sábado, 26 de septiembre de 2015

México SA

¿Qué fue del recorte?
¿Gasto maquillado?
Cierra dólar en 17.28
Carlos Fernández-Vega
¿Q
ué fue de aquel recorte al gasto público anunciado por el ministro al cierre de enero pasado? (es decir, el presunto tijeretazo por 124 mil 300 millones de pesos), porque cuando menos en el primer semestre del presente año el gobierno federal lejos de achicar las erogaciones las incrementó sustancialmente, siempre con miras a sacar ventaja en el pasado proceso electoral.
Sobre este asunto, un análisis del Reporte macroeconómico de México de la Universidad Autónoma Metropolitana (Las finanzas públicas durante el primer semestre de 2015: ¿una expansión del gasto público maquillada?, elaborado por Juan Moreno Pérez, economista por la UNAM y doctor en historia económica por la UCLA) advierte que “a diferencia de lo que sería de esperarse con un gasto fuertemente ‘recortado’”, como señala el reiterado discurso de las autoridades hacendarias (de enero a junio de 2015), se observa, un ejercicio superior en 129 mil 127 millones de pesos (5.7 por ciento más)”.
Así, como una muestra del arte de maquillar cifras, se aprecia lo que hizo la Secretaría de Hacienda para presentar el gasto de capital. A primera vista, el crecimiento anual de 15.9 por ciento luce muy bien, comparado con 9 por ciento del gasto corriente. Pero si se examinan las cifras con cuidado, se observa que la inversión física creció en una exigua tasa de 3.4, y que la cifra agregada se explica por lo sucedido con la inversión financiera. Dentro del gasto corriente se ubica la parte más importante de las erogaciones con fuerte impacto electoral. Si se agregan el concepto denominado subsidios, transferencias y aportaciones, y el de ayudas y otros gastos, se observa que la expansión del gasto por esos dos conceptos, durante el primer semestre del año, alcanzó la elevada tasa anual de 24.1 por ciento.
Meses atrás el mismo autor advirtió que en realidad no se está buscando disminuir el gasto público, al menos no para los primeros meses del año, pues el comportamiento de las finanzas públicas y de la deuda pública durante enero (y en febrero se confirmó la tendencia) indica con bastante claridad que la intención de las autoridades hacendarias parece ser impulsar un fuerte crecimiento del gasto público, al menos durante los primeros meses de este año electoral.
Ya con las cifras oficiales correspondientes al primer semestre del año, Moreno Pérez detalla que “el Ejecutivo diseñó una política ‘del engaño’ para conseguir dos objetivos: uno para mediados de 2015 y el otro para 2016. El primero fue expandir el gasto público durante enero-junio para impactar en la coyuntura electoral; el segundo, preparar las condiciones para que el Congreso apruebe un incremento de ingresos de magnitud suficiente para no tener que disminuir el gasto público en 2016”.
Para lograr el objetivo, apunta, “en enero se anunció el citado recorte presupuestal, al mismo tiempo que se expandía el gasto. Al parecer, al principio se pensó en compensar, al menos en parte, esa expansión durante la segunda mitad del año, pero la aparición de ingresos ‘no anticipados’ está haciendo innecesario adoptar esa medida. El anuncio de que se recortará el presupuesto para 2016, con el fin de acomodar la pérdida en los ingresos petroleros, es parte de una estrategia para convencer al Congreso y a la opinión pública de la necesidad impostergable de aprobar una nueva reforma tributaria a fines del presente año”.
El académico concluye que el anuncio de la SHCP respecto de que se revisarán todos los programas de gasto usando la metodología del presupuesto base cero para 2016, tiene en realidad otro propósito: preparar las condiciones para que se discuta y apruebe una nueva reforma tributaria para incrementar los ingresos, como parte de la discusión del paquete económico para el ejercicio fiscal de 2016.
De progresar, se evitará el recorte del presupuesto para 2016, ya que, de hacerlo, las consecuencias serían funestas, no sólo porque se obstaculizaría la recuperación económica, sino porque dejaría descubiertos muchos programas de gasto vitales para la población, generando un gran descontento.
Al examinar los datos hasta junio, recientemente publicados, se detectó una posible incongruencia en los mismos: del déficit presupuestal de 350 mil 174 millones de pesos acumulados durante la primera mitad del año, 161 mil 625 millones se generaron sólo en el mes de junio. Sin embargo, el endeudamiento neto reportado para ese mismo mes alcanzó 270 mil 211 millones de pesos, cifra superior en 108 mil 587 millones al déficit registrado. Esa discrepancia es demasiado elevada para dos cifras que deberían ser, contable y conceptualmente, equivalentes.
Una explicación de tal discrepancia, detalla Moreno Pérez, “podría encontrarse en el concepto denominado aprovechamientos, el cual ha sido utilizado de manera muy abusiva por la Secretaría de Hacienda para registrar como ‘ingresos’ lo que es en realidad un uso de disponibilidades (activos) financieras ya existentes. Así, recursos provenientes del endeudamiento terminan registrados como si hubieran sido parte de los ingresos recaudados”.
La información de tales aprovechamientos registra una recaudación acumulada hasta junio por 107 mil 266 millones de pesos. Dentro de esa cifra se ubicaron los 31 mil 449 millones correspondientes al remanente de operación enterado por el Banco de México en abril, y registrados como ingresos, al cerrarse el primer trimestre. Además se identificaron otros 7 mil 122 millones, referidos a varios rubros, entre los que se encuentran los ingresos por la concesión otorgada para una nueva cadena de televisión. El monto restante fue de 68 mil 695 millones de pesos, casi el doble de los 34 mil 300 millones originalmente calendarizados por la Secretaría de Hacienda.
Aunque resulta probable que parte de esos recursos provengan en realidad de disponibilidades financieras ya existentes, “su magnitud no alcanza a explicar la enorme discrepancia existente. Es probable que la mayor parte de la anomalía detectada se explique porque el gasto público erogado durante junio haya sido en realidad superior al que se reporta… En cualquier caso, la discrepancia total tiene dos componentes: el primero, por el registro de parte del endeudamiento como ingresos por aprovechamientos; y el segundo, el de mayor magnitud, por un gasto público erogado durante junio, pero que se irá registrando en los siguientes meses (sobre todo en julio), siendo muy difícil identificar con precisión su monto”.
Las rebanadas del pastel
Y el billete verde cerró la semana en 17.28 (17 mil 280) papelitos del Banco de México.
Twitter: @cafevega

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