porque la mayoría de las planillas en la contienda, salvo algunas escasas excepciones ya traen labrado en la frente el sello de la corrupción y las conocemos muy bien y a quienes las encabezan: Las sostenidas por los delegados, por los diputados, por las territoriales, por los empresarios, por los líderes ambulantes que te hablan de mejorar el entorno pero que sabemos que no se van a suicidar levantando sus puestos de cuanta cháchara vendes en nuestras calles, por supuesto eso no va incluido en sus campañas y promesas y sólo te hablan en general y en abstracto; este proceso está podrido desde su concepción y veremos la pobreza en la participación en las urnas a pesar de las pocas, poquísimas planillas verdaderamente ciudadanas.
Insisto, la maquinaria de los patronos del norte está echada a andar y está siendo muy bien manejada por la servidumbre local, vamos que volamos a nuestra extinción como nación, salvo que por fin decidamos defender lo más preciado, nuestra dignidad y nos demos cuenta cuando estudiamos historia que los grandes héroes no son los monumentos de piedra o bronce en su honor, sino que son eso porque en su momento estuvieron dispuestos y lo hicieron, a dar la vida por esta nación y el futuro de nuestros pueblos que no somos uno sólo, ya que nos conformamos de la suma de la riqueza y la diversidad de muchas culturas y pueblos maravillosos hoy carcomidos por el hambre, la corrupción y la impunidad pero con raíces profundísimas de las cuales nos tenemos que agarrar para salir adelante. “Por La revolución y la Ternura”.- Luis Cisneros Luján.

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