martes, 30 de agosto de 2022

La pensión del Bienestar, único ingreso de miles de ancianos


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▲ La Secretaría del Bienestar registra 10.5 millones de beneficiarios del subsidio a mayores de 65 años. En la imagen, Juliana Huachi y Esteban Hernández, quienes dedicaron su vida productiva al campo y ahora viven de la pensión federal.Foto Yazmín Ortega Cortés
Enviada
Periódico La Jornada
Martes 30 de agosto de 2022, p. 14

San Pedro Cholula, Pue., Bajo la sombra de un árbol, a las afueras de su casa en un área poblana rural, Juliana Huachi y Esteban Hernández coinciden en que el único ingreso en efectivo con el que cuentan es la pensión para las personas adultas mayores.

Les alcanza para cubrir sus gastos: ahí nos vamos acomodando. El dinero que cada bimestre cobran en efectivo (3 mil 850 pesos cada uno) lo usan para comer, atención médica, medicamentos y el pago de servicios: luz y gas; el agua la obtienen de un pozo situado a las afueras de su domicilio.

Les preocupa que todo está subiendo, pero tienen claro que el monto de su subsidio incrementa cada año (20 por ciento). Antes eran poco más de mil pesos (mil 160 en 2018), comenta Esteban.

Este año, la Secretaría de Bienestar destina a la pensión 240 mil millones de pesos, que se dispersan a 10.5 millones de personas mayores de 65 años.

Juliana, de 76 años, narra a La Jornada que ni ella ni su esposo habían sido beneficiarios de algún programa social, y aunque es un derecho consagrado en el artículo cuarto constitucional, no tienen claro que ese dinero lo seguirán recibiendo, independientemente de la administración federal en funciones.

Antes nos manteníamos con lo que trabajábamos. Trabajábamos al rayo de sol, subraya Juliana, quien es vocal en el Comité de Contraloría Social de la Pensión. El subsidio federal les da el único ingreso propio.

Tenemos cuatro hijos que luego nos ayudan, pero con el apoyo del gobierno les decimos que no nos manden. Sólo cuando llega la fiesta del santo patrón aportan, cuenta Juliana, y agrega que en esas ocasiones también recurren a algunos de sus guajolotes. Cuando llega un santito, hacemos un molito de pavo.

La pareja posee unos cuantos guajolotes, una burra y sus perros, que nos cuidan. Cuando eran jóvenes cultivaban en su terrenito frijol y maíz, pero ahora dicen ya no estar en condiciones físicas y la tierra la trabajan otros, y sólo reciben en pago una parte de lo que se siembra.

Aunque ninguno padece enfermedades crónicas, admiten que se les dificulta la movilidad.

Esteban, de 79 años, en la semana estuvo malo, cuenta Juliana, quien es la que administra los recursos. Estaba engarrotado de aquí para abajo (muestra sus piernas), así que tuve que llevarlo con el doctor, y ocupamos coche, un vecino nos lleva y le tenemos que dar para la gasolina y para gastos como ese también se valen de la ayuda económica del gobierno.

Jenny Hernández, coordinadora regional del esquema, manifiesta que los recién incorporados ya están bancarizados, pero esa modalidad se les complica a muchos; se les bancarizará cuando abran el Banco de Bienestar en San Gregrorio Zacapechpan, pero muchos no quieren. Juliana y Esteban prefieren el efectivo, porque no hay establecimientos comerciales en los que se pueda comprar con tarjeta.

Hernández detalla que, en el municipio, unas mil 400 personas reciben la pensión en efectivo en una mesa de atención sin riesgo, porque están presentes la Guardia Nacional y policía municipal.

Subraya que el programa cuenta con un comité de contraloría, conformado por gente de la comunidad, la cual ayuda a resolver dudas o presentar alguna queja y destaca que la mayoría están muy agradecidos de que sea un derecho constitucional.

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