Gabriela Rodríguez*
H
ace 12 años que en la Ciudad de México se reformó el código penal para que las mujeres puedan acceder a la Interrupción Legal del Embarazo (ILE) hasta la semana 12 de gestación. La doctora Oliva López Arellano, actual secretaria de Salud en esta ciudad, informó que desde entonces se reporta un total de 209 mil 353 procedimientos realizados al 31 de marzo de 2019, con cero muertes maternas en los servicios públicos, dato menor al estándar internacional que estiman la probabilidad de una muerte por cada 100 mil abortos seguros, siendo una baja probabilidad la muerte por aborto, acá se confirma significativa disminución. Las niñas y adolescentes están más expuestas a vivir un embarazo no planeado, vinculado a la falta de información, a relaciones inesperadas o aquellas que no son consentidas; en ellas, el embarazo y parto conllevan un mayor riesgo debido a su condición biológica y a condiciones de vida precaria que prevalece en quienes se embrazan antes de los 18 años: en una niña, el parto implica un riesgo 50 veces mayor que el de un aborto seguro. Actualmente ya no se recurre al legrado uterino, sino a tecnología avanzada, la aspiración para los embarazos de 10 a 12 semanas, y la interrupción con medicamentos que se aplica antes de las nueve semanas.
Nuestra ciudad sigue siendo una isla de la libertad sexual y reproductiva, en 12 años de servicio han acudido más de 140 mil capitalinas a las 13 clínicas donde se ofrece el servicio (http://ile.salud.cdmx.gob.mx), una cuarta parte son mujeres del estado de México, otras pocas de Puebla e Hidalgo. Hoy y siempre resulta inadmisible que estar informada, vivir cerca o tener recursos para venir, siga siendo un factor determinante para ejercer el derecho a una maternidad voluntaria. No importa qué edad o estado civil se tenga, ni en qué latitud geográfica se haya nacido, toda mujer puede acceder a servicio en las clínicas púbicas y también en las clínicas privadas de la ciudad de México.
En la capital circula más información y hay mayor nivel de escolaridad, y mejores servicios de prevención, educación y de acceso a métodos anticonceptivos, de ahí que registre la menor tasa de fecundidad, 1.4 hijos por mujer, frente a la tasa nacional de 2.2, y la menor tasa de fecundidad de adolescentes, con 52 nacidos por cada mil adolescentes, frente a los 77 del dato nacional. El 73 por ciento de las capitalinas utiliza algún anticonceptivo (68 es el dato nacional), pero no se ha logrado evitar que una tercera parte de las mujeres embarazadas declaran no haberlo planeado ni deseado (frente al 36 por ciento del ámbito nacional); entre las adolescentes más de 80 por ciento recurre al condón masculino en su primera relación sexual, lo cual habla muy bien de la actitud preventiva de los hombres de las nuevas generaciones, pero después lo dejan de utilizar, las adolescentes unidas o casadas son quienes menos recurren al condón y a los anticonceptivos, y son también quienes menos recurren a la ILE. Sólo 5.6 por ciento de mujeres menores de 18 años han recurrido al aborto legal, en tanto que 83 por ciento tienen entre 18 y 35 años de edad, con lo cual explica, en parte, que 74 por ciento de embarazos en niñas y adolescentes no son deseados.
Cuando los anticonceptivos fallan, la ILE es una medida correctiva a la que todas las mujeres tienen derecho. Gran cantidad de los embarazos ocurren por falla del método, la abstinencia sexual es la menos segura, la cual falla, principalmente, por interrumpirla; importa tener presente que ningún método anticonceptivo es 100 por ciento seguro, para evitar un embarazo se tendría que recurrir al condón y a los hormonales, simultáneamente y como corresponsabilidad, y así alcanzar 99 por ciento de efectividad, de esta manera podríamos alcanzar las tasas que registran los países europeos: menos de 10 embarazos anualmente por cada mil adolescentes y 27 abortos por cada mil mujeres de 15 a 44 años de edad.
El Gobierno actual reconoce el avance que significó para las mujeres de esta ciudad, poder acceder a la Interrupción Legal del Embarazo, un derecho garantizado en el artículo 11 de la Constitución Política de la Ciudad de México:
Toda persona tiene derecho a decidir de manera libre, voluntaria e informada tener hijos o no, con quién y el número e intervalo entre estos, de forma segura, sin coacción ni violencia, así como a recibir servicios integrales para acceder al más alto nivel de salud reproductiva posible.
Además está el artículo 14 que garantiza
el derecho a la autodeterminación, a decidir con quién compartir su sexualidad, a ejercerla de manera libre, responsable e informada, sin discriminación, con respeto a la preferencia sexual sin coerción ni violencia; así como a la educación en sexualidad y a servicios de salud integrales, con información completa, científica, no estereotipada, diversa y laica.
En la Ciudad Innovadora y de Derechos, los servicios de salud, así como los servicios comunitarios y educativos, trabajan para que todas las mujeres, independientemente de su edad, escolaridad, estado civil o condición social ejerzan el derecho a la información, a una sexualidad libre, el acceso a la ILE y a todos los métodos anticonceptivos.
*Titular de la Secretaría de las Mujeres
Twitter: @Gabrielarodr108
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