Operación Apapacho en Morena // Delgado con Ebrard // Durazo con Monreal // Hoy, destape en Coahuila
as precandidaturas morenistas menos favorecidas en el rejuego oficial rumbo a 2024 (M&M: Marcelo y Monreal) tuvieron ayer sendos apapachos desde posiciones partidistas directivas fácilmente movedizas en caso de recibir indicaciones superiores en sentido contrario pero que, por lo pronto, parecen constituir una especie de validación o cuando menos un aliciente para que tales aspirantes, hasta ahora en menoscabo, se mantengan enganchados a una contienda que a estas alturas parece dispareja en favor de Claudia Sheinbaum, sobre todo, pero también de Adán Augusto López como opción paisana eventualmente supletoria.
La Operación Apapacho tuvo como ejecutores ni más ni menos que al presidente de Morena, Mario Delgado (hechura ebrardista: secretario de Educación y de Finanzas en la administración chilanga, carta fallida de Marcelo para sucederlo), a quien tocó ahora atender a su ex jefe, y al presidente del Consejo Nacional del mismo partido, Alfonso Durazo Montaño (ex secretario federal de Seguridad y Protección Ciudadana, actual gobernador de Sonora, virtual comisionado presidencial para asuntos del litio), quien cumplió con la más difícil tarea de autentificar el derecho de Monreal a sostenerse como morenista y aspirante a la Presidencia de la República.
Fue en Monterrey, plaza reticente a la llamada Cuarta Transformación, donde Ebrard realizó actos de proselitismo tan mal disfrazados como los de las otras dos corcholatas oficiales, la viajera Sheinbaum y el esforzado luchador contra el rezago Adán Augusto, y los del familiar político no reconocido, el zacatecano Monreal.
Discursos, diagnóstico de problemas y anuncio de recorrido por cada uno de los municipios hizo el canciller Ebrard e incluso entregó a su antiguo subordinado, Mario Delgado, las propuestas-exigencias para que el proceso morenista ruede de manera que le resulte aceptable: debate oportuno entre el corcholatismo, renuncia temprana de cada cual a su cargo público y encuestas de opinión confiables, verificables, de verdad
. ¿Y si no sucede así, qué pasaría?, podría haber sido la pregunta natural de Delgado a Ebrard.
Fue en Hermosillo donde Monreal tuvo el primer acto público de precampaña con el sello de autorización o bienvenida de un alto mando morenista. Durazo Montaño es más obradorista que Delgado o cuando menos lleva más tiempo, sobre todo en las épocas difíciles, en las cercanías confidenciales de López Obrador. Ya antes procesó, por ejemplo, el error confeso del máximo político tabasqueño de hacer senadora a la ahora fúrica conversa Lilly Téllez.
Oficialmente, en la capital de Sonora se realizó una reunión titulada Diálogos sobre visión de país, con Durazo y Monreal como únicos personajes instalados en un foro sin detalles partidistas, salvo un rectángulo lateral color guinda. Asistieron, según las notas periodísticas, consejeros nacionales y estatales de Morena y representantes populares del mismo partido. En la decoración de las paredes había pequeñas mantas: Sonora con Camino Monrealista
y Vamos a luchar, Camino Monrealista
.
En cuanto a Ebrard, el acompañamiento de Delgado pareciera intentar que la hebra de Marcelo no se rompa, pues abundan las versiones de que el secretario de Relaciones Exteriores podría optar por un camino distinto a Morena si la decisión final le parece amañada y no le favorece.
Monreal tiene en lo inmediato otra moneda de cambio: el procesamiento del plan electoral B al que los partidos pequeños aliados a Morena lograron agregar líneas tramposas para mantenerse en el negocio. El zacatecano asegura que hay un ciento de modificaciones necesarias a lo aprobado en San Lázaro y Adán Augusto estará hoy con los senadores de Morena y conexos para tratar de salvar lo posible, con un Monreal taimadamente reacio a dejar pasar puntos probablemente violatorios del orden constitucional.
Y, mientras el moreirismo ha perdido el control de las secciones del SNTE en Coahuila, en vísperas de la designación del candidato de Morena al gobierno estatal, ¡hasta mañana!
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