viernes, 27 de noviembre de 2020

Astillero

 

Que no quede en espectáculo // Casos judiciales estancados // AMLO pide celeridad // Morena, con Panales locales

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▲ JUSTICIA POR LOS 43 DE AYOTZINAPA. En el Antimonumento +43, en Reforma, se efectuó ayer la Acción Global por Ayotzinapa en demanda de justicia por los normalistas desaparecidos.Foto José Antonio López
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l presidente de la República lo planteó con claridad: “Evitar que todo se quede en escándalo político (…) lo que hay que hacer es darle celeridad, o sea, que rápido la FGR desahogue todos esos casos (...) Lo único que yo quisiera es que se aplicara el principio de justicia rápida, expedita… que no se acumulen los casos y que no sólo sea de consumo publicitario o propagandístico, que no haya espectacularidad”.

Ese riesgo está latente e irá creciendo si las concesiones judiciales en casos como los de Emilio Lozoya, Luis Videgaray, Emilio Zebadúa y el general Salvador Cienfuegos (aunque las palabras presidenciales de ayer se referían a los dos primeros) no reportan los beneficios justicieros superiores que deben derivarse de las conversiones de corruptos del pasado en delatores por conveniencia o, en el caso del alto jefe militar en retiro, en una confirmación de la subsistencia de fueros virtuales.

Hasta ahora, los procesos de consolidación de los testimonios colaborantes han permitido filtraciones que engrosan la narrativa sexenal contra los corruptos de, cuando menos, los dos sexenios anteriores al obradorista. Si por historias fuera, el interés público y la porción de morbo que le acompaña se podrían dar por satisfechos.

Pero lo que se espera no son solamente buenos guiones para series televisivas o películas en forma. Poco se sabe de lo que se ha avanzado en cuanto a Emilio Lozoya, el ex director de Pemex que ha recibido un trato sedoso a su arribo a México, sin siquiera poner un pie en la cárcel. Del general Cienfuegos, lo más cercano a un ánimo judicial en activo residiría en una libreta donde habrían sido anotados los números telefónicos y la dirección inmobiliaria en la que el ex secretario de la Defensa Nacional se supone que está en espera de ser tocado con el pétalo de alguna invitación a declarar sobre el expediente estadunidense que en el vecino país podría haberle significado una prisión de por vida.

Por esos y otros ejemplos públicos de acción justiciera lenta o en suspenso es que urge la celeridad y el desahogo expedito que reclama el abanderado del proyecto llegado al poder nacional como propuesta de combate implacable a la corrupción; a menos que se esté en presencia de juegos de espejos o de teatro de sombras y que, en realidad, no se busque ahondar esos procesos delicados y todo acabe consumiéndose en lo mismo que ha señalado el Presidente de la República, en escándalo, espectacularidad y propaganda atribuibles en lo inmediato al lento fiscal Alejandro Gertz Manero (y a los desencuentros operativos de éste con el veloz Santiago Nieto Castillo, titular de la Unidad de Inteligencia Financiera) y, en el mediano plazo, a los movimientos de piezas en el tablero electoral de 2021.

En otro tema: no sale aún Morena de los problemas internos relacionados con la intención de aliarse con el impresentable ente de las cuatro mentiras (el PVEM) o de asignar candidaturas a ex priístas de cuño recientísimo, como sucede en Nuevo León con Clara Luz Flores, y ya está Mario Delgado gestionando otra incorporación polémica y esencialmente contraria a los presuntos propósitos morenistas de regenerar la vida nacional.

El siguiente objeto del pragmatismo extremo de Mario Morena son los partidos locales denominados Nueva Alianza, que mantuvieron registros en más de la mitad de los estados del país aunque tal registro fue perdido a nivel nacional por la franquicia originalmente conseguida por Elba Esther Gordillo, ahora bajo la gerencia de la actual dirigencia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (con Alfonso Cepeda como secretario general).

El morenismo-delgadismo busca hacer alianza con esas vertientes locales del llamado Panal y con ello se completaría la inclusión de todas las corrientes magisteriales en torno a lo que se denomina 4T: ya están en el morral los grupos gordillistas, con el partido Redes Sociales Progresistas, y los grupos pro electorales de la CNTE, y el círculo se cerraría con los institucionales del SNTE y los partiditos locales del Panal. ¡Hasta el próximo lunes!

Twitter: @julioastillero

Facebook: Julio Astillero

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