Jueves 2 de diciembre de 2021, p. 2
El presidente Andrés Manuel López Obrador estableció frente a la multitud concentrada en el Zócalo que lo más importante es que sentamos las bases para la transformación del país. En estos tres años hemos cambiado como nunca la mentalidad del pueblo, con la revolución de las conciencias. El cambio de mentalidad es lo que nos ha conducido a lo esencial. Podrán dar marcha atrás a lo material, pero no a la conciencia del pueblo de México
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Con emoción, el mandatario convocó al pueblo a participar, en abril próximo, en el ejercicio de revocación de mandato. También descalificó la presunta militarización del país, porque las fuerzas armadas provienen del pueblo.
El mensaje del Ejecutivo redundó en que nada se logra, y esto aplica en México y en todo el mundo, con las medias tintas. Los publicistas del periodo neoliberal siempre recomiendan a los candidatos y gobernantes correrse al centro, es decir, quedar bien con todos. El noble oficio de la política exige autenticidad y definiciones. Ser de izquierda es anclarnos en nuestros ideales y principios, no desdibujarnos, no zigzaguear
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Así, resaltó el compromiso de que si somos auténticos, si hablamos con la verdad y nos pronunciamos por los pobres y por la justicia, mantendremos identidad. Y ello puede significar simpatía, no sólo de los de abajo, sino también de la gente lúcida y humana de la clase media y alta, y con eso basta para enfrentar a las fuerzas conservadoras, a los reaccionarios
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Al abundar sobre la revocación de mandato, lanzó el reto: en abril del año próximo vamos a probar de nuevo qué tanto respaldo tiene nuestra política de transformación, sabremos si vamos bien o no con la consulta para la revocación del mandato. Se le preguntará al pueblo, que es el soberano, el que manda, si quiere que yo continúe en la Presidencia o que renuncie. Nada de que me eligieron por seis años y puedo hacer lo que me dé la gana. No, el pueblo tiene que mantener todo el tiempo el poder en sus manos. Por eso llamo a participar a todas y a todos los mexicanos, militantes de partidos o ciudadanos apartidistas para poner en práctica el método de la revocación del mandato hasta convertirlo en un hábito democrático
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Sostuvo que en lo que va del sexenio ha cambiado la mentalidad del pueblo, es lo más importante de todo, la revolución de las consciencias y eso es lo más cercano a lo irreversible
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Desmintió las acusaciones de que estamos militarizando al país, pues carecen de toda lógica y de la más elemental buena fe. No se ha ordenado a las fuerzas armadas que hagan la guerra a nadie, ni que coarten las libertades y mucho menos que se involucren en acciones represivas
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Consideró que en su gobierno “ya no aplica el ‘mátalos en caliente’. Por eso reitero: las fuerzas armadas, no lo olvidemos, nacieron con la Revolución mexicana. No es un ejército de élite, no pertenece a la oligarquía, no es igual a otros ejércitos del mundo. Los soldados son pueblo uniformado”.
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