Mercado interno: fórmula mágica
Alza de precios; reducción salarial
Niñez nacional: “para vivir mejor”
Carlos Fernández-Vega
Alza de precios; reducción salarial
Niñez nacional: “para vivir mejor”
Carlos Fernández-Vega
No es difícil saber a quién se le ocurrió la fórmula mágica, pero lo cierto es que en el circuito gubernamental no sólo se asegura, sino que se presume, que la reactivación del mercado interno (el destartalado motor doméstico”) se alcanzará fácil, rápida y sólidamente con precios al alza y tarifas crecientes, por una parte, y salarios miserables y poder adquisitivo en permanente descenso, por la otra. Así, según la tesis oficial, con un ingreso real cada día menor, los mexicanos deben pagar más y más “para vivir mejor” y dar cuerpo al prometido “futuro venturoso”, existente sólo en el discurso.
Constantes incrementos en los precios de los combustibles, que repercuten negativamente en toda la cadena productiva, crecientes tarifas eléctricas que exprimen a los consumidores y cancelan no pocos proyectos industriales, precaria generación de empleo por los dos lados (en número y calidad) y raquítico poder adquisitivo son factores que permitirán que la “otra parte del impulso económico” retome los ya olvidados tiempos felices del “milagro mexicano”. Y se quedaron tan tranquilos.
En vía de mientras, y como parte de la fórmula mágica, es un aliciente conocer que los precios de la canasta básica de alimentos (la que consumen los mexicanos de menores ingresos, que son la mayoría) se incrementan a un ritmo mayor que la inflación en general. El Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados informó, con base en información del Banco de México, que en marzo pasado los índices de precios que corresponden a la canasta básica y a los alimentos crecieron 3.50 y 1.97 por ciento anual, respectivamente, contra 3.04 por ciento del índice general. Comer menos también reactivará el “motor doméstico”.
Como parte de la mágica fórmula, la buena nueva sería que los precios de los alimentos “si bien continúan al alza, lo hacen aunque a menor ritmo”, pero no los de la canasta básica: “algunos alimentos de consumo básico (como tortilla de maíz, pan blanco y dulce, harina de maíz y de trigo y las galletas populares, las de animalitos) mantienen su tendencia al alza, a un mayor ritmo que el índice de alimentos. En marzo, el precio de la tortilla de maíz reportó un aumento de 11.84 por ciento anual, la mayor tasa desde agosto de 2007 (12.84 por ciento anual), con lo que confirmó cinco meses consecutivos de crecimiento; en tanto que el precio del pan dulce creció 7.4 por ciento anual, alcanzando así seis meses consecutivos de crecimiento. Este escenario podría mantenerse mientras persista la incertidumbre sobre el desabasto de granos, ocasionado por la posibilidad de una caída en la oferta de esos alimentos, luego de la menor superficie de siembra de productos básicos en el norte del país”, apunta el CEFP. La expectativa, pues, es que la de por sí precaria dieta de millones de mexicanos sea aún más frugal.
El citado Centro de Estudios de la Cámara de Diputados redondea el panorama: los precios de los alimentos en el mercado nacional se mantienen elevados debido a que factores climatológicos, especulativos y menores inventarios continúan afectando el comportamiento de la oferta y demanda. La posibilidad de una reducida oferta por la menor superficie de siembra de productos básicos para el ciclo primavera-verano, el peligro de plagas y la ocurrencia de fenómenos climatológicos (sequías y lluvias) podría mantener elevados los precios ante la incertidumbre del abasto de productos de consumo básicos.
En marzo de 2011 persistió la incertidumbre sobre el posible desabasto de productos básicos, lo que continúa generando, aunque en menor medida, una presión al alza en los precios al mayoreo de algunos granos y leguminosas de granos, como el maíz y la alubia chica, ya que entre la segunda semana de marzo y la segunda de abril crecieron 3.77 y 3.23 por ciento, respectivamente. “No obstante y a pesar de las medidas adoptadas para acabar con la especulación sobre los precios del maíz, se mantiene latente el riesgo de que siga aumentando su precio, el cual se encuentra por arriba de los precios internacionales (4 mil pesos por tonelada). Hasta la segunda semana de abril el precio de la tonelada de maíz se ubicó en aproximadamente 5 mil 500 pesos, 60 pesos más que el valor registrado en la misma semana de marzo de 2011”.
Con todo y discursos de Bruno Ferrari, se mantiene el riesgo de que los precios de algunos productos de consumo básico, como la tortilla, continúen al alza, ya que hasta el 13 de abril de 2011, el kilogramo de la tortilla registró un precio promedio nacional de 10.83 pesos en tortillerías, es decir, 26 centavos por arriba del observado hasta el 14 de marzo de este año (10.57 pesos por kilo). El mayor costo de la tortilla se observó en las ciudades de Mexicali y Cuernavaca, donde alcanzó 14.67 y 15.40 pesos, respectivamente; mientras en la zona metropolitana de Puebla y Toluca se ubicó en 8.80 y 9.36 pesos, en cada caso, siendo los más bajos a nivel nacional.
Hasta la segunda semana de abril algunos productos reportaron menor precio con respecto al del mismo periodo de marzo, pero se mantienen por arriba de los niveles observados durante enero-febrero de 2011. Tal es el caso del costo promedio del frijol negro de importación, que en el primer bimestre del año oscilaba entre 13 mil 300 y 14 mil 800 pesos la tonelada. Para la segunda semana de abril su precio se ubicó en 15 mil 650 pesos la tonelada. “Dentro del mismo análisis también debe destacarse la etapa de estabilidad que mostraron productos como el garbanzo y lenteja grande, ya que no reportaron cambios durante el periodo de referencia; sin embargo, sus precios también se mantienen por arriba de los reportados entre enero y febrero de este año. Al cierre de la segunda semana de abril el precio promedio del garbanzo grande se ubicó en 25 pesos el kilogramo es decir más de ocho pesos por arriba del precio alcanzado en enero de 2011 (16.38 pesos el kilogramo)”.
Las rebanadas del pastel
Y si de “vivir mejor” se trata (Calderón dixit), allí está el escalofriante informe de la OCDE: “México tiene la tasa de pobreza infantil más alta entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos. Uno de cada cuatro niños vive en hogares pobres (25.8 por ciento), el doble del promedio que reportan los 34 socios de ese organismo, calculado en 12.7 por ciento. Así que si la cuarta parte de los niños mexicanos viven en pobreza, ésta afecta a 8.2 millones de menores si sólo se consideran a los que tienen entre cero y 14 años, o bien hasta 10.9 millones si se incluye a quienes llegan hasta los 19 años” (La Jornada, Susana González y Karina Avilés).
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