Gobierno apanicado
Videgaray-Carstens
Economía se desinfla
Carlos Fernández-Vega
E
l gobierno mexicano se muestra
apanicado(Fox dixit), y no sólo en lo político, sino por la delicada situación financiera internacional, en la que no tiene mínima capacidad correctiva y, por lo mismo, sabe que el coletazo terminaría por derrumbar la de por sí frágil estabilidad interna.
En este sentido, el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC) advierte que “contrario a su proceder ante otras situaciones de volatilidad e incertidumbre financiera, en México las autoridades monetarias respondieron (al Brexit) con un alza a las tasas de interés de 50 puntos base, decisión que la colocó en 4.25 por ciento. Ello va en sentido contrario a la posición asumida por los bancos centrales de las principales economías del mundo. La Reserva Federal tomará una nueva resolución hasta septiembre y el Banco Central Europeo tiene una postura de una mayor flexibilización, es decir, buscará disminuir el costo del dinero”.
Si bien se registra
volatilidaden los mercados financieros internacionales, aquí fue más que obvia la sobrerreacción de la política económica mexicana (léase el dúo dinámico Videgaray-Carstens), en el entendido de que el mensaje que el Brexit envió fue de un cuestionamiento al proceso de apertura económica aplicado durante las pasadas cuatro décadas: liberalización con beneficios limitados para una parte de la sociedad británica, particularmente para la más pobre.
La política monetaria restrictiva en México, apunta el citado instituto, fue precedida por el anuncio de un recorte presupuestal por casi 32 mil millones de pesos, el cual se suma al practicado en febrero pasado por 123 mil 500 millones. “Una consecuencia de lo anterior se verá en un encarecimiento del dinero, lo cual reducirá el consumo y la inversión privada. Si bien el objetivo de las autoridades económicas es conservar la conocida como ‘estabilidad macroeconómica’, es un hecho que esto se hará con un costo en el crecimiento económico, algo delicado en un momento donde la desaceleración sigue profundizándose, particularmente en el sector industrial de las manufacturas. Básicamente es la aplicación de una estrategia similar a la de los pasados 35 años, es decir, la que no genera crecimiento”.
De acuerdo con las autoridades monetarias mexicanas, su decisión busca evitar que la rápida depreciación de la moneda nacional observada durante los últimos meses y los ajustes de algunos precios relativos, “se traduzcan en un desanclaje de las expectativas inflacionarias en nuestro país. El temor del Banco de México es que la depreciación impacte los precios del consumidor. Una situación que se genera aun cuando la inflación anual en mayo fue de sólo 2.6 por ciento y la subyacente de 2.93 por ciento”.
En lo interno, dice el IDIC,
México enfrenta la profundización de la desaceleración económica que comenzó a observarse a finales de 2015, particularmente en la parte industrial. De hecho, la actividad productiva ya se encuentra por debajo de su potencial y la tendencia negativa se ha exacerbado.
Así, subraya el instituto,
puede plantearse que las medidas de política económica anunciadas (recorte presupuestal y alza de la tasa de interés del Banco de México) se aplican en un entorno poco favorable. De acuerdo con la más reciente encuesta del banco central (junio) la prospectiva de los analistas ubica al producto interno bruto con un incremento de apenas 2.4 por ciento para todo 2016, una nueva reducción.
Además, debe contabilizarse el aumento en el precio de los combustibles, y más recientemente el incremento de las tarifas eléctricas, especialmente las aplicadas al sector industrial.
Si bien la medida busca disminuir la presión sobre las finanzas públicas, es evidente que elevará el costo del transporte, tanto de bienes como de personas, y presionará al alza los precios al consumidor.
Lo anterior se refuerza con la información del Inegi de que la confianza empresarial vuelve a retroceder. Durante junio pasado, en su comparación anual y con datos originales, el indicador de confianza empresarial por sector de actividad mostró el siguiente comportamiento: el del sector manufacturero retrocedió 0.4 puntos porcentuales; el de la construcción 2.8 puntos y el del comercio 3 puntos.
El IDIC advierte que
no debe olvidarse que durante el primer trimestre del año la mayor contribución al crecimiento se derivó del consumo privado, parte del cual se encuentra vinculado al crédito (y a las remesas de los paisanos). Con el aumento de las tasas de interés esto se modificará. Algo similar ocurrirá con la inversión privada.
Por otra parte, el IDIC señala que el proceso de integración y globalización ha sido cuestionado por una nación, el Reino Unido, que durante siglos engendró connotados economistas y gobiernos que impulsaron e impusieron el libre comercio y la integración económica.
La salida de Gran Bretaña de la Unión Europea confirma que la mayor parte de su sociedad no percibe los beneficios de pertenecer a la misma, y su apuesta es que podrán estar mejor si recuperan el pleno control político y económico de su nación.
Detrás del resultado del Brexit se encuentra un intenso trabajo político de grupos nacionalistas que aprovecharon el mal desempeño económico de la Unión Europea: desde la última recesión se ha registrado un retroceso en el bienestar de los británicos y, desde luego, del resto de los europeos.
Un hecho adicional, detalla el IDIC, es que
Gran Bretaña mantenía sus reservas sobre el éxito de la Unión Europea. Sus autoridades optaron por mantener un margen de autonomía: entraron a la Unión pero no al euro, un escape ante la eventualidad de que las cosas no salieran bien. Dicho escenario se convirtió en realidad.
Como en otras naciones desarrolladas,
la brecha entre los segmentos de menores y mayores ingresos se ha ampliado, implicando una disminución de la clase media, es decir, la que genera estabilidad social en cualquier nación. El desencanto por la globalización no es privativo de Gran Bretaña. Los británicos hablaron y sus autoridades deberán buscar un nuevo camino para su integración con el resto del mundo, uno que reporte mayores beneficios a toda la población. Así, “el Brexit llegó en un mal momento para los aperturistas sin nacionalidad”.
Las rebanadas del pastel
Pues nada, tres meses de
medidas emergentescontra la contaminación en la megalópolis, con el fin de
proteger a la población de sus efectos negativos, y va de nuevo: hoy se aplica la fase uno de contingencia ambiental… Y el dólar cierra semana en 18.80 fracturados pesitos.
Twitter: @cafevega
No hay comentarios:
Publicar un comentario