martes, 19 de mayo de 2020

Se nos fue La Chaneca

Bertha Maldonado murió ayer a los 92 años
Se nos fue La Chaneca
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▲ La publicista y López Obrador en un acto contra el desafuero en 2005.Foto Marco Peláez
 
Periódico La Jornada
Martes 19 de mayo de 2020, p. 13
Ayer falleció a los 92 años la publicista Bertha La Chaneca Maldonado, informaron sus familiares sin ofrecer más detalles. Se sabía que padecía una enfermedad crónica.
Feminista, mecenas, sobre todo amiga de grandes escritores latinoamericanos a quienes impulsó en su juventud, entre ellos Gabriel García Márquez, fue también cercana al líder cubano Fidel Castro y a los narradores tabasqueños José Carlos Becerra y Josefina Vicens.
Carlos Fuentes le dedicó el cuento Un alma pura, incluido en su libro Cantar de Ciegos, y fue coautora de la letra en español de las canciones de la obra de teatro Mi bella dama, junto con Luis de Llano, en 1959, dirigida por Manolo Fábregas.
Colaboradora de esta casa editorial, La Chaneca es recordada como una mujer creativa, talentosa y apa-sionada, de izquierda, quien ideó la frase Sonríe, vamos a ganar, que acompañó la caricatura Amlito, del historietista José Hernández, para la campaña presidencial de Andrés Manuel López Obrador.
La esposa del mandatario, Beatriz Gutiérrez Müller, escribió en Twitter: “Estamos tristes por el fallecimiento de Bertha Maldonado, nuestra querida Chaneca. Es de las personas que más aportó a la lucha por la transformación de México. Abrazos míos y de Andrés Manuel a sus familiares y amigos”.
Minutos después, López Obrador expresó sus condolencias: “Ya había enviado con Beatriz mi pésame a familiares y amigos de Bertha Maldonado, nuestra admirada Chaneca, cuando me hicieron llegar esta foto. Es de cuando me entrega el moño que usamos en señal de protesta contra el desafuero, iniciado en 2004”.
Bertha Maldonado Gallegos nació el 11 de febrero de 1928, fue esposa de Fernando Rafful Miguel cuando éste era secretario de Pesca, del cual posteriormente se divorció. También fue ex suegra de Luis Donaldo Colosio, madre de la primera esposa del político sonorense.
Fue ejecutiva de una prestigiosa agencia de publicidad.
Lectora empedernida, se definía como curiosa y autónoma, pues, explicaba, la curiosidad me mantiene alerta y la autonomía, libre.
Acerca de su sobrenombre, explicaba que llevaba tantos años siendo La Chaneca que si alguien la llamaba Berta ni volteaba.
“¿Quién soy o qué soy? Vayan a saber. Cada día se es algo muy adentro que no tiene nada que ver con lo que se es afuera. Soy mamá de Irene y Aline, abuela de Camila, Álvaro y Emilio, compañera de vida de Hila y Tina, y amante de mis perrucos, Capullo y Bisbirinda, y de mis gatas, Mimí y Cuca. Amiga de mis amigas, antojadiza y capaz de ir por Carretera a Palmillas a comer un taco de barbacoa”, escribió en la revista Debate feminista.
En esa misma publicación, en 2010, en un largo artículo acerca de la senectud, a propósito de sus 82 años, La Chaneca afirmó que la vejez era una condición que la tenía sin cuidado, que era “estar y sentirse bien, pero no como antes. Eso es para mí la vejez. No existe si no te dejas. Sí existe el montón de años, sí existe la ‘edad’ con sus tiesuras y dolores, aunque no quieras. Pero si no la tomas en cuenta, la muy cabrona se te olvida... ¿Cuál vejez?”
Su amistad y cercanía con García Márquez fue más que conocida, e incluso se asegura que ella, y los escritores Emmanuel Carballo y Juan García Ponce, apoyaron la fabricación de las aventuras de los Buendía en Cien años de Soledad, y también de ella fue la mesa donde Gabo escribió ese relato de 1967.

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