Gabriela Rodríguez*
C
omo tantas decisiones del gobierno estadunidense, la de considerar como no esenciales los servicios de salud sexual y reproductiva ante la pandemia del Covid-19 coloca en grave riesgo a millones de mujeres en edad reproductiva. Tan sólo en México, del total de 62 millones de mujeres, 53 millones están en edad fértil.
El 18 de mayo, la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Kelly Craft, reconociendo a su país como el mayor donante de asistencia humanitaria y de salud mundial, envió carta a António Guterres, secretario general del organismo, en la cual le pide que
elimine las referencias a la salud sexual y reproductiva y sus derivados, y que elimine la provisión del aborto como componente esencial de las prioridades para responder a la pandemia de Covid-19. Agrega que
el Plan Global de Respuesta Humanitaria de la ONU, y su llamamiento coordinado de 6.71 mil millones, debe permanecer enfocado en abordar las necesidades más urgentes y concretas que surgen de la pandemia. Por tanto, Naciones Unidas no debería usar esta crisis como una oportunidad para avanzar en el acceso al aborto como un servicio esencial. Bajo el liderazgo del presidente Donald Trump, Estados Unidos ha dejado en claro que nunca
nos cansaremos de defender a la vida inocente.
Antecedente importante fue la declaración conjunta que emitieron 58 países sobre la protección de los derechos sexuales y reproductivos y la promoción de la perspectiva de género ante la pandemia del Covid-19. Ministros de 58 gobiernos declararon el 6 de mayo que apoyan la resolución de la Asamblea General de Naciones Unidas titulada Solidaridad Global ante Covid-19, y alientan a gobiernos, sector privado, sociedad civil, filántropos y demás, para apoyar la respuesta de emergencia y dar pleno efecto al compromiso por el acceso universal a la atención médica y a una vida libre de violencia. Las naciones firmantes consideran crucial que los líderes reconozcan el papel central de la cobertura universal de salud en situaciones de emergencia, la necesidad de contar con sistemas de salud robustos para salvar vidas, además valoran como esenciales los servicios de salud sexual y reproductiva:
el financiamiento de la salud y los derechos sexuales y reproductivos debe seguir siendo una prioridad para evitar un aumento de la mortalidad materna y neonatal, de las necesidades insatisfechas de anticoncepción, de abortos inseguros y de infecciones de transmisión sexual... las enfermedades respiratorias en mujeres embarazadas, y las infecciones por Covid-19, deben ser prioritarias debido al mayor riesgo de resultados adversos. Los países firmantes son Albania, Argentina, Armenia, Australia, Austria, Bélgica, Bolivia, Bosnia-Herzegovina, Bulgaria, Canadá, Cabo Verde, Costa Rica, Croacia, Chipre, República Checa, Dinamarca, Ecuador, Estonia, Fiji, Finlandia, Francia, Georgia, Alemania, Grecia, Guinea, Irlanda, Islandia, Italia, Japón, Letonia, Líbano, Liberia, Liechtenstein, Lituania, Luxemburgo, Madagascar, México, Moldavia, Montenegro , Namibia, Países Bajos, Macedonia del Norte, Nueva Zelanda, Noruega, Perú, Portugal, República de Corea, Rumania, Serbia, Sudáfrica, Eslovenia, España, Suecia, Túnez, Tuvalu, Suiza, Reino Unido, Ucrania y Uruguay.
El gobierno de México, a través del Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva, estima la ocurrencia de cerca de 260 mil eventos obstétricos para el periodo abril-junio del año en curso, un aproximado de 235 mil nacimientos y cerca de 25 mil abortos, y que se otorgarían alrededor de un millón 150 mil consultas de control prenatal y casi 200 mil durante el puerperio. Un estudio de la OMS realizado a más de 300 mujeres con embarazo en el tercer trimestre encontró que 8 por ciento tuvo una enfermedad grave y1 por ciento se reportó en estado crítico; las mujeres embarazadas no presentan un riesgo mayor que el resto de la población para desarrollar enfermedad grave, a menos que existan factores de riesgo; pero a la fecha no se cuenta con datos del resultado perinatal cuando la infección se adquiere en el primer o segundo trimestre, ya que los estudios abordaron casos confirmados en el tercer trimestre. No se ha confirmado la transmisión de la madre al producto durante el embarazo, tampoco hay evidencia de transmisión por leche materna, las muestras de leche humana han sido negativas al Covid-19. No obstante, es necesario extremar las precauciones y medidas de sana distancia en las mujeres embarazadas.
Como ocurrió en la Cumbre de Nairobi sobre la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo, en noviembre de2019, México hoy se vuelve a posicionardel lado de los derechos sexuales y repro-ductivos y de políticas basadas en eviden-cia científica. La Secretaría de Salud emitió el 10 de abril los Lineamientos para la Prevención y Mitigación del Covid-19 en la atención del embarazo, parto, puerperio y de la persona recién nacida. Para que todas las mujeres embarazadas, con o sin sospecha, con o sin diagnóstico confirmado de Covid-19, tengan acceso a servicios de calidad, incluyendo atención obstétrica, neonatal, aborto seguro (en los marcos previstos por la ley), anticoncepción postevento obstétrico, prevención y atención de la violencia y apoyo sicosocial o en salud mental, cuando se requiera.
*Secretaria general del Conapo.
Twitter: @Gabrielarodr108
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