jueves, 22 de noviembre de 2012

México SA


Precariedad y desaceleración
Crecimiento decepcionante
Calderón canta como gobierna
Carlos Fernández-Vega
E
l inquilino de Los Pinos sigue de fiesta (aunque obligadamente deberá bajar la cortina en ocho días más), por mucho que el país se encuentre en condiciones críticas y que entre sus negras herencias se cuenten precariedad social y desaceleración económica, con todo lo que ello implica. El resultado de seis años de festejo es más que obvio, y el paquete político, económico y social que deja para la siguiente administración es explosivo.
Como bien lo advierte el Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN) del Tecnológico de Monterrey, campus estado de México, el más reciente reporte del Inegi (con cifras a septiembre de 2012) es una marca clara del comportamiento económico del sexenio que está por terminar: un crecimiento decepcionante. En el noveno mes del año la actividad productiva apenas aumentó 1.3 por ciento, lo que pone fin al discurso voluntarista de quienes niegan la cada vez más palpable desaceleración económica de México. Con una tendencia que se modera, la carga que se hereda al próximo gobierno no será menor: reactivar la economía y hacerlo de manera sostenible.
La herencia de bajo crecimiento va de la mano con la precarización social. Los argumentos para justificar lo descrito son abundantes, y los favoritos del régimen son la crisis económica de Estados Unidos y el aumento de los precios en alimentos. Sin embargo, apunta el CIEN, “parece olvidarse que se dijo que estábamos ‘blindados’ en el primer caso, y que en el segundo no se aplicó un programa de apoyo al campo que diera resultados palpables en términos de una mayor producción agrícola y ganadera”. Además, el retroceso social tiene otro aspecto que el gobierno calderonista se niega a reconocer, y que el Coneval no enfatizó de manera oportuna en los reportes de 2009 y 2011: la precarización del trabajo. La caída en el ingreso salarial y la precarización de empleo representan un gigante contra el cual las políticas sociales no pueden triunfar; son apenas una aspirina contra un cáncer que se ramifica hacia la informalidad y la ilegalidad.
Lo anterior toma a la próxima administración con la premura de aprobar un presupuesto que trate de evitar un mayor deterioro de la economía y el bienestar social. Hasta ahora no se tiene en claro el perfil de funcionarios y programas que se harán cargo de enfrentar la coyuntura. Mucho tiempo y esfuerzo se emplearon en la aprobación de una reforma laboral que en poco contribuirá a elevar salarios y prestaciones, y que en el corto plazo solamente reducirá los costos laborales de las empresas. Habrá que ver si eso se traduce en mejoras de mediano y largo plazos, porque de no hacerlo la deuda social y económica seguirá en aumento. El legado calderonista ni de lejos es positivo: la pobreza y violencia eliminan algunos avances,pero no se puede ver el vaso medio lleno cuando existen personas sumidas en la precariedad. Veremos si el gobierno entrante es más sensible y eficaz para atender estos pendientes, de no hacerlo los riesgos de una mayor inestabilidad crecerán aún más.
Frente al escenario de inestabilidad e incertidumbre macroeconómica internacional, la economía mexicana mantiene tasas de crecimiento positivas, sostiene el CIEN. En este sentido, las cifras del producto interno bruto correspondientes al tercer trimestre de 2012 exhiben un crecimiento de 3.3 por ciento. Dicho desempeño si bien es favorable, es menor al percibido en anteriores años, reflejo de la dependencia del país sobre el desempeño estadunidense. Lo anterior se aprecia en el modesto comportamiento de los sectores productivos de la economía, los cuales reflejan una reducción considerable de su dinamismo. Dicha situación afecta principalmente el sector terciario, el cual muestra una moderación significativa en su tasa de crecimiento. Por su parte, las actividades secundarias también presentan una reducción en su expansión, aunque en menor medida. Caso contrario ocurre con las actividades primarias sobre las cuales se observa una mejor dinámica, aunque su peso sobre la economía en general es reducido.
La imposibilidad de mantener elevadas tasas de crecimiento condiciona de manera considerable la evolución económica del país, aspecto que se ve reflejado en la moderación percibida sobre las tendencias y ciclos en el tercer trimestre de 2012. En consecuencia, el menor vigor económico limita de manera importante el desempeño futuro de México, propiciando que las agudas problemáticas sociales difícilmente puedan ser atendidas mediante la generación de empleo y riqueza, afectando con ello la posibilidad de propiciar un mayor desarrollo económico.
Fuertemente vinculado con la imposibilidad de generar crecimiento económico continuo, subraya el CIEN, se encuentra el deterioro en variables sociales registrado en el sexenio calderonista. Entre 2008 y 2010 la medición de la pobreza por ingresos refleja un incremento de 10 por ciento, que se traduce en 5.4 millones de mexicanos adicionales en esta situación. Es muy delicado el aspecto de la alimentación debido a que es una necesidad básica insustituible, a diferencia, por ejemplo, de la educación donde las consecuencias por interrumpir la preparación académica durante algún tiempo no resultan tan graves como el dejar de comer.
El incremento de precios de los bienes de la canasta básica y las bajas percepciones salariales trajeron como consecuencia 21.2 millones de pobres en 2010, quienes no cuentan con la capacidad de alimentarse adecuadamente (bajo la medición de pobreza por ingresos); lo anterior tomando en cuenta que los requerimientos de consumo planteados por Coneval son bastante cuestionables. Por ejemplo, la canasta alimentaria urbana que se considera para dicha medición contempla, entre otros alimentos, únicamente el consumo de 47.8 kilogramos por persona al mes; de los cuales, menos de 200 gramos corresponde a pasta para sopa, 12.3 litros de agua embotellada, 6.1 litros de leche, un kilogramo de huevos, uno de carne de res y ternera, 1.5 kilogramos de frijol, 4.7 kilogramos de tortilla de maíz y menos de 300 gramos de arroz.
En referencia a la pobreza por patrimonio, 57.7 millones de mexicanos (12.7 millones más que en 2006) presentan esta condición, lo que se traduce en que 51.3 por ciento de la población no tiene lo suficiente para obtener alimentos, educación, salud, transporte y una vivienda digna; población que, de constituir un país, ocuparía el lugar 24 a nivel mundial por tamaño demográfico, concluye el CIEN.
Las rebanadas del pastel
No tenía por qué reiterarlo, pero el aferrado Felipe Calderón ayer confirmó que canta como gobierna, o viceversa.

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