Neoliberales no pudieron destruir la industria petrolera
▲ El presidente Andrés Manuel López Obrador conmemoró ayer en Tula, Hidalgo, el 81 aniversario de la expropiación petrolera.Foto Pablo Ramos
Alonso Urrutia, Julio Reyna y Nestor Jiménez
Enviados y Reportero
Periódico La Jornada
Martes 19 de marzo de 2019, p. 5
Martes 19 de marzo de 2019, p. 5
Tula, Hgo., Con el trasfondo de la icónica figura de Lázaro Cárdenas en la conmemoración de la fecha que lo consagró, el presidente Andrés Manuel López Obrador ratificó su objetivo primordial de rescatar la industria petrolera de su desmantelamiento, en el que se empeñó el neoliberalismo. “Estamos –dijo con grandilocuencia– ante el inicio de un nuevo paradigma para convertir a Petróleos Mexicanos (Pemex) en palanca del desarrollo”.
Con excepción del gobernador Omar Fayad –que cargó con un estruendoso grupo de apoyo–, en el estrado la nueva clase política atestiguaba la ruta de rescate de esta
industria estratégica. Fue notoria la ausencia del máximo líder del gremio petrolero, Carlos Romero Deschamps, lo que enfatizó la creciente distancia entre el actual gobierno y el otrora poderoso dirigente sindical, aunque legalmente permanece intocable.
El mandatario dio inicio a la ceremonia por el 81 aniversario de la expropiación petrolera con un apretado recuento histórico de los aportes de sucesivos presidentes para apuntalar Pemex antes del arribo de los tecnócratas, lo que le dio pauta para una nueva embestida presidencial contra el neoliberalismo
“¿Qué hicieron en 36 años de esta política de pillaje? Apostaron a destruir la industria petrolera y la industria eléctrica, pero no pudieron.
Fue como un milagro, porque cuando ya estaban a punto de consumar la destrucción de la industria petrolera y acabar con la economía nacional, tocó la campana. Sonó la alarma el primero de julio.
Exigen justicia sindical
Otrora artificialmente festivas las conmemoraciones por la obligada disciplina sindical, ésta pareció desangelada cuando esa hegemonía parece comenzar a resquebrajarse. Decenas de pancartas y mantas demandaban la renovación de la dirigencia y exigían procesos legales contra quienes encabezaban los destinos del sindicato en su momento tan pasivo ante la reforma energética.
La conmemoración incluyó un video que resumió la actual versión oficial de la historia reciente de la industria petrolera. Una voz en off subrayaba a propósito de la reforma energética:
Confiado en que llegarían muchos dólares, el gobierno neoliberal descuidó la inversión energética y atentó contra Pemex; nuestra industria quedó prácticamente desmantelada, se incrementó la compra de gasolina y por primera vez se compró crudo en el extranjero..., se describió en la parte medular.
Su recorrido por la refinería Miguel Hidalgo sólo le corroboró los alcances del abandono, pues casi con pesar López Obrador condensó en una pincelada lo que encontró:
fierros viejos que no han recibido mantenimiento durante mucho tiempo. ¡Es heroico lo que hacen los trabajadores!
En su discurso, López Obrador continuó adjudicándole todos los males de Pemex a la política neoliberal, para contrastar con su política de salvamento.
Vamos a rescatar de nuevo a la industria nacional. No les dio tiempo de llevarse todo, porque entregaron contratos, pero sólo comprometen 20 por ciento de todo el potencial petrolero; el 80 por ciento sigue estando bajo el dominio de la nación, y así continuará.
A pesar de su crítica a la reforma en la materia, garantizó el cumplimento de los contratos.
Que continúen y ojalá algún día inviertan como ofrecieron y que extraigan petróleo, porque hasta ahora no ha habido nada. Se va a demostrar que Pemex será más eficiente que las empresas particulares, afirmó.
De nuevo resumió el desastre provocado por esas políticas que se acentuaron con la reforma energética, expresado en el desplome de la producción a 1.7 millones de barriles diarios y el retroceso en el aporte de Pemex a la hacienda pública, porque hace 10 años 40 por ciento del presupuesto era de ingresos producidos por el petróleo, y ahora es de 20 por ciento.
Es una vergüenza que si consumimos 800 mil barriles diarios de gasolina, sólo produzcamos 200 mil.
Resaltó los esfuerzos de su gobierno para apuntalar no sólo a Pemex, sino también a la Comisión Federal de Electricidad. “Se van a rehabilitar las seis refinerías, se construirá otra en Dos Bocas, se producirá más petróleo y gasolina, sin gasolinazos, sin aumento de impuestos”.
Convertir en palanca de desarrollo a Pemex permitirá, dijo, compaginar el crecimiento con la dimensión social.
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