jueves, 25 de enero de 2018

México SA

Inflación: buena, mala y peor
TLCAN, acuerdo empantanado
Donald Trump, ¿sepulturero?
Carlos Fernández-Vega
L
a buena es que en la primera quincena de 2018 la inflación general resultó menor a la registrada en igual periodo de diciembre pasado; la mala, que si bien en igual comparativo los incrementos en el sector energético fueron más tenues, lo cierto es que los precios de los combustibles se mantienen al alza, es decir, los mismos que el gobierno peñanietista ofreció reducir en beneficio de las familias mexicanas, y la peor que, en el comparativo anualizado, el deterioro del poder de compra fue mayor en el arranque del presente año, respecto de 12 meses atrás.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) informó que en la primera quincena de enero de 2018 el Índice Nacional de Precios al Consumidor se incrementó 0.24 por ciento, de tal suerte que la inflación anualizada llegó a 5.51 por ciento. Para el mismo periodo de 2017 los datos fueron de 1.51 por ciento quincenal y de 4.78 por ciento anual.
Detalló que el índice de precios subyacente tuvo un crecimiento de 0.17 por ciento quincenal y de 4.63 por ciento anual; por su parte, el índice de precios no subyacente aumentó 0.43 por ciento, alcanzando una variación anual de 8.1 por ciento. Los precios de las mercancías subieron 0.42 por ciento quincenal, en tanto que los relativos a los servicios retrocedieron 0.05 por ciento.
Por lo que toca al índice no subyacente, los precios de los productos agropecuarios disminuyeron 1.01 por ciento quincenal, y los de los energéticos y tarifas autorizadas por el gobierno se elevaron 1.32 por ciento.
Como siempre, el indicador más afectado negativamente fue el de la canasta básica, pues en la primera quincena de enero los precios que la integran aumentaron 0.81 por ciento, de tal suerte que la tasa anualizada ascendió a 6.18 por ciento, si bien resultó inferior a la de igual periodo de 2017, cuando trepó a 7.21 por ciento.
Con todo, se registraron aumentos de precios desorbitados en algunos renglones. Por ejemplo, los de frutas y verduras se incrementaron 20.83 por ciento a tasa anualizada; los agropecuarios en general 10.63 por ciento; los energéticos 6.38 por ciento, y alimentos, bebidas y tabaco 6.56 por ciento.
Pero tranquilos, que según se aproxime la fecha de los comicios mágicamente descenderá el ritmo inflacionario para después seguir por la libre.
Donde, salvo el energúmeno de la Casa Blanca, todos están intranquilos –por no decir muertos de miedo– y al borde de un ataque de nervios es en la sexta ronda denegociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), pues las cabezas visibles de las representaciones mexicana y canadiense ya aceptan una situación crítica en torno a la posibilidad, cada día más cercana, de que Estados Unidos abandone el mecanismo comercial trilateral.
Días atrás el inquilino de la Casa Blanca dio muestras de su disposición a la apertura comercial, al firmar un decreto que impone fuertes aranceles a las importaciones de lavadoras y paneles solares, porque con tal disposición “ya no se aprovecharán de Estados Unidos… Hará que la gente vuelva a tener empleos y vamos a hacer nuestro propio producto nuevamente. Ha pasado mucho tiempo”. Eso sí, según él, la modernización del acuerdo trilateral va muy bien.
Ayer, en resumidas cuentas, el secretario estadunidense de Comercio, Wilbur Ross, aseguró que en dicha materia todo marcha de maravilla y que hay buenas posibilidades en cuanto a la supervivencia del TLCAN… Salvo que el salvaje de la Casa Blanca decida lo contrario, y todo apunta que esa es la ruta por la que transitará el gobierno del vecino del norte, es decir, el socio y amigo de México (versión del aprendiz Videgaray).
Ross dejó en claro que todos preferirían que haya un acuerdo satisfactorio para las tres partes, pero si a Donald Trump no le agradan los términos y se negocia un acuerdo trilateral que a él no le guste, pues entonces no lo hará, o lo que es lo mismo, adiós TLCAN. Y ello será así, de acuerdo con la democrática versión del funcionario estadunidense, porque hay límites a las concesiones posibles (lo mismo dirían las representaciones mexicana y canadiense, pero no les da la voz, porque ambas están aterrorizadas).
Pero no sólo las representaciones gubernamentales de nuestro país y de la nación de la hoja de arce consumen tranquilizantes, pues el reducido número de empresarios –de aquí, allá y acullá– que ha sacado enorme raja del acuerdo trilateral pidenpiedad al energúmeno de la Casa Blanca, ante la posibilidad de perder los enormes privilegios y las crecientes utilidades que les brinda el TLCAN.
La Jornada (Susana González) lo resumió así: Los dirigentes de 26 cámaras de comercio de México, Estados Unidos y Canadá demandaron a sus gobiernos mantener y actualizar el TLCAN, al ponderar la importancia que tiene para el comercio la creación de empleos y las inversiones en las tres naciones, informó la Concanaco-Servytur. En una declaración conjunta, ratificaron que comparten el deseo en común de mantener el libre comercio entre México, Estados Unidos y Canadá, y solicitan a sus respectivos gobiernos que acuerden la modernización del tratado para garantizar el futuro éxito económico de las tres naciones y advirtieron que mantendrán una movilización en favor de ello.
En fin, no pueden con la sexta ronda de negociaciones y ya anuncian que vendrían dos más.
Las rebanadas del pastel
Por cierto, una encuesta del Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública de la Cámara de Diputados (Cesop) revela que 64.7 por ciento de los participantes afirma que con el TLCAN sus ingresos no han mejorado; mientras 30 por ciento considera lo contrario. De igual manera, 48.8 por ciento cree que Estados Unidos ha sido el mayor beneficiado con el acuerdo comercial trilateral, 35.4 que todos los participantes han sido beneficiados por igual, 7.7 que México fue mayormente beneficiado, 1.8 que fue Canadá y 6.3 no sabe o no contesta. De acuerdo con los resultados de la encuesta, entre los más perjudicados con el TLCAN sobresalen: México, con 52.9 por ciento de las respuestas: todos por igual, con 28.9 por ciento; Estados Unidos, con 4.8 por ciento, y Canadá, con 1.6 por ciento. El restante 11.9 por ciento no supo o no contestó. El universo de la población encuestada, apunta el Cesop, manifiesta, con 62.1 por ciento de las menciones, que las empresas extranjeras han sido mayormente beneficiadas con el TLCAN, y sólo 3 por ciento que han sido los obreros.
Twitter: @cafevega

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