martes, 23 de junio de 2015

El problema del envejecimiento poblacional

René Drucker Colín
E
n nuestro país, al igual que en el resto del mundo, hay un problema toral que requiere de políticas públicas certeras y eficientes. El tema en cuestión tiene que ver con el número cada vez más elevado de la población mayor de 65 años.
Para apreciar la dimensión de la cuestión en México cabe mencionar que de 1970 a 2010 el número de personas mayores de 65 años aumentó 388 por ciento, pasando de 1.8 a 7.0 millones, y se considera que para 2050 habrá más de 30 millones de adultos mayores en el país. A esto hay que sumar que más de 50 por ciento de la población de adultos mayores requieren o requerirán atención médica para atender sus enfermedades crónico-degenerativas, como: hipertensión, diabetes, desórdenes cardiovasculares y neurológicos, como Parkinson y Alzheimer.
Si bien en México existen instituciones creadas para atender a la población de adultos mayores –como el Instituto Nacional de Geriatría, la red universitaria (UNAM) sobre envejecimiento y varios departamentos en hospitales públicos que enfrentan los problemas de la vejez–, la realidad es que hay poca investigación sobre este tema y la atención está centrada mayormente en la clínica, orientada principalmente en el tratamiento de los padecimientos crónico-degenerativos. Por ende es imperativo crear un centro de investigación sobre envejecimiento, asunto que ya está en marcha a través de la creación de un centro de esta naturaleza entre el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación del DF (Seciti). En este centro se pretende enfocar temas como los que enumero a continuación: mecanismos biológicos del envejecimiento, inmunología, apoptosis y senescencia, genómica, células madres, alteraciones metabólicas, desarrollo de medicamentos, hábitos de vida, epidemiología, demografía, estrategias sociales, calidad de vida, etcétera.
El centro estará principalmente orientado a investigar, estudiar y desarrollar los conocimientos necesarios para entender qué procesos o estrategias se requieren desarrollar en la población joven y adulta para que lleguen a la vejez en estados saludables. Desde luego, si esto se lograra, podría ahorrar al Estado una enorme cantidad de recursos.
En este momento este centro ya cuenta con un comité internacional que ha desarrollado el proyecto académico, cuenta también la Seciti con un terreno de 3 mil 500 m2 en el poniente de la ciudad y en un esfuerzo conjunto con el Conacyt, a través de los fondos mixtos, cuenta con el recurso económico para su construcción. En los próximos días se llevará a cabo una ceremonia protocolaria para poner la primera piedra del centro, donde el jefe de Gobierno, doctor Miguel Ángel Mancera, y el director del Conacyt, doctor Enrique Cabrero, y el que escribe este artículo, estaremos dando el arranque físico de este proyecto. Cabe señalar que este proyecto ya cuenta con intereses importantes de colaboración con los centros Max Planck de Alemania y el Buck Institute sobre Envejecimiento, localizado en San Francisco, California. Si todo marcha como hasta ahora, en un par de años se podría inaugurar el primer centro de investigación de la ciudad de México desde luego con la colaboración institucional del Conacyt, el cual será también un factor clave para su éxito.
Cabe señalar también que un centro de este nivel podrá albergar a un número importante de jóvenes científicos mexicanos, con lo cual se abren oportunidades de empleo científico, asunto de importancia toral para el desarrollo del país.
De esta forma, el gobierno de la ciudad de México a través de la Seciti, junto con el Conacyt, pretende enfrentar con anticipación un problema social que es una bomba de tiempo.

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