Privatización del espacio público
Gloria Muñoz Ramírez
M
ientras se acerca la consulta ciudadana para aprobar o no el Corredor Cultural Chapultepec, continúa la resistencia al proyecto impulsado por la empresa paraestatal ProCDMX, que dirige Simón Levy, que en pocas palabras representa la privatización del espacio público orquestado por el gobierno de la ciudad de México, en detrimento del medio ambiente. El documento, entregado en forma selecta y del cual existen sólo 10 ejemplares, echa por tierra la idea de que se trata de un proyecto sustentable que mejorará el ambiente, pues contempla 16 mil 944 metros cuadrados totales de área comercial rentable, nueva y recuperada, contra 3 mil 287 de áreas verdes y jardineras, o sea, 500 por ciento más de superficie rentable que de áreas verdes.
Nada más alejado del cuidado y preservación del ecosistema, pues su objetivo no es ese, sino la enorme rentabilidad que la densificación masiva de los predios colindantes proporcionaría a los inversionistas. El documento señala claramente que
se trataría de la primera infraestructura urbana para potencializar un espacio público comercial con áreas verdes, que se vuelva el elemento detonador de toda una nueva zona central en la ciudad de México, contenida por la Zona Rosa y las colonias Roma-Condesa. Para el ciudadano común, es decir, el que no vivirá en el corredor, advierten arquitectos preocupados por la construcción del espacio público incluyente, y comprometidos con la Carta de la Ciudad de México por el Derecho a la Ciudad, el proyecto que impulsa el GDF, asociado con empresas privadas nacionales y extranjeras, es un reciclado de la zona, donde las manzanas circundantes serán sometidas a una intensa presión de la especulación del suelo y, a corto plazo, vía los programas urbanos, les autorizarán a los predios existentes la construcción de muchos niveles más de los que actualmente tienen, para destinarlos a un uso comercial, de oficinas, de servicios y
vivienda plural. No es casual que uno de los planos indique que la transformación termina justo en las instalaciones de Televisa Chapultepec. El proyecto no se anda con tapujos:
La renovación de esta zona se convertiría a mediano plazo, en una importante oportunidad de desarrollo inmobiliario, ya que ofrece la posibilidad de hacer negocios en los ramos de comercio y servicio, convirtiéndose en un espacio de vanguardia y en un centro ejemplar de factores de movilidad urbana.
No es poco lo que se juega, pues el Corredor Cultural Chapultepec es uno de los 14 proyectos comerciales que tiene previstos ProCDMX en la ciudad, entre ellas, la calzada de Tlalpan.
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