Expresa López Obrador su respeto a la Constitución, a las leyes, a la división de poderes y a las garantías individuales
México, Distrito Federal
Martes 06 de diciembre de 2011
* Conferencia magistral que dictó Andrés Manuel López Obrador en el ciclo “Por México y para México”, que organiza la Asociación Interdisciplinaria de Juristas de México
Amigas, amigos abogados. Me da mucho gusto estar con ustedes. Agradezco la presencia de legisladores, de embajadores y de ciudadanos en general. Amigas y amigos todos.
Agradezco de manera especial al licenciado Ángel Buendía Buendía por la invitación a participar en este foro. Voy a ser breve, porque lo más importante es la sesión de preguntas y respuestas.
Además el ministro Genaro Góngora Pimentel ya me ayudó exponiendo lo que es el marco teórico-jurídico que debe de normar nuestra actuación como ciudadanos o como autoridades.
Yo quiero dejar en esta ocasión en claro mi respeto a la Constitución, a las leyes. Quiero dejar de manifiesto que soy partidario de la máxima de un jurista del siglo XIX, un extraordinario abogado, José María Iglesias, que decía: Al margen de la ley nada, por encima de la ley nadie.
Quiero también expresar mi respeto a la división de poderes y, en particular, a la independencia y a la autonomía de poderes. No comparto la idea autoritaria de que el poder de los poderes es el Ejecutivo; creo que es indispensable el equilibrio, la armonía entre los tres poderes: El Poder Legislativo, el Poder Judicial y el Poder Ejecutivo.
Vamos siempre a ser respetuosos de esa autonomía y no es nada más discurso retórico. Fui jefe de gobierno de esta ciudad y, como les consta a jueces, a magistrados, nunca me inmiscuí, mucho menos traté de imponerme en las funciones del Tribunal de Justicia del Distrito Federal.
Había la costumbre, la mala costumbre de que el regente o jefe de Gobierno daba la línea para el nombramiento de jueces y de magistrados y hay constancia de que durante el tiempo que estuve como jefe de Gobierno se respetó la autonomía del Poder Judicial en el Distrito Federal.
Los magistrados, desde entonces, eligen al presidente de ese poder en el Distrito Federal, al presidente del Tribunal de Justicia del Distrito Federal, mediante procedimientos democráticos.
Eso, que se estableció en la época que estuvimos gobernando la ciudad y que corresponde a lo que establece la Constitución y las leyes, pero que no se practicaba, porque uno de los problemas que tenemos es que las leyes se respetan nada más en la forma, pero se violan en el fondo, pues esa práctica que tiene que ver con la legalidad plena, cabal en la Ciudad de México, desgraciadamente no se advierte en otras entidades federativas, donde la verdad, la realidad es que los gobernadores designan a los presidentes de los tribunales superiores de justicia.
Vamos a seguir respetando la ley, la división y el equilibrio entre los poderes y también ofrezco el respeto a las garantías individuales, a los derechos de los ciudadanos, el derecho a la propiedad, el derecho a la posesión de bienes, el derecho a la libertad y el derecho a la vida, que es el más importante de los derechos humanos.
Y nos va a corresponder, porque estoy optimista, llevar a la práctica todo lo que establece la Constitución en cuanto a derechos sociales: El derecho al trabajo, el derecho a un salario digno y remunerador, el derecho a la educación pública, laica, gratuita y de calidad en todos los niveles escolares, el derecho a la salud, el derecho a la vivienda, el derecho, en pocas palabras, a la felicidad.
Me da mucho gusto estar compartiendo con ustedes este desayuno. Les invito para que todos juntos logremos sacar a nuestro país de esta decadencia. Que entre todos, mujeres y hombres, libres y conscientes, logremos una renovación tajante de la vida pública, para hacer renacer nuestro querido México.
Ese es el objetivo principal de nuestro movimiento, en el que participan muchas mujeres, muchos hombres, que tienen fe y que sostienen que México y su pueblo merecen un mejor destino.
Ayúdenos para que entre todos transformemos al país. Ayúdenos para que podamos entregar buenas cuentas a las nuevas generaciones, a nuestros hijos, a nuestros nietos.
Ayúdenos para que en México haya justicia, para que en México todos podamos vivir con dignidad y todos podamos ser felices.
Muchísimas gracias a todas y a todos.
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