Otra vez el petróleo
La postura de Mancera
El PRD, en la encrucijada
Miguel Ángel Velázquez
U
na nueva batalla por mantener en manos mexicanas el petróleo se iniciará hoy en el PRD, cuya postura en su cúpula, narcotizada por los efluvios del poder, ha sembrado dudas sobre el camino que podría tomar la dirigenciachuchista cómplice del priísmo en el llamado Pacto por México.
Bien vista la cosa, no tendría que ser necesario que ese partido buscara definirse frente al nuevo intento de poner en manos privadas –nacionales y extrajeras– la renta petrolera. Sus estatutos establecen, sin lugar a dudas, que por ningún motivo se permitiría la enajenación de ese recurso. Pero es tal el servilismo exhibido por la dirigencia nacional perredista y su tribu (Nueva Izquierda), que se ha hecho necesario redefinir una postura, más que emprender la estrategia de combate.
Y es que el PRI, lo saben en el PRD, tiene como seguros aliados a quienes se han mostrado débiles frente a los documentos que le dan razón de ser una organización de izquierda. Y ahora resulta urgente batallar, primero, y antes que nada en ese partido, donde sí existen divisiones profundas respecto del intento de Peña Nieto por cambiar el rumbo que históricamente ha marcado, además de la Constitución mexicana, la izquierda del país.
El jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, estará hoy frente a ese PRD señalando los rumbos perdidos entre la bruma de los intereses de su dirigencia. Para el mandatario, los trazos del cardenismo y las huellas que en su lucha ha impreso Andrés Manuel López Obrador son dirección y destino, pero habrá también algunas observaciones tendientes a poner en tiempo la batalla ineludible.
El momento es inmejorable para demostrar la independencia de Mancera frente a los compromisos que atan al gobierno de Peña, por lo que su discurso será clave no sólo en la relación que esos dos tendrán en adelante, que no deberá ir más allá del respeto al quehacer político, y el beneficio para la población del país que los programas de gobierno deberán traerles.
Frente a todo eso, el líder de Morena, Andrés Manuel López Obrador, inicia ya una gira de trabajo por el Distrito Federal, y se espera que en su incesante caminar por el país, y esta vez por la ciudad de México, se reafirme no nada más la postura que ha mantenido desde mucho antes de llegar, incluso, al PRD, sino que ahonde en las críticas fundadas y las soluciones marcadas que ha ido señalando.
Entonces, esta semana será de mayor trascendencia para la izquierda en México. El PRD puede ir más allá de las diferencia que hasta ahora ha exhibido para poner fin a una farsa cada vez más indignante. El PRD está justo en ese momento en el que las decisiones definen futuros. Ni chuchos ni bejaranos podrán aguantar la independencia de ese partido, que pide a gritos un nuevo perfil, pero su militancia, la que quede, sí podría volver a tener alguna confianza en su organización.
Lo contrario, seguir en el tránsito de las componendas, solo acelerará el proceso de descomposición que se inició hace tiempo, cuyos resultados no habrán de favorecerlos en las elecciones que vienen, mientras Morena va con seguridad a un futuro de solidez ideológica donde no cabrán las revisiones, porque la línea será siempre en favor de las mayorías. No hay duda.
De pasadita
Nadie sabe a ciencia cierta qué fue lo que pasó, pero el fin de semana pasado el papelón estuvo a cargo del Consejo Ciudadano Ciudad de México. El pasado viernes, después de anunciar que se daría una recompensa a quienes dieran información de los desaparecidos del Heaven, y de señalar que en aquellos momentos no existía una cifra concreta para esa recompensa, se desdijo al advertir en un boletín de prensa, que firma Jorge García Mendoza, director de información de ese organismo, que lo de la gratificación por la denuncia era un tema que
aún no se encuentra decidido por esta institución.
Horas después, por tratarse de un acuerdo del jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, con los familiares de los desaparecidos, en la Gaceta Ofi-cial del DF se dio a conocer que sí habría recompensa, y sería de 10 millones de pesos. En las oficinas del Consejo Ciudadano todos se hicieron sordos y nadie sabe, nadie supo. ¡Qué barbaridad!
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