jueves, 17 de septiembre de 2020

En el Grito, el Ejecutivo pide amor al prójimo y esperar mejor porvenir


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▲ La noche del Grito, el presidente Andrés Manuel López Obrador lanzó vivas a los héroes de la Independencia, a la libertad y a la fraternidad.Foto Roberto García Ortiz
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▲ Ayer, flanqueado por los titulares de Marina, almirante Rafael Ojeda, y de la Defensa Nacional, general Luis Cresencio Sandoval, así como por su esposa, Beatriz Gutiérrez, y la presidenta de la Cámara de Diputados, Dulce María Sauri Riancho, encabezó la parada militar.Foto José Antonio López
 
Periódico La Jornada
Jueves 17 de septiembre de 2020, p. 4

A diferencia del año pasado, cuando fue arropado por miles de personas, este 2020 el presidente Andrés Manuel López Obrador encabezó la ceremonia del Grito de Independencia con un Zócalo sin ciudadanos, quienes respondieron a su llamado a seguir la conmemoración de la gesta histórica desde sus casas, como medida de prevención ante el Covid-19. En sus arengas, incluyó el amor al prójimo y la esperanza en el porvenir.

La celebración comenzó con un toque de silencio por las más de 71 mil personas fallecidas por el coronavirus, y la plancha del Zócalo se iluminó con la frase la llama de la esperanza, junto a una silueta iluminada del mapa de la República y la antorcha del Pípila representando la Independencia de México, con un pebetero encendido. Al lado, la monumental Bandera Nacional.

Portando la banda presidencial, a las 23 horas el mandatario, acompañado por su esposa Beatriz Gutiérrez, salió al balcón central de Palacio Nacional y lanzó 20 vivas, a las que hicieron eco integrantes de la Banda de Música del Ejército Mexicano.

Arengó por la Independencia, los héroes nacionales Miguel Hidalgo y Costilla, José María Morelos y Pavón, Josefa Ortiz de Domínguez, Ignacio Allende, Leona Vicario y el heroico pueblo de México.

También lanzó vivas a las comunidades indígenas, a la grandeza cultural de México, la libertad, la justicia, la democracia, la igualdad, la soberanía y la fraternidad universal, y cerró con tres ¡viva México!

Tras tañer la campana que hace 210 años tocó el cura Miguel Hidalgo y Costilla –al tiempo que sonaban las campanas de la Catedral Metropolitana– y ondear la Bandera Nacional, el Presidente disfrutó de un espectáculo de juegos pirotécnicos. En balcones contiguos aparecieron integrantes del gabinete.

Los ciudadanos siguieron la ceremonia, que duró menos de 20 minutos, por canales televisivos y sitios de internet.

Algunos vecinos de la zona observaron el festejo detrás del amplio cerco policiaco que se estableció.

Esta vez sólo se permitió el acceso a unos 60 representantes de los medios de comunicación.

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