sábado, 12 de abril de 2014

México SA

EU, debilidad mexicana
Dependencia y veladoras
Las migajas del vecino
Carlos Fernández-Vega
L
os indicadores internos se mantienen a la baja o flácidos, en el mejor de los casos, pero el gobierno federal y zonas conurbadas creen en los milagros, por lo que no pierden la esperanza de que un golpe de suerte modifique el estado de cosas y un rayo misterioso eche a caminar el motor de la economía mexicana, que no es otro que la economía gringa, destartalada desde hace muchos años.
Pero las veladoras encendidas ni de lejos alcanzan para siquiera delinear un futuro medianamente venturoso. Años y años con eso de las (fallidas) reformas estructurales para fortalecer a la economía nacional, pero ninguna para corregir la debilidad más notoria y costosa: meter todos los huevos en la misma canasta, lo que se ha traducido en una brutal dependencia del vecino del norte.
Como bien lo apunta el Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN) del Tecnológico de Monterrey, campus estado de México, es evidente que el escenario para los próximos periodos no se vislumbra con muchas diferencias a las que se han podido observar periódicamente en lo que va del año y el final de 2013. Si bien la recuperación del tipo de cambio peso-dólar esta semana trajo consigo señales de fortalecimiento hacia los mercados internacionales, parte de este comportamiento ocurrió como consecuencia del cambio de política monetaria de la Reserva Federal de Estados Unidos al abandonar la tasa de desempleo como referencia para la inyección de estímulos a su economía. Lo anterior refleja una de las debilidades estructurales de la economía mexicana: el alto grado de dependencia hacia el desempeño económico estadunidense; o dicho de otro modo, la debilidad del mercado interno nacional.
En treinta años los genios tecnocráticos arrasaron con sus reformas, y ninguna tuvo los resultados prometidos. De hecho, la mayoría de ellas registra un efecto contrario al supuestamente esperado, con un costo social, ese sí, creciente y espeluznante. Todo lo vendieron, todo lo reformaron, destrozaron la economía interna, la convirtieron en el traspatio del vecino y México se mantiene en la lona en espera de que el patrón despierte y encienda el motor, el cual tampoco está en su mejor momento. El prometido futuro venturoso, pues, depende de las migajas que nos aviente el susodicho.
Por otro lado, el CIEN comenta que mantener un nivel de inflación controlado incide directamente en la dinámica económica de las actividades productivas y en el poder adquisitivo de la población, en especial la de escasos recursos, dado que destinan un gran porcentaje de su gasto al transporte y alimentación. Para marzo, se aprecia cómo los precios muestran un comportamiento heterogéneo: por un lado, presentan tasas de crecimiento menores al mismo periodo de años anteriores (3.8 por ciento a tasa anualizada), rompiendo el comportamiento reciente de aproximarse o incluso sobrepasar las bandas establecidas como objetivo inflacionario del Banco de México. No obstante, dicha diferencia es marginal, y por tanto será poco significativa si no se mantiene una reducción estable de la inflación para los próximos periodos.
Además, en marzo la inflación de la canasta básica se ubicó en 5.5 por ciento, más de un punto porcentual por encima de la cifra reportada en el mismo periodo de 2013 (4.4 por ciento), en tanto que los precios al productor también aumentaron ligeramente (2.2 por ciento).
Por el otro, el comportamiento del precio de los energéticos fue al alza (9.8 por ciento a tasa anualizada, 2.6 veces más que la inflación general para el mismo periodo, y casi 4 puntos porcentuales más que lo registrado el año pasado, donde destaca el comportamiento del precio del gas doméstico natural cuyo nivel de precios fue de 20.8 por ciento, lo cual se traduce en más de 12 puntos porcentuales por encima del mismo dato registrado en 2013) donde prácticamente todos los rubros exhiben un nivel más alto al observado durante el mismo periodo de años anteriores. Por citar un ejemplo, el costo de la electricidad para uso comercial en México es 73 por ciento más alto que en Estados Unidos; adicionalmente, de acuerdo con el Foro Económico Mundial, nuestro país se ubica en el lugar 79 de 144 países en cuanto al costo y calidad de la energía eléctrica para uso industrial.
Por lo anterior, si el costo de los energéticos continúa incrementándose, difícilmente se podrá ser competitivo en este rubro a nivel internacional. Esperar los beneficios y resultados prometidos por la reforma energética podría no ser suficiente, y es necesario buscar otras alternativas tales como una mayor utilización del gas natural para generar electricidad o impulsar el uso de otras fuentes de energía renovable que permitan reducir costos y escalar peldaños a nivel competitivo.
Además de los datos inflacionarios, el Inegi divulgó las cifras de inversión fija bruta en enero del presente año y, de nueva cuenta, se registró una disminución (2.4 por ciento) en comparación con el mismo mes de 2013. Lo anterior como consecuencia de la caída reportada en el renglón de maquinaria y equipo (-1.9 por ciento), tanto en su componente nacional (-4.8) como en el importado (-0.6), así como por la contracción en el rubro de la construcción (-2.7). Al analizar las tendencias, se observa que la inversión fija total todavía muestra señales de estancamiento, situación que implica que durante los próximos meses no se presente una mejora significativa en su desempeño.
Tal escenario, apunta el CIEN, refleja la debilidad con la que la economía se ha venido desarrollando desde principios del año pasado. Aún no ha sido posible recuperar los niveles de crecimiento previos a la desaceleración y esto se ha visto reflejado en el comportamiento de las tendencias en la inversión, especialmente en el rubro de la construcción, la cual todavía presenta un movimiento a la baja. Y el sector de la construcción es uno de los que genera mayores puestos de trabajo.
Y de cereza, el Inegi informó que en febrero pasado la producción industrial del país se incrementó 0.28 por ciento respecto del mes inmediato anterior. En su comparación anual, aumentó 0.7 por ciento. Aun así, algunos del Olimpo tecnocrático dicen ver signos alentadores.
Las rebanadas del pastel
El Centro de Análisis Multidisciplinario de la UNAM cierra hoy la captura de información para su Encuesta Nacional de Productos Básicos, la cual decidió levantar para tener un mejor panorama de los efectos de la política económica, social y laboral del gobierno federal sobre los trabajadores. Todavía hay tiempo para participar (http://cam.economia.unam.mx/).
Twitter: @cafevega

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