martes, 22 de septiembre de 2015

A un año de Iguala: el heroísmo de los padres

Pedro Salmerón Sanginés
E
l 27 de septiembre de 2014, aquel largo, atroz día en que poco a poco se revelaba la magnitud de la tragedia perpetrada en Iguala durante la tarde y la noche anteriores, fue apareciendo un actor colectivo que se convertiría en referente de la vida nacional durante todo este año: los familiares de los normalistas desaparecidos. Uno de ellos, Adelaido Álvarez Gómez, expresó esa tarde: ‘‘Sabemos que faltan 55 alumnos que están desaparecidos y por eso venimos a Iguala a buscarlos; nos dicen que tres estudiantes murieron”.
En los primeros días, el primer mes posterior a la tragedia, mientras definían con absoluta claridad su exigencia vital (la resolución del caso, la entrega de sus hijos), aparecía el horror: fosas clandestinas, historias aterradoras de desapariciones y asesinatos. Conocimos las demandas directas y concretas (contra el alcalde, entre muchos otros) que la Procuraduría General de la República (PGR) había desestimado; aparecían las evidencias de la complicidad de los tres niveles de gobierno y del Ejército federal… y los padres seguían exigiendo la presentación con vida de sus hijos. El 4 de octubre, desde Ayotzinapa, los padres convocaron a una marcha nacional para el día 8. La respuesta nacional, el 8 de octubre, fue masiva y espectacular y afirmó el carácter de los padres como referentes, como símbolos de la indignación y la vergüenza, de la resistencia nacional contra la violencia de Estado.
Y siguieron pasando cosas: fracasó el intento del gobierno y de los medios de cargar toda la responsabilidad en el alcalde de Iguala, exculpando al gobernador y omitiendo la complicidad de las dependencias federales (sobre todo la PGR y el Ejército), y fracasó también la intención de comprar, cooptar o desmovilizar a los familiares de los 43. El 23 de octubre los padres rechazaron el primer intento de la PGR de construir una versión a modo que intentaba vincular a los estudiantes desaparecidos con el crimen organizado. Felipe de Jesús, uno de los padres, explicó que aunque nunca confiaron en que el gobierno resolviera el caso, le habían dado un voto de confianza que ese día le retiraban.
Al cumplirse un mes de los hechos, los estudiantes de la normal de Ayotzinapa y los padres de los 43 bloquearon la Autopista del Sol, mientras otros contingentes cerraban más carreteras en Guerrero. Justo al día siguiente se inició la telenovela de la verdad histórica, cuando el procurador Jesús Murillo Karam anunció que se habían descubierto restos humanos en el tiradero de Cocula que, según sus informes, pertenecían a los 43 estudiantes. Dos días después los padres se entrevistaron con Enrique Peña Nieto. Aunque alcanzaron un acuerdo de 10 puntos con el gobierno, se sintieron agraviados por la actitud del Presidente. Felipe de la Cruz dijo: Todo el esfuerzo del Estado, pero para nosotros nada; no encuentran a nuestros hijos, mucho menos nos dicen nada que nos venga a alentar que están cerca del objetivo. Melitón Ortega añadió que Peña Nieto “no se da cuenta de que el sufrimiento no se negocia, que las vidas humanas no tienen precio. Que sepan que como padres de familia no nos interesa si el gobernador renunció o no. Lo que nos interesa es rencontrarnos con nuestros hijos en la normal’’. Emiliano Navarrete apuntó: ‘‘Yo le dije que no vengo a Los Pinos a pedirle un favor, sino a exigirle, como mexicano que soy, que me responda por qué acribillaron a nuestros muchachos, Yo digo que mi hijo no está desaparecido; fue raptado por uniformados”.
Y la historia sigue llena de ejemplos de entereza y dignidad, como el posicionamiento del 26 de marzo de 2015: Vamos a seguir adelante, hasta no encontrar a nuestros hijos. Hasta no saber el paradero de ellos, quién los tiene, por qué se los llevaron. A nosotros nos queda claro que fue un plan bien estructurado por parte del gobierno de la República, porque hasta ahora no ha sido capaz de darnos una respuesta verdadera, una respuesta verídica a los hechos. Ellos solamente se están enfocando a una hipótesis que se les cayó pedazos a pedazos. Y siguieron las investigaciones alternas, las jornadas globales por Ayotzinapa, la gira de una comisión de padres por 12 países de Europa (17 de abril al 19 de mayo).
Los intelectuales del régimen quieren robarnos a los héroes, a los de antaño, forjadores de identidad y de conciencia, para así poder descalificar a los héroes vivos, a estos padres y madres que después de un año siguen aquí, incorruptibles, irreductibles. Este sábado marcharemos con ellos.
twitter: @HistoriaPedro

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