Pensando en Carlos Pellicer, titulé discurso Por las flores al texto anterior, cuando mi intención era llamarle discurso Por los pobres.
Para remediar mi error, les comparto del mismo gran poeta, un fragmento lleno de esperanza de su poema Ansia de las Rosas. Con la imagen de un “rezandero” chontal de Tabasco, captada en 1982, por el fotógrafo Nacho López.
Algún día el maíz será de todos.
Algún día las cosas de la tierra
estarán en las manos juveniles
de otros hombres más hombres
y las rosas guadalupanas multiplicarán
los panes y los peces en los lagos,
y la inocente y poderosa milpa,
y en el taller de la ciudad profunda,
las palabras del Lirio
abrirán rosas nuevas,
más rosas, todas las que necesitamos,
y Tú, Señora de todos los cielos,
Madre nuestra, Lirio nuestro, Rosa nuestra,
estarás en la rosa de nuestros propios pechos,
Anunciada y Divina, Amanecida, Eterna.
Algún día las cosas de la tierra
estarán en las manos juveniles
de otros hombres más hombres
y las rosas guadalupanas multiplicarán
los panes y los peces en los lagos,
y la inocente y poderosa milpa,
y en el taller de la ciudad profunda,
las palabras del Lirio
abrirán rosas nuevas,
más rosas, todas las que necesitamos,
y Tú, Señora de todos los cielos,
Madre nuestra, Lirio nuestro, Rosa nuestra,
estarás en la rosa de nuestros propios pechos,
Anunciada y Divina, Amanecida, Eterna.
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