jueves, 17 de diciembre de 2015

México SA

Fed aumenta tasas
Carstens, nervioso
Coletazo en puerta
Carlos Fernández-Vega
F
inalmente la Reserva Federal de Estados Unidos aumentó ayer su tasa de interés de referencia –acción postergada en infinidad de ocasiones– y por primera vez en nueve años decidió que ese indicador (que no es otro que el precio del dinero) debe reactivarse, y ayer actuó en consecuencia: de cero a 0.25 por ciento. De junio de 2009 a la fecha tal institución la redujo de 4.75 a prácticamente cero por ciento, pero ahora va por nuevos aires, lo que sin duda afectará a la comunidad internacional.
Habrá que esperar la respuesta del Banco de México –probablemente hoy mismo–, pero es obvio que optará por incrementar su propia tasa, tal vez en una proporción mayor a la decretada por la Reserva Federal, lo que desencadenará alzas en los intereses que la banca y otros prestamistas cobran a sus créditohabientes, comenzando por los usuarios de las tarjetas o bien por contar con un crédito hipotecario, y todos saben de qué tamaño es la cuchara con la que se sirven las instituciones bancarias.
Las agencias informativas internacionales reportaron que la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) subió ayer la tasa de interés por primera vez en casi una década, en una señal de su confianza en que la economía ya dejó atrás la mayoría de los problemas de la crisis financiera de 2007-2009. Sin embargo, futuros aumentos probablemente serán graduales a medida que se fortalezca la economía y aumente la inflación. La tasa interbancaria, que desde 2008 estaba entre 0 y 0.25 por ciento fue aumentada en un cuarto de punto porcentual y quedó en un rango de entre 0.25 y 0.50 por ciento. El Comité Federal de Mercado Abierto juzga que ha habido una mejora considerable del mercado del trabajo este año y está razonablemente confiado de que la inflación subirá en el medio plazo a su objetivo de 2 por ciento, y dijo que futuros aumentos serán graduales y espera que a finales de 2016 la tasa sea de 1.4 por ciento.
De igual forma, reportaron que el alza de las tasas de interés de Estados Unidos marca el fin de una política excepcional y consagra los considerables progresos hechos para reorientar el empleo y aliviar las dificultades económicas de millones de estadunidenses, dijo ayer la presidenta de la Fed, Janet Yellen. Esta decisión marca el fin de un periodo excepcional de siete años durante el cual las tasas fueron mantenidas cerca de cero para sostener la recuperación tras la recesión de 2008-2009, dijo Yellen.
Pues bien, de tiempo atrás el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, hizo público su nerviosismo por la sencilla razón de que “cuatro de cada 10 dólares de la deuda emitida por el gobierno federal en el mercado interno están en manos de extranjeros, lo que en principio es bueno, pero el problema es qué va a suceder’ cuando el banco central de Estados Unidos (la Fed) revierta su política de reducción de tasas de interés, puesta en práctica después de la crisis de 2008. Lo que puede suceder es que haya una reversión de capitales”. Y ante tal panorama, dijo el funcionario, uno se pone nervioso.
Los acreedores de 40 por ciento de la deuda interna del gobierno federal (que al cierre de septiembre pasado sumó 4 billones 596 mil 660.4 millones de pesos, de acuerdo con información de la Secretaría de Hacienda; ese monto no considera el resto del sector público) son inversionistas extranjeros que se sintieron atraídos por los intereses que paga el gobierno federal. Dicha proporción, en líquido, se traduce en casi un billón 840 mil millones de pesos, algo así como 108 mil millones de dólares que de la noche a la mañana pueden vaciar las arcas federales. Para dar una idea de qué se trata, vale mencionar que ese monto equivale a 40 por ciento del Presupuesto de Egresos de la Federación para 2016.
Según lo dicho por Carstens, en principio es bueno que una gran porción de la voluminosa deuda interna del gobierno federal esté en manos extranjeras, pero parece que lo bueno no durará mucho, pues los voraces especuladores internacionales simple y sencillamente colocan sus capitales donde obtengan mayor rendimiento y seguridad, y ya no es el caso de México. Entonces, ¿con qué responderá el gobierno federal ante un eventual movimiento de las dimensiones señaladas?
Desde 2014, cuando menos, el afamado doctor catarrito advierte que con un alza en las tasas de interés de Estados Unidos, México debe estar atento a la posibilidad de que ocurra una reversión de capitales, es decir, que los especuladores internacionales se deshagan de los bonos de deuda mexicana para invertir sus dineros en los mercados del vecino del norte o de otras naciones que les mejoren su ganancia, lo que, simple y sencillamente, sacudiría las finanzas nacionales.
Pero todo indica que los inversionistas y especuladores –que al final de cuentas van de la mano– sabían que tarde que temprano la Reserva Federal aumentaría su tasa de referencia, de tal suerte que se adelantaron no sólo a la decisión de la Fed sino al manifiesto nerviosismo público del Banco de México, pues la información más reciente revela que el saqueo comenzó desde hace un rato.
En ese sentido, el pasado domingo, en la primera plana de La Jornada se publicó la siguiente información, bajo la firma de Juan Carlos Miranda: en poco más de dos meses inversionistas extranjeros retiraron recursos por 91 mil 640 millones de pesos (algo así como 5 mil 400 millones de dólares) que tenían en bonos emitidos por el gobierno mexicano en el mercado local, en lo que constituye el primer movimiento de reversión de capitales en instrumentos especulativos desde 2002, el cual coincide con la cercanía de un previsto incremento en las tasas de interés en Estados Unidos. El dato marca la salida de capital especulativo por primera vez desde hace 13 años, señalaron especialistas de Scotiabank.
La información detalla que analistas de Banorte refirieron que la última vez que la autoridad monetaria mexicana subió la tasa de referencia fue en agosto de 2008, pero el movimiento más reciente ocurrió en junio de 2014, con lo que la pausa en la política monetaria acumula 18 meses. Los especialistas comentaron que además del diferencial de tasas, empieza a haber preocupación respecto del nivel de las reservas internacionales.
Las rebanadas del pastel
¿Cuál es el objetivo de nombrar a Juan José Guerra Abud embajador en Italia? ¿Será proteger, también en aquella nación, los intereses del zar del cobre, Germán Larrea, que son muchos en la bella Italia?... Y el dolarito a 17.30 pesos, mientras que el precio del barril de exportación a duras penas se deuvo en 27.27 billetes verdes.
Twitter: @cafevega.

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