lunes, 22 de enero de 2018

México SA

Inflación sin control
Se les fue de las manos
Morena: otro autogol
Carlos Fernández-Vega
E
n números cerrados, y siempre de acuerdo con la información oficial, la inflación en el transcurso del gobierno peñanietista (cinco años, hasta diciembre de 2017) acumula un crecimiento de 22 por ciento, contra 25 con Vicente Fox y 24 con Felipe Calderón en el mismo periodo de sus respectivos sexenios.
A lo largo de los años el crecimiento inflacionario se fue atenuando hasta alcanzar niveles cercanos a 3 por ciento anual y se cantó como un gran logro del modelo económico.
Pero en 2017 se regresó al nivel observado a principios del nuevo siglo y la autoridad respectiva perdió el control. El factor que rompió el proceso estabilizador y desequilibró la cadena de precios fue el megagasolinazo (hasta 24 por ciento de aumento en los precios de los combustibles, de un plumazo) puesto en marcha por la Secretaría de Hacienda, con José Antonio Meade en la oficina principal, desde el primer día de ese año, y su tendencia alcista se mantiene en 2018, con ganas de empeorar.
A estas alturas, en la Ciudad de México, por ejemplo, la gasolina Premium ha rebasado los 19 pesos por litro, y contando, por mucho que en Estados Unidos –de donde México importa el grueso de los combustibles aquí consumidos– el costo por litro del combustible similar a la citada se mantenga 30 por ciento inferior al que aquí deben pagar los consumidores.
Se les fue de las manos y todo indica que va para largo, pues los precios de los combustibles han sido liberalizados. Y en este contexto en 2017 todas las estimaciones, hasta las más pesimistas, fueron rebasadas por la realidad, y la inflación acumulada en ese año resultó más de dos veces superior a la registrada en 2016.
Como bien lo resume el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP) de la Cámara de Diputados –de cuyo análisis se toman los siguientes pasajes–, al cierre de 2017 los precios al consumidor tuvieron una variación anual de 6.77 por ciento, más del doble del objetivo inflacionario y de la que se registró un año atrás; asimismo, fue más de tres veces mayor de la que se observó en 2015. Adicionalmente, resultó superior a la prevista por el sector privado y a la calculada en los Criterios Generales de Política Económica 2018.
Además, se ubicó por decimoquinta vez consecutiva por arriba del objetivo oficial (3 por ciento) y por decimosegunda ocasión rebasó el límite superior del intervalo de variabilidad (2-4 por ciento) establecido por el Banco de México. Igualmente, resultó ser la más alta desde junio de 2001.
Entre los componentes del Índice Nacional de Precios al Consumidor está el indicador subyacente, que mide la tendencia de la inflación en el mediano plazo y refleja, en su caso, los resultados de la política monetaria; registró un repunte a tasa anual al ir de 3.44 por ciento en diciembre de 2016 a 4.87 en igual mes de 2017, lo que se explicó por el mayor incremento en el precio de sus componentes, el cual fue más pronunciado en los alimentos procesados, las mercancías no alimenticias y otros servicios, y menos acentuado en vivienda y educación.
La parte no subyacente del citado índice, que tiende a reflejar perturbaciones que no necesariamente son indicativas de la trayectoria de mediano plazo de la inflación o de la postura de la política monetaria, despuntó al pasar de 3.13 por ciento en diciembre de 2016 a 12.62 en igual mes de 2017. Esto se debió al mayor incremento, por orden de importancia, en el precio de los energéticos, las frutas y verduras, las tarifas autorizadas por el gobierno y los productos pecuarios.
En la encuesta de diciembre de 2017 del Banco de México, los especialistas del sector privado calcularon que la inflación para el cierre de 2018 será de 3.96 por ciento; una proporción por arriba de la que ellos mismos anticiparon en la encuesta de noviembre (3.91 por ciento) y a la prevista en los Criterios Generales de Política Económica para ese mismo año (3 por ciento); además, se situó cerca del límite superior del intervalo de variabilidad (2-4 por ciento) y se alejó del objetivo de inflación.
Para finales de 2019, el sector privado anuncia una menor inflación al pronosticar 3.66 por ciento, por abajo de lo notificado para el cierre de 2018, pero mayor a lo que advertía en la encuesta del penúltimo mes de 2017 (3.58 por ciento); si bien es mayor al objetivo de inflación y a lo calculado en los Criterios, se encuentra dentro del intervalo de variabilidad.
En su más reciente minuta de política monetaria, el Banco de México señaló que la inflación general se elevó ante la presencia de nuevos choques, como las alzas de precio en algunos energéticos, destacando la del gas LP (el de mayor consumo en el país), y en ciertas frutas y verduras que incidieron sobre la inflación no subyacente anual; así como por los aumentos de precios en las mercancías no alimenticias y el alza del costo de los servicios que resultó del incremento en los precios de, principalmente, los servicios turísticos, lo que incidió en la parte subyacente del índice. A lo anterior se agregó el efecto del aumento al salario mínimo que entró en vigor en diciembre y no en enero.
Así, la mayoría de los miembros de la Junta de Gobierno del Banco de México consideraron que las expectativas inflacionarias de mediano y largo plazos, provenientes de la encuesta, permanecieron alrededor de 3.5 por ciento; no obstante, algunos mencionaron que las expectativas para el cierre de 2018 mostraron un ligero incremento, y sólo uno apuntó que para finales de 2019 éstas se sitúan claramente por arriba de 3 por ciento.
El Banco de México advirtió que el nivel de la inflación está sujeta a riesgos, y los que podrían incidir en un mayor nivel son: depreciación del tipo de cambio; reacción adversa de los mercados a las acciones de política monetaria o fiscal en Estados Unidos; volatilidad asociada al proceso electoral de 2018; incremento del precio de bienes agropecuarios; aumento en el precio de algunos energéticos, y alzas en los costos unitarios de la mano de obra.
Las rebanadas del pastel
Un autogol más: la chapulina panista Gabriela Cuevas se sube a Morena en pos de una candidatura que Acción Nacional le negó. ¿Qué no es la misma que tiempo atrás le besaba las suelas a Felipe Calderón e intentaba despellejar al Pejovich por tratarse de un personaje oscuro y sus mentiras deliberadas? Pero ahora asegura que se sube al carro del tovarich por la democracia y las libertades para México. Cinismo puro, aunque de todas maneras la recibieron con los brazos abiertos.
Twitter: @cafevega

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