viernes, 13 de mayo de 2011

México SA


Tipo de cambio y boca floja

Cordero y Carstens: ¡mesura!

Encallado, el “gran navío”

Carlos Fernández-Vega

Si fuera por discursos, México sería el primer mundo del primer mundo, aunque en los hechos el navío de gran calado” (Calderón dixit) se mantiene encallado, y la economía mexicana se sostiene con alfileres. Cualquier alteración en la velocidad del viento (especialmente si viene del norte) la sacude. Su presunta fortaleza depende cada día más de factores externos, y obvio es que éstos no reportan su mejor momento. Por ello, la mesura debe ser la norma entre los supuestos encargados de mantener el precario equilibrio.

Sin embargo, tal norma, lamentablemente, ni por aproximación es utilizada por los funcionarios del sector público financiero, quienes dedican su tiempo a exaltar logros inexistentes y pronósticos de fábula, mientras patinan que da envidia. Por ejemplo, en días pasados el secretario de Hacienda, Ernesto Cordero, para demostrar la “fortaleza” económica mexicana públicamente recomendó “tomar previsiones ante el riesgo de una depreciación del peso frente al dólar, una vez que los países industrializados comiencen a elevar sus tasas de interés… se espera un proceso de depreciación de nuestra moneda, pero (hay que) tomarlo con naturalidad”.

Lo anterior no fue del agrado del gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, para quien “no es inevitable” una devaluación del peso frente al dólar. México es “fuerte”, dice, porque mantiene tasas de interés superiores a las de Estados Unidos y, por lo mismo, resulta atractivo para los inversionistas foráneos (es decir, los cerca de 70 mil millones de dólares de capital golondrino) que sólo vienen a especular al país, no a promover el crecimiento. El doctor “catarrito” atribuye la “fortaleza de nuestra moneda” (el “superpeso”) a este mecanismo saqueador, el cual, paralelamente, representa un “gran riesgo para la economía”, según sus propias palabras. El hecho es que por su falta de mesura, lo único que ambos funcionarios estimulan es, precisamente, la depreciación de nuestra fatigada moneda.

Mientras consultan en el diccionario lo que quiere decir mesura, ¿cómo va el “navío de gran calado”? En su más reciente análisis sobre el particular, el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP) de la Cámara de Diputados reporta que los indicadores muestran que la evolución de la economía mexicana “podría no ser tan robusta”. En el corto plazo los consumidores se encuentran en un escenario pesimista, dada la percepción que tienen sobre su propia situación y la de la economía mexicana, por lo que no consideran la posibilidad de adquirir bienes de consumo duraderos, lo que podría incidir en la dinámica de la demanda interna del país.

La posición de los consumidores podría estar influida por la reducida generación de empleo formal. De acuerdo con el IMSS, desde el comienzo de la crisis en octubre 2008 a abril del presente año sólo se han generado 409 mil 229 empleos, permanentes 43 por ciento de ellos, y el resto es eventual (en ese periodo la demanda real fue cercana a un millón 600 mil plazas). “Esta circunstancia se presenta a pesar de que los componentes del Sistema de Indicadores Cíclicos (indicador coincidente y adelantado) señalan que la economía mexicana se encuentra en fase expansiva. No obstante, en la Encuesta sobre las Expectativas de los Especialistas en Economía del Sector Privado de abril se anticipa que en 2011 el producto interno bruto tendría un crecimiento de 4.37 por ciento, el cual será menor al observado en 2010” (5.5 por ciento).

A lo anterior se suma la disminución observada en el Indicador de Confianza del Productor en torno al momento adecuado para invertir, así como una reducción en la expectativa de crecimiento económico de Estados Unidos por parte del sector privado, y la debilidad mostrada en su mercado laboral, lo que podría traducirse en una contracción de su demanda interna que pudiera afectar las importaciones de productos mexicanos de dicho país e incidir en el desempeño económico de México. “En el ámbito internacional existen factores que generan presiones sobre la economía nacional y que podrían incidir en su dinámica, tales como el entorno de volatilidad en los mercados financieros internacionales, resultado de la evolución que presentan los precios de las materias primas, y del efecto que éstos pudieran tener en las utilidades de las corporaciones, así como de la volatilidad de los precios del petróleo”.

El CEFP anota que los consumidores aprecian que su situación económica es menos favorable actualmente comparada con la de hace un año, y que no esperan mejoría para los próximos 12 meses. “Perciben, además, que la situación económica del país es peor a la observada hace un año y no esperan que mejore en el futuro, por lo que no contemplan la posibilidad de adquirir bienes de consumo duraderos. Es de señalar que esta percepción del consumidor podría estar influida por los siguientes aspectos: la creación de empleos ha sido baja; la tasa de desocupación en marzo fue de 5.09 por ciento de la población económicamente activa, si bien menor a la observada en febrero, pero aún por arriba de lo observado entes del periodo de crisis”.

Lo anterior se complementa con el debilitamiento del poder adquisitivo. “El salario medio real de cotización al IMSS tuvo su primer incremento en febrero de 2011 después de 29 meses consecutivos de estar perdiendo poder de compra; en el segundo mes de 2011 sólo aumentó 0.27 por ciento con relación a igual mes de 2010. En este sentido, el Banco de México reportó que “la evolución reciente de los salarios, en combinación con los incrementos que se han observado en la productividad laboral en la economía, han implicado una caída en los costos unitarios de la mano de obra”. Sin embargo, se muestra satisfecho, porque “esto ha contribuido tanto a limitar posibles presiones sobre los precios, como a impulsar la creación de empleos”.

El referido centro señala que el crédito al consumo de la banca comercial mostró, en marzo de 2011, un incremento real de 6.95 por ciento con relación a igual mes de 2010, su tercera variación positiva después de que exhibió 26 meses de bajas consecutivas. Sin embargo, el saldo del monto real del crédito al consumo se ubicó 15.12 por ciento por debajo del máximo observado en junio de 2008. “La percepción pesimista de los consumidores de corto plazo y sus ánimos de no adquirir bienes de consumo duraderos frente a los hechos antes mencionados podrían incidir en la actividad económica del país a través de un menor dinamismo de la demanda interna”.

Las rebanadas del pastel

Para resolver el problema energético del país la mejor propuesta sintética en mucho tiempo fue presentada ayer (La Jornada) por Javier Jiménez Espriú: “¡un Pemex como Petrobras!..., mejor un presidente como Lula”.

cfvmexico_sa@hotmail.com • http://twitter.com/cafevega

No hay comentarios:

Publicar un comentario