Versión estenográfica. Día de la Armada de México, en la Rotonda de las Personas Ilustres, Ciudad de México
2019, Año del Caudillo del Sur, Emiliano Zapata
PRESIDENTE ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR: Mujeres y hombres de la Armada de México, amigas, amigos todos:
Me da mucho gusto participar en esta ceremonia de conmemoración al nacimiento de la Armada de México por la gesta del capitán Sainz de Baranda.
Es muy importante recordar la historia. Lo menciono con frecuencia, cito lo que se le atribuye a Cicerón, que la historia es la maestra de la vida y que el que no sabe o quien no sabe de dónde viene, difícilmente sabrá hacia dónde va.
Pedro Baranda ayuda a consumar la Independencia de México porque siempre las ideas van por delante de los hechos. Cuando se habla de la Independencia de México siempre nos acordamos de 1810, que es el inicio del movimiento de Independencia, y suele también recordarse que es cuando el cura Hidalgo proclama la abolición de la esclavitud.
Se piensa que la esclavitud es abolida en México desde entonces, desde 1810, pero eso no es real. La esclavitud continúa en México, lo de Hidalgo fue una proclama. En los hechos, la esclavitud se abolió en nuestro país 100 años después, hasta 1914, después de la Revolución mexicana.
Lo mismo sucede con la Independencia. Se habla del Grito de Independencia, lo conmemoramos, pero es el inicio; luego hay otra fecha histórica importante: la consumación de la Independencia 1821, pero también esto no es así del todo, la Independencia no concluye, no se alcanza a plenitud en 1821.
Aquí estamos recordando que se logra la Independencia cuando se derrota a una fuerza española que se apoderó del fuerte de San Juan de Ulúa, en Veracruz, en 1825, por el comandante Pedro Baranda. Un hecho histórico importantísimo.
Sin embargo, todavía pasa otro tiempo, siguen los intentos de reconquista y se llega hasta tomar la medida drástica en 1829 de expulsar de nuestro territorio a todos los españoles.
Así ha sido la historia en nuestro país y la defensa de nuestra soberanía. Apenas nos estábamos independizando de España y de nuevo la amenaza de invasión de Francia, la primera intervención francesa, 1838; si hablamos de la expulsión de los españoles en 1829 y de nuevo nos invaden, ahora franceses, 1838, imagínense cuánto costaba hacer valer nuestra Independencia.
A esa intervención francesa se le conoce como la Guerra de los Pasteles, porque aquí cerca había un restaurante de un francés, y unos mexicanos consumieron unos pasteles, y esto originó el reclamo de Francia y lo usaron como pretexto para invadirnos en 1838.
Es importante también este año porque de nuevo en Veracruz -no se podía escribir la historia de México sin el puerto de Veracruz, porque ha sido el escenario de todos estos acontecimientos definitorios en la historia de México- ahí el que defiende al puerto de Veracruz y la Independencia de México es López de Santa Anna y ahí pierde su pierna Santa Anna.
Luego que se logra en 1839 el arreglo con Francia, siete años después la invasión estadounidense, desde 1846 empiezan a invadirnos y de nuevo, además de hacerlo por tierra lo hacen por mar y hay un desembarco en Veracruz.
Esa intervención fue muy dolorosa, fue como un gran zarpazo, porque por esa intervención nos despojaron de más de la mitad de nuestro territorio. Los invasores entraron hasta la Ciudad de México, fue ofensivo, porque se izó la bandera estadounidense en Palacio Nacional. Son de los tiempos más tristes de la historia patria.
Luego, pues ya sabemos, de nuevo la invasión francesa y logramos restablecer nuestra República y se logra la segunda independencia de México.
Pero todavía en el siglo pasado, el siglo XX, en 1914 nos vuelven a invadir los estadounidenses. Por eso recordamos siempre a los oficiales de la Armada de México que lucharon en Veracruz, a Virgilio Uribe, a Mariano Azueta, defensa de nuestra patria.
Es interesante que entonces era presidente de Estados Unidos Woodrow Wilson, un presidente demócrata que toma esa decisión que reprobamos, aun siendo uno el uno de los principales impulsores de lo que conocemos ahora como la Organización de Naciones Unidas.
En ese tiempo, el secretario de Marina de Estados Unidos era Joseph Daniels, un personaje extraordinario, y bajo sus órdenes estaba en 1914 Franklin Delano Roosevelt.
Cuando México hace valer de nuevo su independencia, su soberanía, 1938, con la expropiación del petróleo, luego de amenazas en el sentido de que si se nacionalizaba el petróleo, si se expropiaba a empresas petroleras extranjeras nos iban a volver a invadir porque las empresas petroleras extranjeras dominaban todo el golfo de México, era un poder dentro de otro poder.
Hay hechos históricos también de la Armada, del Ejercito que debemos recordar en ese periodo. Venustiano Carranza y los constituyentes del 17 deciden que el petróleo es de la nación y empiezan las presiones de las empresas y de los gobiernos extranjeros, tantas presiones que no se podía ni siquiera hacer la ley reglamentaria del artículo 27 constitucional. No pudo hacerlo ya el presidente Carranza ni el presidente Obregón por las presiones que había y siempre amenazaban con invadirnos si México recuperaba el petróleo que Porfirio Díaz había entregado a los extranjeros.
Había expresiones de marinos destacadísimos que cuidaban los puertos de Veracruz, de Tampico y de militares, diciendo: ‘Nos invaden y vamos a prenderle fuego a los pozos petroleros y el fuego se va a ver hasta Nueva Orleans’. Esa era la respuesta ante la amenaza de intervención en ese entonces.
El general Cárdenas decide nacionalizar el petróleo en una circunstancia muy especial, un acto de patriotismo, de soberanía. Y en ese entonces ya era presidente de Estados Unidos Franklin Delano Roosevelt, uno de los mejores presidentes, de acuerdo a mi parecer, que ha habido en Estados Unidos; un titán de las libertades que supo actuar con respeto a la decisión soberana que tomó el general Cárdenas.
Tan es así, que envía el presidente Roosevelt de embajador a México al que había sido su jefe, al que había estado de secretario de Marina en 1914, a Joseph Daniels. Se convierte en el embajador de Estados Unidos en México y en un aliado del gobierno de México y en un hombre respetuoso de la soberanía de nuestra patria. Por eso se puede consumar la expropiación petrolera, hay otras circunstancias, pero esto es importante.
El general Cárdenas, cuando expropia el petróleo, escribe en su diario que recordaba el tiempo en que había estado de comandante en el golfo, todavía era capitán y había estado de comandante en la zona militar del golfo con sede en Papantla.
Y decía -en el 38, escribía en su diario- que lo visitaba el gobernador de Veracruz, Heriberto Jara, y que platicaban de los abusos que cometían las empresas petroleras extranjeras, y que eso lo tenía presente y que eso influyó para tomar esa decisión de expropiar el petróleo. Fíjense cómo es la vida y la historia. El primer secretario de Marina en 1940 nombrado por el presidente Lázaro Cárdenas fue Heriberto Jara, primer secretario de Marina.
Por eso me da mucho gusto estar aquí y conmemorar esta fecha histórica del capitán Pedro Baranda. La historia de los Baranda de Campeche es también algo extraordinario, excepcional, porque sus dos hijos también fueros militares, Pedro y Joaquín. Pedro fue gobernador de Campeche, de Tabasco, los dos participaron en el movimiento de Reforma, los dos lucharon para defender a la patria durante la intervención francesa; y Joaquín fue alrededor de 20 años secretario de Justicia y de Instrucción Pública en el gobierno de Porfirio Díaz. La familia Baranda es una familia de estirpe revolucionaria, de luchadores independentistas.
Por eso, repito, me da mucho gusto participar en esta ceremonia. Es más, me ejercita la memoria, yo soy apasionado de la historia y esto me ayuda también a no olvidar, a tener muy claro nuestro pasado para seguir defendiendo nuestros ideales.
Termino haciendo un reconocimiento muy especial al almirante José Rafael Ojeda Durán, un hombre leal. Celebro que no me equivoqué al nombrarlo secretario de Marina. No nos conocíamos.
Pasó lo mismo que cuando decidí nombrar de secretario de la Defensa al general Luis Cresencio Sandoval González. No los conocía a ninguno de los dos, pero tenía que explorar, hacer un trabajo de arqueología, de investigación, saber de dónde venían, quiénes eran, conocer su pasado, su trayectoria. Y estudié sus expedientes para decidir con la gran ventaja de que pude hacerlo entonces y ahora con absoluta libertad, porque no tengo compromisos con grupos de intereses creados. A mí me eligió el pueblo de México, mi único amo es el pueblo de México, soy completamente libre, solo le tengo que rendir cuentas al pueblo de México.
En el expediente del general Cresencio Sandoval hay algo que se repetía, hice hasta cuestionarios, se repetía, había una constante: incorruptible. Y por eso, entre otras cosas, decidí nombrar al general Cresencio Sandoval González.
Y en el caso del almirante José Rafael Ojeda Durán, imagínense, cuando estaba en su apogeo la corrupción, cuando se padecía de más corrupción, a finales de los años 80 escribió un libro el almirante Ojeda hablando del daño que causaba la corrupción en nuestro país, porque ahora escribir un libro sobre el daño que causa la corrupción no es ninguna novedad, y espero que se convierta en un lugar común pronto, pero en ese entonces fue muy importante escribir ese libro.
Y luego, analizando su historia, resulta que a él le correspondía desde el sexenio pasado, respetando los escalafones, pero por cuestiones que no viene aquí al caso señalar, se le hizo a un lado y se estaba cometiendo una injusticia.
En las instituciones se tiene que actuar con legalidad siempre y por eso decidí nombrar al almirante José Rafael Ojeda Durán y ha sido un gran apoyo el que he recibido del almirante Ojeda.
Nos han apoyado mucho, con mucha lealtad, tanto la Secretaría de la Defensa como la Secretaría de Marina, ayudándonos ahora en la tarea tan importante de garantizar la paz y la tranquilidad en nuestro país, ayudándonos para que haya seguridad en nuestro país sin titubeos, ayudándonos para que la policía militar, la policía naval pasaran a formar parte de la Guardia Nacional para cuidar, proteger a nuestro pueblo.
Por eso he dicho y repito, son dos instituciones, dos pilares del gobierno y del Estado mexicano la Secretaría de la Defensa y la Secretaría de Marina.
Y reconozco la lealtad de los marinos, de los soldados de México y juntos vamos a seguir haciendo historia. Vamos a seguir haciendo realidad principios, valores, preceptos como la libertad, la justicia, la democracia y la defensa de nuestra soberanía nacional.
¡Que vivan las Fuerzas Armadas!
¡Que viva la Armada de México!
¡Viva México!
¡Viva México!
¡Viva México!
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