‘‘Si los gobiernos no pueden con el paquete, que se vayan’’, demanda en el Zócalo
‘‘El gobernador, incapaz de hacer frente a la narcopolítica’’, consideran paterfamilias y estudiantes
Laura Poy y Alma E. Muñoz
Periódico La Jornada
Jueves 9 de octubre de 2014, p. 3
Jueves 9 de octubre de 2014, p. 3
Miles de personas se sumaron a la exigencia a los gobiernos federal y estatal para que aparezcan con vida los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, desaparecidos desde el 26 de septiembre pasado en Iguala, y la demanda de que renuncie el gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre. Advirtieron que ‘‘si los gobiernos no pueden con el paquete, que se vayan y que asignen a personas que saquen el problema’’.
Tras concluir una multitudinaria marcha que partió ayer por la tarde del Ángel de la Independencia al Zócalo, y que abarrotó la vialidad que circunda la Plaza de la Constitución, padres de familia de los jóvenes desaparecidos y estudiantes de Ayotzinapa señalaron como uno de los autores intelectuales de los hechos de violencia al presidente municipal de Iguala con licencia, José Luis Abarca, y al propio Aguirre, a quien consideraron incapaz de hacer frente a la ‘‘narcopolítica de Guerrero’’.
A lo largo de la movilización demandaron castigo para los autores materiales e intelectuales de los ataques contra los normalistas y exigieron juicio político para Aguirre y Abarca.
Al tomar la palabra en la Plaza de la Constitución, distintos padres de familia, cuyos nombres se omitieron, expresaron el dolor e indignación por la desaparición de sus hijos. Aseguraron: ‘‘Sabemos quiénes se los llevaron; fueron los policías municipales y nos quieren hacer creer que fue el crimen organizado. No queremos engaños con las narcofosas’’.
Destacaron que mantienen viva la esperanza de que estén vivos. ‘‘Los esperamos en casa, queremos de regreso a nuestros hijos. Estamos muy dolidos y desde aquí hacemos un llamado a toda la sociedad para empezar a transformar el sistema político, porque no funciona y sólo ha generado una violación sistemática de los derechos humanos’’.
Uno de los padres, originario de Tixtla, recordó que ese lugar fue la cuna de Vicente Guerrero. ‘‘De ahí han salido muchos mexicanos que lucharon por la libertad de todo el pueblo. Hoy sólo pedimos a las autoridades que nos regresen a nuestros hijos. Así como se los llevaron, vivos, queremos que nos los devuelvan. Eso le pedimos al presidente Enrique Peña Nieto, si en realidad tiene autoridad.’’
Estudiantes de Ayotzinapa cuestionaron a su vez que sus demandas de educación se las respondan con balas y asesinatos. ‘‘No comprendemos por qué el gobierno federal busca acabar con las normales rurales del país; queremos que se castigue a los responsables de crimenes extrajudiciales’’, dijeron.
Por su parte, organizaciones sociales convocantes a la marcha, como Amnistía Internacional (AI), Centro Pro y Serapaz, también consideraron que los hechos de violencia del pasado 26 de septiembre en Iguala fueron ‘‘a todas luces un crimen de Estado en el que policías y funcionarios de distintos niveles de gobierno estuvieron involucrados por omisión o por aquiescencia’’, por lo que advirtieron –en un pronunciamiento leído desde el templete– que ‘‘no aceptaremos que los hechos se atribuyan al crimen organizado’’.
Durante el recorrido, cientos de personas se sumaron a la marcha portando carteles y mantas con leyendas como ‘‘Todos somos Ayotzinapa’’, ‘‘Vivos se los llevaron, vivos los queremos’’, ‘‘En Guerrero, matar es primero’’, ‘‘Menos balas y más educación’’, ‘‘El que calla una injusticia se convierte en cómplice’’ y ‘‘México, fosa clandestina’’, entre otras.
La movilización, que de acuerdo con los organizadores hasta el final del mitin abarrotó las vialidades del Zócalo capitalino, mientras que el Gobierno del Distrito Federal estimó en 15 mil los asistentes, fue encabezada por padres y madres de familia y amigos de los normalistas desaparecidos, quienes portaron una gran manta con las fotografías de sus compañeros. También se sumaron decenas de activistas de derechos humanos, estudiantes del Politécnico, de las universidades Nacional Autónoma de México, Autónoma Metropolitana, de la Escuala Nacional de Antropología e Historia, de normales rurales, así como maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación. Asimismo, se sumó un contingente del PRD capitalino.
Grupos de jóvenes vestidos de negro y con el rostro cubierto realizaron pintas en algunos edificios de Paseo de la Reforma, donde plasmaron leyendas en las que exigían castigo a los responsables de los crímenes contra los normalistas y pedían la renuncia del gobernador Aguirre.
Las organizaciones sociales, en voz del actor Daniel Jiménez Cacho y el vocalista de Café Tacuba, Rubén Albarrán, se solidarizaron con la demanda de presentar con vida a los 43 desaparecidos, así como la exigencia para implementar un protocolo de búsqueda apegado a los más altos estándares internacionales, a fin de generar una investigación ‘‘rápida y exhaustiva’’.
Quema de efigies
Tras pedir la identificación de los 28 cuerpos encontrados en las fosas clandestinas de Iguala, y de que antropólogos forenses independientes participen en las investigaciones, exigieron que el gobierno federal y estatal trate con respeto a los familiares de los normalistas, a quienes se deberá garantizar en todo momento su seguridad. Además, pidieron se les informe, antes que a los medios de comunicación, del resultado de las investigaciones.
A la movilización se sumaron también el sacerdote Miguel Concha, Cuauhtémoc Cárdenas y los académicos Adolfo Gilly e Imanol Ordorika, así como el poeta Javier Sicilia, entre otros.
Minutos después del cierre del acto, en una de las esquinas de la Plaza de la Constitución, decenas de manifestantes quemaron imágenes de cartón y papel con los rostros del gobernador Aguirre, el presidente Peña y el ombudsman nacional, Raúl Plascencia.
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