Robert Fisk
S
i Barack Obama decide atacar al gobierno sirio, se asegurará de que por primera vez en la historia Estados Unidos y Al Qaeda estén del mismo lado. ¡Vaya alianza! ¿No fueron los tres mosqueteros los que exclamaban: ‘¡Todos para uno y uno para todos!’ cada vez que salían a combate? Éste debería ser el nuevo grito de guerra para los estadistas occidentales si deciden unirse en la agresión contra Bashar Assad. Los hombres que destruyeron a tantos miles el 9/11 estarán luchando al lado de la nación cuyos inocentes asesinaron cruelmente hace exactamente 12 años. Gran triunfo para Obama, Cameron, Hollande y el resto de estos guerreros en miniatura.
Esto, desde luego, no será anunciado con fanfarrias por el Pentágono o la Casa Blanca ni, supongo, por Al Qaeda, aunque los tres intentan destruir a Bashar, lo mismo que el Frente Nusra, afiliado a la red Al Qaeda; pero la posible acción trae consigo interesantes posibilidades.
Quizá los estadunidenses deberían pedirle colaboración de inteligencia a Al Qaeda, después de todo, dicha red tiene
las botas en el terreno, cosa que a Estados Unidos no le interesa en lo más mínimo. Posiblemente Al Qaeda pueda ofrecer alguna información sobre instalaciones de comunicación clave a la nación que normalmente afirma que los simpatizantes de Al Qaeda, y no precisamente los sirios, son los hombres más buscados del mundo.
Habrá algunas ironías, claro está. Mientras los estadunidenses, con sus drones,matan a miembros de Al Qaeda, y a las habituales decenas de civiles, en Yemen y Pakistán, los señores Cameron, Hollande y los otros pequeños generales, estarán dando asistencia material a Siria al golpear a los enemigos de Al Qaeda. Ciertamente, pueden ustedes apostar su último dólar que los objetivos que los estadunidenses no atacarán en Siria serán de Al Qaeda y del Frente Nusra.
Nuestro premier británico aplaudirá lo que sea que los estadunidenses hagan, aliándose así a Al Qaeda y seguramente olvidará de los atentados con bomba en Londres. Quizá, como ya no existe memoria institucional en estos gobiernos modernos, Cameron no recuerda lo similares que son los sentimientos expresados por él mismo y Obama a los que manifestaron en su momento Blair y el ex presidente Bush hace una década; las mismas aseveraciones insípidas dichas con una certeza absoluta y sin suficientes evidencias para sustentarlas.
En Irak fuimos a la guerra sobre la base de falsedades de engaña bobos y mentirosos profesionales. Ahora es guerra vía YouTube. No quiero decir que las terribles imágenes de civiles muertos o afectados por gases venenosos sean falsas, sino que cualquier evidencia contraria a lo que se ha visto será suprimida.
Por ejemplo, a nadie le interesarán los persistentes reportes provenientes de Beirut, según los cuales tres miembros de Hezbolá que combatían al lado de las tropas de Damasco fueron víctimas del mismo gas el mismo día del ataque, cuando se encontraban en unos túneles. Se dice que ahora están recibiendo tratamiento en un hospital de Beirut. Si las fuerzas del gobierno sirio usaron gas ¿cómo es que hombres de Hezbolá resultaron afectados también? ¿Se les regresó el gas por accidente?
Hablando de la memoria institucional: que levante la mano el alegre estadista que recuerde lo que ocurrió la última vez que los estadunidenses la emprendieron contra el ejército del gobierno sirio. Apuesto a que no se acuerdan. Bueno, pues esto sucedió en Líbano cuando la fuerza aérea estadunidense decidió bombardear misiles sirios en el valle de Bekaa el 4 de diciembre de 1983. Lo recuerdo bien porque vivía yo en Líbano. Un misil sirio tipo Strela de fabricación rusa impactó un avión bombardero A-6 estadunidense y éste cayó, naturalmente, en Bekaa. El piloto, Mark Lange, resultó muerto y su copiloto, Robert Goodman, fue tomado prisionero y trasladado a una cárcel en Damasco. Jesse Jackson tuvo que viajar a Siria a rescatarlo después de casi un mes en medio de muchas frases hechas sobre
poner fin al ciclo de violencia.
Otro avión estadunidense, esta vez un A-7 también fue impactado por disparos sirios pero el piloto logró eyectarse del aparato sobre el mar Mediterráneo, de donde lo sacó un barco pesquero libanés. Su avión quedó destruido.
Claro, se nos dice que el ataque contra Siria será breve. Nada más que entrar y salir. Cosa de un par de días. Eso es lo que Obama quiere creer. Pero piensen en Irán. Piensen en Hezbolá. Más bien sospecho que si Obama sigue adelante, el conflicto a su vez, seguirá y seguirá.
© The Independent
Traducción: Gabriela Fonseca
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