Luis Hernández Navarro
M
ás que a los maestros endeudados, el gobierno quiere rescatar a Juan Díaz de la Torre. Lo que el programa de ayuda crediticia para los docentes, bautizado como FobaSnte, verdaderamente busca, es tratar de salvar al dirigente nacional del sindicato magisterial del naufragio político y gremial en el que se ahoga.
Con el programa que anunció el pasado jueves, el gobierno federal decidió socorrer al líder que impuso en lugar de Elba Esther Gordillo, quien ha sido rebasado por cientos de miles de profesores en todo el país que lo ven como un traidor. Apuesta a darle respiración de boca a boca con una inyección de 5 mil millones de pesos y, de paso, tratar de darle vida a una reforma educativa fallida.Se fusionan dos categorías.
El programa fue bautizado por el magisterio democrático como FobaSnte, porque, como señalan Rogelio Luna y Cristina Almeida, el término fusiona dos categorías que por sí mismas explican la complicidad para el fraude que pretende salvar a Juan Díaz de la Torre.
Es inobjetable que se apoye a los trabajadores de la educación que sufren el agio de empresas inescrupulosas, que les prestan dinero a tasas de interés leoninas, a pesar de que no hay crédito con menos riesgo que el otorgado al magisterio. Lo que es absolutamente ilegítimo e, incluso ilegal, es que, obligatoriamente, para restructurar su deuda, los maestros tengan que realizar el trámite a través de los dirigentes de las secciones del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). Fueron esos líderes quienes abrieron la puerta a los prestamistas usureros, hundiendo a los docentes en la negra noche de la esclavitud deudora, y son ahora ellos, según el gobierno, los responsables de gestionar su
salvamento.
No hay duda de ello. Interrogado sobre cómo va a operar el FobaSnte, Alejandro Díaz de León, titular de la unidad de crédito público de la Secretaría de Hacienda, explicó a Roberto González Amador, de La Jornada:
El trabajador de la educación se va a acercar a alguna de las ventanillas del SNTE, donde se integrará un expediente para el Banco del Ahorro Nacional y Servicios Financieros (Bansefi). Esta institución va a liquidar la deuda del maestro. No va a comprar cartera a las empresas que otorgaron los créditos. Va a prepagar el adeudo que tenía el maestro que solicite la restructura. Es decir, por instrucción presidencial, ahora la víctima debe pedir a uno de sus victimarios que lo salve.
Para que no quedaran dudas de la verdadera intención del FobaSnte, en la ceremonia en que Peña Nieto anunció el programa, y en la que se escucharon gritos en favor de Elba Esther y abucheos y silbidos contra Emilio Chuayffet, el Presidente defendió su reforma educativa. Sin embargo, tuvo que reconocer, implícitamente, que no está en funcionamiento.
Para materializar la reforma –dijo durante su discurso–
es fundamental respaldar y hacerla suyas maestros y maestras de México, los padres de familia y las autoridades educativas. Estamos haciendo la materialización de la reforma.
Poco después, el mandatario insistió:
Ese es el alcance de la reforma que nos hemos trazado, que hemos llevado a cabo, y que hoy, quiero convocar a las maestras y maestros de México a que la hagan suya.
Como dicen los abogados, a confesión de parte, relevo de pruebas. Si el Presidente llama a los profesores a que hagan suya la reforma es porque no lo han hecho, y, más aún, masivamente la rechazan. Si, después de meses de aprobada y promulgada, afirma que se está
haciendo la materialización de la reforma, es porque no está funcionando.
Por ello, para poder aterrizar la reforma, para convencer a los profesores inconformes y con deudas, dispara un cañonazo de 5 mil millones de pesos, negociable a través de sus líderes sindicales.
Ironías de la vida. Como en política, mientras unos calientan el bóiler otros se bañan, el FobaSnte le cayó al líder del SNTE del cielo. En sus inicios, el programa fue una demanda de su rival Carlos Jonguitud Carrillo, consejero nacional del Sindicato de Trabajadores para la Educación (STE).
El FobaSnte ha puso al descubierto cómo la SEP y las secretarías de Educación de los estados actúan como cobradores de empresas financieras privadas no bancarias, que otorgan a los maestros sindicalizados préstamos garantizados por nómina. Las propias dependencias, en tanto empleadoras, descuentan el abono del préstamo antes de depositar o entregar el salario a los docentes. Esto, a pesar de que esta práctica no está permitida por la legislación laboral. Como explica Roberto González, se trata de descuentos que, en total, suman más de 30 por ciento del salario, el límite máximo establecido en la ley.
Los líderes del SNTE están embarrados hasta el codo en este negocio. Los dirigentes seccionales mediaban, vía comisión, entre los prestamistas y los maestros. Juan Díaz de la Torre fue parte central de esta trama. Por ejemplo, uno de sus aliados más cercanos dentro de la estructura sindical, José Bernardo Quezada, presidente de la Federación Democrática de Sindicatos de Servidores Públicos (Fedessp), es parte de la empresa Etesa, una de las principales beneficiadas con estas transacciones.
Los maestros accedieron a pagar esos intereses abusivos porque no hay crédito más caro que el que no se tiene, y porque hasta ahora tenían certidumbre en la permanencia de su empleo. El Issste no resuelve, ni de lejos, sus requerimientos de préstamos. El sucesivo saqueo y la mala administración dejaron a la institución sin recursos suficientes.
Pensar que los trabajadores de la educación van a aceptar la reforma educativa a cambio de una restructuración de sus préstamos es un arriesgado cálculo político. Suponer que el FobaSnte va a rescatar a Juan Díaz de la Torre es no conocer el grado de desprestigio que tiene entre los maestros. El apoyo gubernamental a un líder postizo e impuesto no hará más que complicar aún más el conflicto. Por lo pronto, los maestros democráticos se reunirán a comienzos de diciembre para definir qué hacer con su sindicato.
Twitter: @lhan55
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