Víctima de la represión
Gloria Muñoz Ramírez
S
ólo mueve la mano y la pierna derecha. No habla, ni ve, ni escucha. Come a través de una sonda, tiene constante fiebre, vómito y diarrea. Juan Francisco Kuykendall Leal personifica el saldo de la primera represión del gobierno de Enrique Peña Nieto. Una bala de goma, de esas que dicen que no dispara la policía capitalina, le pegó en el cráneo durante las protestas por la llegada al poder del actual Ejecutivo, el pasado primero de diciembre.
Conocido entre sus amigos y compañeros del movimiento zapatista como Kuy, el activista, actor y dramaturgo ha deambulado desde el día del atentado entre un hospital y otro. De la Cruz Roja de Polanco lo trasladaron al hospital Siglo XXI, luego a la clínica de traumatología de Magdalena de las Salinas. Posteriormente, lo regresaron al Siglo XXI y, súbitamente, fue dado de alta por la doctora Maura Loyola García, quien presionó a la compañera de Juan Francisco para que lo sacara del nosocomio el pasado 8 de marzo. No importó, lamenta la esposa y también activista, que ella
no cuente con los medios necesarios ni la preparación que se requiere para su atención médica. No importó que viva en un cuarto piso sin elevador y que no tenga ni implementos ni enfermera. Se trata de
quitarse esa papa caliente de encima, de sacarlo del hospital sin medir las consecuencias, pues es un caso político, advierte Bárbara Zamora, abogada de Eva.
Hoy, reporta su esposa, “sigue inconsciente y su estado de salud es grave, con secuelas neurológicas, con tubos para comer y en condiciones muy complicadas, porque no puede desarrollar por sí solo ninguna de sus funciones físicas, ni las más básicas…En estos momentos no quieren volver a recibirlo en el Siglo XXI, por lo que tuvimos que ingresarlo al Hospital General de Zona Los Venados, del IMSS, donde está en el área general, sin cuarto siquiera”.
El Estado no ha tomado la responsabilidad del caso. No hay culpables y el caso se mantiene impune. El bufete Tierra y Libertad, junto con Eva Palma, presentó ante la Procuraduría General de la República
una denuncia de hechos constitutivos de delitos en contra de Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de Gobernación; Manuel Mondragón y Kalb, comisionado nacional de seguridad; y contra los policías federales que resulten responsables de haber disparado las armas de fuego contra de Juan Francisco, que le ocasionaron la lesión grave en el cráneo.
Este caso es eminentemente político, insiste Zamora,
por eso la decisión de mandarlo a su casa, aunque el alta la haya firmado una doctora cualquiera del hospital.
No hay comentarios:
Publicar un comentario