Tasa de desocupación: 3.4 %
¿Fin del sexenio del empleo?
Dólar: hasta 20.46 pesitos
Carlos Fernández-Vega
E
l inquilino de Los Pinos asegura que el suyo es el
sexenio del empleo, pues, hasta abril de 2018, se han registrado 3 millones 600 mil plazas formales, aunque nunca aclara cuántas de ellas son, efectivamente, de nueva creación y cuántas meras formalizaciones de puestos existentes.
De cualquier suerte, la tasa oficial de desocupación en el país ha descendido paulatinamente, hasta ubicarse en torno a 3.4 por ciento de la población económicamente activa, cota que no ha reportado mayor alteración en el transcurso del presente año, de acuerdo con la información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía. ¿Se estancó el
sexenio del empleo?
Como se ha comentado en este espacio, en términos cuantitativos a Enrique Peña Nieto le ha ido muy bien –aunque la creación de empleo formal no es atribuible a su gobierno–, pues promete cerrar su sexenio con no menos de 4 millones de plazas laborales en el sector formal de la economía.
Sin embargo, en términos cualitativos los empleos registrados a lo largo de su gobierno, en su mayoría, resultan de ínfima calidad y condenan a los trabajadores a obtener ingresos miserables (no más allá de uno a dos salarios mínimos), por lo que el inventario de pobres se mantiene al alza, de la mano de la negativa de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos de autorizar incrementos más allá de la inflación oficial.
En vía de mientras, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) divulgó su informe Perspectivas sociales y del empleo en el mundo, del que se toman los siguientes pasajes.
Según su estimación, la tasa de desempleo mundial experimentaría un leve descenso de 5.6 por ciento en 2017 a 5.5 por ciento en 2018, marcando un giro tras tres años de ascenso de las tasas. Con todo, dado el aumento del número de nuevas incorporaciones al mercado laboral en busca de empleo, se prevé que el total de personas desempleadas permanezca estable en el presente año, en más de 192 millones. Para 2019, la tasa de desempleo mundial seguiría prácticamente sin cambios y se proyecta que el número de desempleados aumente en 1.3 millones.
Puesto que la mejora del empleo se prevé módica, es probable que en los próximos años aumente el número de trabajadores en formas de empleo vulnerable (trabajadores por cuenta propia y trabajadores familiares auxiliares). A escala mundial, el avance significativo logrado en el pasado en la reducción de este tipo de empleo está prácticamente estancado desde 2012. Para 2017 se calcula que alrededor de 42 por ciento de los trabajadores en el mundo (esto es, mil 400 millones de personas) se encontraba en modalidades de empleo vulnerable; se prevé que este porcentaje permanezca especialmente elevado en los países en desarrollo y emergentes, donde superaría 76 por ciento y 46 por ciento, respectivamente. Es preocupante que la proyección actual indique una reversión de la tendencia, con un aumento anual de 17 millones de personas en empleos vulnerables en 2018 y 2019.
De manera análoga, en términos de pobreza laboral, el mercado de trabajo mundial sólo ha registrado un limitado avance. En 2017 la pobreza laboral extrema fue generalizada; los ingresos o el consumo per cápita de los hogares de más de 300 millones de trabajadores de países emergentes y en desarrollo fue inferior a 1.90 dólares estadunidenses al día. En general, la marcha de la reducción de la pobreza de los trabajadores no logra compensar la creciente fuerza de trabajo en los países en desarrollo, donde se prevé que el número de personas en extrema pobreza laboral superará los 114 millones en 2018, el equivalente a 40 por ciento de todas las personas empleadas.
Por su parte, los países emergentes lograron un avance apreciable en la reducción de la extrema pobreza laboral, que se espera afecte a menos de 8 por ciento de los trabajadores de estos países (alrededor de 190 millones) en 2017. La incidencia de la extrema pobreza debería seguir reduciéndose, y ello se traduciría en la baja del número de trabajadores en situación de pobreza extrema de10 millones anuales en 2018 y 2019. Sin embargo, la pobreza laboral moderada, según la cual los trabajadores viven con ingresos de entre 1.90 y 3.10 dólares estadunidenses al día, sigue siendo generalizada, y en 2017 afectó a 430 millones de trabajadores de países emergentes y en desarrollo.
Los resultados en materia de empleo siguen mostrando tendencias diversas en el mundo. Las naciones desarrolladas entrarían en su sexto año consecutivo con tasas de desempleo descendentes, que en 2018 caerían a 5.5 por ciento, la tasa más baja desde 2007. No obstante, muchos países siguen notificando una tasa elevada de subutilización de la mano de obra, un amplio porcentaje de trabajadores desanimados y una creciente incidencia del empleo a tiempo parcial involuntario.
Los jóvenes tienen muchas menos probabilidades de estar empleados que los adultos, siendo su tasa mundial de desempleo de 13 por ciento, tres veces más elevada que la de los mayores. El problema es particularmente grave en África del Norte, donde casi 30 por ciento de los jóvenes no tiene trabajo. Además, las desigualdades de género ya están establecidas entre los trabajadores jóvenes y complican aún más el avance futuro en la reducción de las brechas entre aquéllos.
El aumento de la esperanza de vida y la caída de las tasas de natalidad han desacelerado considerablemente el crecimiento de la población mundial; se prevé que esta trayectoria continúe en los próximos decenios. Una consecuencia inmediata de esta desaceleración es que el crecimiento de la fuerza de trabajo mundial no alcanzará para compensar una reserva de jubilados en rápido aumento, y someterá a presión tanto a los sistemas de pensiones como al mercado de trabajo en su conjunto.
El envejecimiento de la población inevitablemente provocará un aumento de la edad promedio de quienes integran la población activa y pondrá en jaque la capacidad de los trabajadores para mantenerse al ritmo de las innovaciones y los cambios estructurales en el mercado laboral. A escala mundial se prevé que la edad promedio de la fuerza de trabajo aumente desde casi 40 años en 2017 hasta 41 en 2030, con crecimiento considerablemente más rápido en Europa y Asia Oriental, en particular en China.
Las rebanadas del pastel
Se agarraron cariño los billetes con las imágenes de Benito Juárez y George Washington. De plano no se sueltan: ayer el dólar se vendió a 20.05 pesos en Bancomer y a 20.46 en CI Banco.
Twitter: @cafevega
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