viernes, 23 de mayo de 2014

México SA

Alzas modernizadas
El hada de los precios
Cuento sin final feliz
Carlos Fernández-Vega
A
probada la reforma energética que prometió reducir los precios de los combustibles, éstos no dejan de crecer. Mes tras mes, puntualmente, aumentan los relativos a gas, gasolinas, diésel y conexos, más tarifas eléctricas. No es novedad, cierto es, porque entre prometer y cumplir hay un mar de diferencia.
La versión oficial considera que con la apertura (léase privatización) del sector energético, el hada madrina de los precios moverá su varita mágica y los bajará, aunque la señora tardará en apersonarse, si es que algún día lo hace. De entrada, la política de gasolinazos se mantendrá en 2014, con lo que la presumida reducción no se dará este año.
Ya en 2015, y hasta 2019, la Secretaría de Hacienda fijará precios máximospara gasolinas y diésel y sólo habrá aumentos acordes al avance inflacionario, con lo que tampoco habrá reducción. En el mejor de los casos, y sólo en él, los aumentos serían a un ritmo menor, pero aumentos de cualquier suerte. Y en el año 2020 el precio quedará libre y los precios se fijarán de acuerdo con las condiciones del mercado (¿y en México, de cuándo acá el mercado ha bajado los precios?).
En el ínterin, Pemex mantendrá la exclusividad (hasta el último día de 2018) en la importación de combustibles, aunque en un año atrás, 2017, los mexicanos ya podrá gozar con la apertura de gasolineras de marca foránea, cuyos dueños no llegan precisamente a perder sus dineros. A partir de 2019 éstos podrán importar combustibles libremente. Y para ese entonces, el hada de los precios todavía no se habrá presentado con su potente varita mágica. Lo anterior, desde luego, sin considerar que la producción interna de combustibles de plano no levanta, de tal suerte que las gasolinera de marca extranjera la importarán directamente de sus refinerías y pondrán el precio que se les pegue la gana, en un mercado totalmente abierto y liberado.
En vía de mientras, un reciente análisis de la Cámara de Diputados advierte que el Sistema Nacional de Refinación se mantiene sin cambios sustantivos en la capacidad de transformación, al permanecer prácticamente estancada por más de tres décadas. El estudio refiere que sólo en 2011 se observó una caída en la producción de 2.2 por ciento, derivada principalmente del incremento en la cantidad de paros no programados en cuatro de las seis refinerías existentes en el país. Los resultados revelan la elevada concentración del sector Energía en la producción primaria, con bienes de bajo valor agregado y un alto contenido importado en bienes procesados, especialmente gasolinas.
Las pérdidas de operación de Pemex Refinación se triplicaron al aumentar de 111 mil millones de pesos en 2007 a 290 mil millones en 2011; su pasivo total ascendió en el último año a 757 mil millones, equivalente a 43.8 por ciento del pasivo total de Pemex; un saldo del fondo laboral de la subsidiaria por 249 mil millones, y un patrimonio negativo de 152 mil millones de pesos. El Sistema Nacional de Refinerías, debido a falta de efectivos programas de mantenimiento y reconfiguración, está imposibilitado para incrementar el procesamiento de mayores volúmenes de petróleo crudo, lo que implicó el constante incremento en las importaciones de petrolíferos y obviamente en el costo.
En México, la capacidad de refinación sigue sin cambios: 1.54 millones de barriles diarios, debido a la obsolescencia (la más joven data de 1979) y falta de mantenimiento adecuado de las plantas, el retraso de la construcción de la refinería de Tula, en Hidalgo (en realidad nunca se construyó) que incrementaría la capacidad de refinación en 250 mil barriles diarios. El proyecto de la dirección de Pemex de adquirir una refinería en el extranjero no se ha concretado y la participación que tiene Pemex con la trasnacional Shell en la refinería de Deer Park, en Texas, no genera ningún efecto adicional en la ampliación de la capacidad.
Debido a la reducida capacidad instalada de Pemex Refinación, los costos de reconfiguración, mantenimiento e importación se han incrementado sensiblemente. Solamente en reconfiguración y mantenimiento se acumularon más de 13 mil millones de dólares en los últimos diez años, según reporta la paraestatal, y las importaciones de gasolinas adquirieron una dinámica propia, advierte el citado análisis.
Al cierre de 2011, el volumen de gasolinas importadas representó 53.8 por ciento del volumen de ventas internas de gasolinas (54 de cada cien litros), lo que fue equivalente a un aumento de 12 puntos porcentuales respecto de 2007. Las enormes pérdidas operativas de Pemex Refinación se explican por el bajo nivel de ingresos obtenido en el procesamiento de petrolíferos y el elevado aumento de sus costos de operación: es un círculo vicioso en el que la falta de capacidad de refinación, por escasez de infraestructura, no genera ingresos y ello mismo aumenta la dependencia de importaciones de productos con valor agregado.
De 2003 a 2011 el volumen importado de gasolinas se incrementó 523 por ciento (al pasar de 69 mil a 430 mil barriles diarios), y en casi mil 800 por ciento la erogación (de mil 33 a 19 mil 540 millones de dólares) por tal concepto. Se gastaron 83 mil 304 millones de dólares en importaciones de gasolinas en ese lapso y nada hicieron para corregir la sangría. En tal periodo y con ese dinero el gobierno federal pudo construir nuevas refinerías de muy buena capacidad no sólo para erradicar la dependencia externa, sino para colocar excedentes en el mercado foráneo. Obviamente no fue así, y la anunciada refinería Bicentenario quedó, como siempre, en el discurso.
Con Vicente Fox en Los Pinos, México (cifras de Pemex) importó gasolinas, diésel, combustóleo y demás petrolíferos por 3 mil 656 millones de dólares; seis años después, en 2006, la cifra se elevó a 10 mil 29 millones de billetes verdes. Por este concepto en el sexenio se erogaron 30 mil 254 millones de dólares, un crecimiento sexenal de 175 por ciento. Con Felipe Calderón, en su primer año se importaron petrolíferos por 15 mil 797 millones de dólares; al cierre sexenal el monto ascendió a 29 mil 556.5 millones, un incremento de 87 por ciento en el periodo. Y con Enrique Peña Nieto en el primer semestre de estancia en Los Pinos se importaron petrolíferos por 12 mil 603 millones de dólares. Así, lo que al inicio del cambio se importaba en un año, ahora se importa en mes y medio, aproximadamente. De ese tamaño es el drama que bajará los precios.
Las rebanadas del pastel
Lástima. Este es un cuento que no tiene final feliz, pero no os preocupéis, que losmodernizadores aún tienen muchos otros que contar.
Twitter: @cafevega

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