Vaivén económico latinoamericano
Cepal: menor crecimiento en México
Roto con descosido: Los Pinos-TEPJF
Carlos Fernández-Vega
Todo indica que el comportamiento económico de América Latina en el transcurso del segundo semestre de 2010 y a lo largo de 2011 borrará algunas sonrisas en no pocos gobiernos regionales, aunque de cualquier suerte difícilmente logrará erradicar el discurso triunfalista que los caracteriza. De acuerdo con las más recientes proyecciones que sobre el particular divulgó ayer la Cepal, para el presente año se proyecta una tasa de crecimiento del producto interno bruto latinoamericano de 5.2 por ciento (4.1 por ciento para el caso mexicano). Esa es la buena. La mala, que el organismo proyecta una desaceleración de las tasas de crecimiento hacia la segunda mitad del año, por lo que, si bien estima que la región crecerá en 2011, lo hará a un ritmo menor al calculado en el arranque del año: caerá de 5.2 a 3.8 por ciento (3 por ciento en el caso mexicano).
La Cepal divulgó ayer su Estudio económico de América Latina y el Caribe 2009-2010, en el que presenta un recuento de los daños provocados por la crisis –de una u otra suerte ya conocidos–, e hizo públicos sus pronósticos para el periodo 2010-2011, entre los que destaca el caso mexicano, porque en ese bienio, en el mejor de los casos, sólo lograría retomar el nivel observado al cierre de 2008; es decir, el previo al reconocimiento oficial de la crisis. De hecho, apunta que “se trata de una recuperación generalizada aunque, como ocurrió en el periodo 2003-2008, las mayores tasas se observan en América del Sur, con el hecho destacado de que en 2010 la economía de mayor tamaño, la brasileña, es la que registra el crecimiento más elevado, seguida por las de Uruguay, Paraguay, Argentina y Perú. México ocuparía el escalón número 10, de 20 posibles, por debajo del promedio latinoamericano y descendería al número 12 en 2011”.
Así, del citado estudio se toman los siguientes elementos: aunque la recuperación latinoamericana es “bastante rápida”, en gran medida por las fortalezas internas que los países de la región han forjado, persisten importantes interrogantes sobre la evolución de la economía mundial que pueden oscurecer el panorama regional en el mediano plazo. La crisis que atraviesan algunas economías europeas puede provocar cambios significativos en el escenario internacional que, aunque tal vez no inmediatamente, pueden repercutir negativamente en los volúmenes y precios de las exportaciones, así como en la recepción de remesas. Paralelamente, se mantienen los focos rojos en algunas economías caribeñas, cuyo nivel de endeudamiento es muy elevado, lo que las hace aún más vulnerables. El producto interno bruto latinoamericano disminuyó 1.9 por ciento en 2009 (6.5 por ciento en México) y el PIB por habitante anotó una baja de 3 por ciento (7.5 por ciento en el caso mexicano). La caída en el producto regional fue la más marcada desde 1983, cuando se registró una contracción de 2.5 por ciento (3.5 por ciento en México). En dólares de 2000, el ingreso nacional bruto disponible regional cayó 3.4 por ciento.
Hasta el primer trimestre de 2010, América Latina y el Caribe enfrentaban la recuperación de la crisis financiera en el marco de una sostenida demanda de materias primas, principalmente originada en el dinamismo de China, una incipiente reactivación en Estados Unidos y una recuperación más lenta en Europa. Luego de desencadenarse la crisis de la deuda soberana de algunos países europeos, es probable que la recuperación de ese grupo se retrase aún más, luego de que varios países anunciaran medidas de consolidación fiscal tendientes a reducir el déficit público en el curso de los próximos años y que conllevarán una contracción o menor crecimiento del gasto privado. “Es plausible además que las perspectivas de menor crecimiento conduzcan a una revisión de los planes privados de inversión y consumo duradero”.
En principio, señala la Cepal, los riesgos de un menor crecimiento económico en esa parte del mundo deberían ser más relevantes para los países de la región en los que la participación de las exportaciones hacia Europa es mayor. En promedio, en 2008 la región destinaba a esa zona del planeta 13.9 por ciento del total exportado y 40.7 por ciento hacia Estados Unidos, con lo que la región (especialmente México) está más expuesta a las fluctuaciones de los mercados de Estados Unidos que a las de los otros destinos. “El mayor riesgo para la región en su conjunto sería que la actual crisis se extendiera a la totalidad de las economías desarrolladas”.
En términos regionales, América del Sur se encuentra más expuesta a una reducción del crecimiento en Europa, en especial Argentina, Chile, Perú y Uruguay, países donde el peso estimado de las exportaciones hacia Europa es mayor o igual a 4 por ciento del PIB. No obstante, dada la elevada presencia de productos básicos en esas exportaciones, éstas podrían ser redireccionadas hacia otros mercados, a diferencia de los productos manufacturados, cuyas características y canales de comercialización están más ligados a especificidades de los mercados de destino.
Así, cabe esperar que tanto el contexto externo como las políticas macroeconómicas conduzcan a una desaceleración del crecimiento que comenzaría en el segundo semestre de 2010 y derivaría en una reducción de la expansión de las economías de la región a 3.8 por ciento en 2011. Excepto algunos países (entre ellos Chile y, sobre todo, Haití, cuyo dinamismo se beneficiaría en 2011 de las tareas de reconstrucción tras los terremotos de 2010) se espera que la desaceleración sea generalizada, aunque se prevé que afecte sobre todo a América del Sur. De confirmarse estas previsiones, la tasa de desempleo podría volver a los niveles de antes de la crisis luego de transcurridos tres años.
Las rebanadas del pastel
Se juntan roto con descosido: la mano larga de Vicenlipe Foxderón en los procesos electorales y la espeluznante lentitud de las supuestas autoridades del ramo. Diecisiete días después de llevarse a cabo los comicios en 14 estados de la República (con 12 gubernaturas en juego) y con resultados confirmados en prácticamente todos ellos, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación apenas se dio cuenta de que el inquilino de Los Pinos metió hasta el fondo la cuchara, por lo que “ordenó al IFE emplazar al Ejecutivo federal a que explique los motivos por los que difundió propaganda gubernamental durante las precampañas y campañas en los pasados procesos electorales locales”. Ante todo, legalidad y rapidez.
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