Atenco
El papeleo oficial retrasa la salida de Ignacio del Valle, Felipe Álvarez y Héctor Galindo
Nueve atenquenses dejaron por la noche el penal Molino de Flores
Nueve atenquenses dejaron por la noche el penal Molino de Flores
Exigen actuar contra los asesinos de Alexis Benhumea y Javier Cortés
Óscar Hernández Cuéllar al salir del penal Molino de Flores, ubicado en el municipio de Texcoco, estado de México, fue recibido por decenas de atenquenses Foto Víctor Camacho
Javier Salinas Cesáreo
Corresponsal
Periódico La Jornada
Jueves 1º de julio de 2010, p. 5
Texcoco, Méx., 30 de junio. Los nueve integrantes del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT) de San Salvador Atenco, que desde mayo de 2006 estaban presos en el penal de Molino de Flores, en Texcoco, fueron liberados esta noche tras la determinación de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN).
En punto de las 22:30 horas, bajo pertinaz lluvia, las enormes puertas verdes que conducen a la aduana de la penitenciaría se abrieron. Uno a uno fueron apareciendo los nueve atenquenses.
Inés Rodolfo Cuéllar fue el primero en recuperar su libertad, vestido con el uniforme azul de los reclusos. Entre consignas y gritos de “libertad” fue recibido por unas 200 personas, entre familiares, integrantes y simpatizantes del FPDT.
“Se logró vencer al gobierno, de tanta pinche injusticia que nos hizo en cuatro años; son cuatro años que nos quitaron de tu vida, pero que Dios los bendiga a ellos también, ¿por qué no?”
“Justicia no se hizo, porque falta castigar a los autores intelectuales de la represión. El gobierno nos hizo una injusticia que no tiene nombre, pero cuando uno se propone hacer las cosas se logran”, expresó.
Media hora después salieron del penal Óscar Hernández Pacheco, Juan Carlos Estrada Cruces, Édgar Eduardo Morales y Narciso Arellano Hernández. Antes de la media noche, los nueve simpatizantes del FPDT ya estaban libres.
“Falta la verdadera justicia”
Integrantes del FPDT consideraron que no se dan por satisfechos, porque “no es un acto gracioso del Estado, no es un acto totalmente de justicia, sino apenas el cumplimiento de una pequeña parte de lo que demandamos”.
“Falta la verdadera justicia y que se proceda contra los autores intelectuales de la represión y de la muerte de los compañeros Alexis Benhumea y Javier Cortés, que son Enrique Peña Nieto, Vicente Fox, Wilfrido Robledo y Humberto Benítez Treviño, entre otros”, dijo Juan de Dios Hernández Monje, abogado del FPDT.
“Quién les va devolver el tiempo perdido; perdieron a su familia y no vieron cómo crecían sus hijos. Fueron cuatro años de sufrimiento, de lucha, pero aprendimos que hay que seguir luchando por otros presos”, expresó María Leonor Romero Morales, madre de los hermanos Jorge Alberto y Román Ordóñez Romero.
Pasadas las 13 horas, una vez que los ministros de la Corte determinaron que se les dejara en libertad, en San Salvador Atenco familiares, amigos y miembros del FPDT se reunieron en la plaza principal para organizarse y recibir a sus compañeros.
Una comisión se trasladó al penal Molino de Flores y ahí esperaron la salida de los nueve presos. Familiares y activistas gritaron consignas y golpearon con machetes, piedras y palos barandales y puertas del penal.
El 21 de agosto de 2008, Inés Rodolfo Cuéllar Rivera, Óscar Hernández Pacheco, Alejandro Pilón Zacate, Juan Carlos Estrada Cruces, Julio César Espinosa Ramos, Édgar Eduardo Morales, Narciso Arellano Hernández, Jorge Alberto y Román Ordóñez Romero fueron sentenciados a 31 años, 10 meses y 15 días de prisión por el delito de secuestro equiparado, en la causa penal 58/2007.
El juez Jorge Alberto Cervantes Juárez los encontró “culpables” de secuestro equiparado en agravio de 14 policías estatales y federales, en hechos ocurridos el 3 y 4 mayo de 2006.
Fiesta de activistas afuera del Altiplano
Blanche Petrich e Israel Dávila Enviada y corresponsal
Almoloya de Juárez, Méx, 1º de julio. Al cierre de esta edición el papeleo oficial para concretar la liberación de los tres líderes del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra: Ignacio del Valle, Felipe Álvarez y Héctor Galindo, no había concluido. A las puertas del penal de máxima seguridad el jolgorio de la Campaña por la Libertad de los Presos Políticos de Atenco se mantenía a buen ritmo, con la certeza de que los mil 519 días de cárcel habían concluido y de que las causas penales 95/06 y 96/06 se habían cerrado en definitiva.
En el interior de la cárcel, con la asistencia de su abogado Leonel Rivero, los trámites para la excarcelación de los tres dirigentes que hace cuatro años y dos meses fueron detenidos en la casa de un florista en Texcoco se desarrollaban con la complejidad que caracteriza un centro de máxima seguridad.
Ya desde las siete de la tarde el Poder Judicial mexiquense había confirmado la recepción del telegrama oficial enviado por la primera sala de lo penal de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ordenando la liberación inmediata de los 12 presos políticos atenquenses.
La notificación correspondiente fue girada a la Secretaría General de Gobierno en Toluca para los nueve reclusos del penal estatal de Molino de las Flores, en Texcoco, y a la Secretaría de Gobernación para que procediera a la excarcelación de los tres internos en el Altiplano.
El inicio de este laberíntico trámite en las oficinas de Almoloya coincidió con la llegada de una caravana de cinco autobuses y una decena de vehículos procedentes de la ciudad de México, donde los atenquenses y un centenar de activistas solidarios de la Campaña por la Libertad de los Presos Políticos habían seguido desde la calle la sesión matutina de los ministros de la Corte.
Celebración con machetes
Apenas descendieron de los vehículos, los machetes volvieron a relucir y a sacar chispas del pavimento, esta vez en son de celebración. Trinidad Ramírez de Del Valle, esposa de Ignacio del Valle, declaró a la prensa: “Esta liberación no significa que se haya hecho justicia con el pueblo de Atenco, porque queda pendiente que se castigue a los responsables de las muertes de los jóvenes Javier Cortés Santiago y Alexis Benhumea”, quienes fueron abatidos por proyectiles de uso reglamentario de las policías federal y estatal el 3 de mayo de 2006, durante el avance de las fuerzas de seguridad sobre el pueblo de San Salvador Atenco.
Recordó que “para que finalmente podamos hablar de justicia cumplida”, también está pendiente una investigación imparcial sobre las agresiones sexuales contra más de 20 mujeres que fueron detenidas durante el asalto del 4 de mayo y el castigo a los responsables.
Y concluyó: el “otro gran pendiente” es la anulación de las órdenes de aprehensión que pesan sobre su hija América del Valle, acusada de los mismos cargos por los que en las próximas horas –o minutos– saldrán libres su padre y sus compañeros de militancia.
“¡Qué momento tan especial estamos viviendo!”, expresó doña Feli. Apenas un chal la defiende del frío. Ella viene desde el Pedregal de Santo Domingo en Coyoacán, militante de decenas de causas populares a lo largo de su vida, hoy presente también aquí.
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