una semana de que el gobierno federal abrió la contratación de médicos especialistas para cubrir 13 mil 765 plazas vacantes en el país, no se ha presentado ningún interesado para 9 mil 725 puestos en localidades con menos de 200 mil habitantes, zonas rurales y comunidades indígenas.
De acuerdo con datos presentados por el director general del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Zoé Robledo, 47 por ciento de las postulaciones se concentran en apenas cuatro entidades (Ciudad de México, Jalisco, Puebla y estado de México), mientras las vacantes que no han recibido una sola solicitud se ubican en 3 mil 339 municipios con población menor a 200 mil habitantes, como Taxco, Guerrero; Cuautla, Morelos; Boca del Río, Veracruz, e incluso la capital de Zacatecas. Como señaló Robledo, esto significa que no necesariamente se trata de zonas rurales, son ciudades pequeñas que no reciben interés de parte de los médicos
. Destaca que 38 por ciento de los puestos disponibles que no cuentan con postulaciones están en Chiapas, Michoacán y Veracruz, y que en municipios indígenas hay 573 plazas sin interesados en cubrirlas.
El secretario de Salud, Jorge Alcocer, ilustró el severo déficit de especialistas en la mayor parte del territorio nacional debido a su aglomeración en un puñado de grandes urbes. En las zonas de la Huasteca, la montaña y la región Papaloapan-Olmeca de Veracruz no hay un solo pediatra para cubrir una población de 2.4 millones de niños, situación que se repite en Guerrero, donde 873 mil menores de edad de las regiones norte, Tierra Caliente, La Montaña y Costa Chica no cuentan con un solo profesional especializado en sus necesidades.
Además de resultar estremecedoras por dar cuenta de la negación del derecho a la salud que padecen millones de mexicanos, estas cifras evidencian la farsa detrás de la crítica a la contratación de médicos cubanos para paliar la falta de especialistas en zonas como las referidas. La mentira repetida sin pudor de que no se requiere a los profesionales de la isla y que se les daba prioridad frente a miles de mexicanos deseosos de incorporarse al sistema de salud pública es prueba de que para sectores de la derecha nacional no existe límite alguno en lo que están dispuestos a decir o hacer, movidos por su animadversión tanto al gobierno federal como al régimen cubano. Ello, por no mencionar las posturas delirantes de quienes llegan a afirmar que los galenos caribeños son en realidad operadores políticos o agentes de inteligencia infiltrados en nuestro país.
Por otra parte, queda al descubierto el problema de fondo que aqueja al sector de la salud: el rechazo de los egresados de universidades públicas y privadas a hacer frente a la realidad mexicana. En efecto, lo que puede verse en la negativa de muchos médicos a acudir donde los pacientes los necesitan es una profunda adulteración en su formación profesional, la cual les alienta más a cobrar que a curar y a perseguir fines personales que, sin cuestionar su legitimidad, deberían estar siempre supeditados al interés general. Al respecto, debe mencionarse que en el primer inciso de la Declaración de Ginebra de la Asociación Médica Mundial –equivalente moderno del famoso juramento hipocrático–, los profesionales de la medicina prometen solemnemente dedicar su vida al servicio de la humanidad
, un compromiso que queda cuando menos en entredicho al dar la espalda a todo aquel que no habite en las principales zonas urbanas.
En suma, es clara la urgencia de replantear la formación profesional de la medicina a partir de criterios éticos y humanos radicalmente alejados de la deriva neoliberal que ha corrompido a éste y otros gremios, así como, en lo inmediato, permitir la llegada de los especialistas dispuestos a cubrir las vacantes desdeñadas por los médicos nacionales.
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