arga ha sido mi lucha por la dignidad y la justicia en este país que tanto quiero. Décadas de batallas de toda índole me han dado mucho en qué pensar. Me ha quedado claro que cuando se lucha por una causa justa y digna, con ahínco y con perseverancia, al final siempre triunfan los principios, los valores, la razón y la justicia por encima de la perversidad.
Hago público en mi artículo de la presente semana que en abril próximo estaré publicando la secuela a mi libro El colapso de la dignidad, best-seller del New York Times en 2014, traducido al inglés y francés, con ventas muy exitosas. En el nuevo libro autobiográfico narro principalmente los últimos siete años de mi vida, desde 2014 a la fecha.
Con El triunfo de la dignidad, cuento la victoria jurídica sobre las acusaciones infundadas de los gobiernos corruptos de Vicente Fox Quesada, Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto. Triunfo que se cristaliza con la decisión del cuarto tribunal colegiado en materia penal del primer circuito, el 28 de agosto de 2014, cuando se vencen, por decimoprimera ocasión, los recursos legales presentados por los presidentes entreguistas de los partidos Revolucionario Institucional y Acción Nacional, en contubernio con la empresa Grupo México, propiedad de Germán Feliciano Larrea. Ese mismo año también explico con mucho detalle el ridículo en que quedó el gobierno mexicano cuando se demostró ante la Interpol la motivación política de la ficha roja solicitada por el ex presidente espurio Felipe Calderón, así como la determinación de la Corte Suprema de Canadá.
Esta obra abarca una etapa sumamente interesante que refleja las causas de la gran desigualdad en México. Desigualdad propiciada por la avaricia de muy pocos por controlar el poder político y apropiarse de los recursos naturales del país a costa de los trabajadores y las mayorías.
El libro, que me costó más de un año escribir en las ocasiones que podía reservar algún tiempo libre, contiene incontables anécdotas e información, así como la forma en que se dieron las coincidencias con el proyecto político, económico y social del presidente Andrés Manuel López Obrador que culminó con una gran alianza y el apoyo del Presidente para que ocupara un escaño como senador de la República.
En muchos ámbitos se dijo que mi lucha fue una de David contra el monstruo de la corrupción que es Goliat. Mucha gente que observó lo que sucedía o nos atacó no consideró que fue la gran valentía y dignidad de los orgullosos mineros que siempre se mantuvo inquebrantable.
Por supuesto que nuestra lucha fue desigual. En la época de los gobiernos prianistas no solamente tuvimos que enfrentar el gran poder económico de Grupo México y sus cómplices, sino también al poder presidencial. Sin embargo, cualquier confrontación, batalla o guerra se puede ganar cuando se trabaja con constancia, perseverancia, inteligencia, estrategia, valor y sin miedo. No importa el poder o la fuerza que tengan u ostenten los enemigos, siempre el triunfo de la razón y la inteligencia serán posibles.
Los seres humanos, cuando somos sometidos a presiones y amenazas como las que se describen en esta historia de resistencia, de lucha constante y de poner a prueba el valor, el carácter, la voluntad y el sacrificio, generalmente producen una de tres reacciones. Algunos prefieren desistirse y no continuar en una batalla que a veces parece interminable, tanto por lo desigual de las circunstancias, como por la perversidad y el poder de los enemigos. Otros, prefieren negociar y llegar a acuerdos o arreglos, así sean injustos o totalmente desventajosos para los ideales que defendían y para ellos mismos. Y existe un tercer tipo de reacción, en medio de la cual sin falsa modestia digo que me encuentro, que envueltos en una lucha con profundas raíces de justicia, libertad y dignidad, decidimos continuar en la contienda hasta la victoria final. Esto conlleva tintes de idealismo y romanticismo, pero incorpora una gran consciencia social, fortaleza de carácter y nobleza de corazón.
En este libro, con toda sinceridad y con la intención de que quede este testimonio importante para las generaciones futuras, expongo mi historia, el exilio, lo mucho que esto me fortaleció, así como a mi esposa Oralia y el regreso que después de más de 12 años pude concretar a mi querido y bello México.
En México, los gobernantes de las administraciones anteriores en turno, en contubernio con algunos de los empresarios más acaudalados, vertieron multitud de mentiras y calumnias, así como acciones perversas con el objetivo de destruir a nuestra organización y a sus dirigentes. A pesar de todo, a escala internacional se reconoció la lucha que emprendimos. Nunca dieron entrada a las mentiras de los gobiernos títeres de Germán Larrea. En el libro expongo la lucha por el respeto, la justicia y la dignidad de la clase trabajadora, y las múltiples distinciones y condecoraciones que me otorgaron diversos países del orbe, para orgullo y satisfacción de mi familia y de los valientes y leales mineros de México.
En la vida no debemos permitir faltas de respeto a la dignidad, ni a la moral o la integridad y, cuando observamos conductas perversas e inhumanas, actuemos siempre con fuerza, orgullo y valentía. Esta es una gran historia que nos tocó librar a los mineros de México y estuvo marcada por situaciones sumamente adversas, una historia inédita que estoy convencido será de una enorme utilidad para las personas de bien y las generaciones venideras.
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