Avalan diputados Ley de Ingresos // Falta la anuencia de los senadores
Carlos Fernández-Vega
C
on un pellizquito de más, respecto de la propuesta del Ejecutivo, ayer fue aprobada la Ley de Ingresos 2019, la cual ampara una bolsa de poco más de 5 billones 838 mil millones de pesos. Sólo falta la ratificación del Senado de la República, y el gobierno de López Obrador tendrá con qué operar sus programas, aunque 50 centavos de cada uno de esos pesos obligadamente se destinarán a nómina burocrática, pensiones y jubilaciones, e intereses de la deuda pública.
Es de suponer que la mayoría morenista en el Senado avalará lo dispuesto por la Cámara de Diputados, con lo que esa instancia legislativa concluirá su participación en el primer paquete económico del nuevo gobierno, toda vez que en materia presupuestal solo intervienen los inquilinos de San Lázaro, quienes, a partir del próximo sábado, definirán hacia dónde y en qué proporción se gastarán los dineros de la Nación.
Cocinado y planchado, pues, pero como bien lo advierte el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), las cifras que dejó el gobierno peñanietista
reflejan retos como incremento en la inflación, altos niveles de endeudamiento, elevada incidencia en la informalidad del empleo, así como bajos salarios y escaso crecimiento.
En su más reciente análisis, el citado instituto detalla que en términos inflacionarios los precios han mostrado un alza significativa, con lo cual no se espera alcanzar la meta planteada por Banco de México hasta 2020, presionando una economía que ha perdido poder adquisitivo, en particular por el incremento en los precios de los energéticos, impactando negativamente a las familias y a las empresas; con lo cual la tasa de interés además se ubica en niveles tan elevados como las reflejadas en 2009, cuando el país enfrentaba la crisis internacional.
Por el lado del endeudamiento, su incremento sustancial en el sexenio de Peña Nieto, sin olvidar el registrado durante el calderonato, deja poco margen a las autoridades entrantes, pues limita una avenida de recursos para el gobierno.
En términos de empleo, la tasa de desocupación está en un nivel inferior al de administraciones previas, pero aún con desafíos estructurales sobre la calidad de este: desplazamiento hacia salarios menores y alta incidencia en la informalidad.
Por lo que toca al crecimiento de la economía, el nuevo gobierno asume el reto del cambio estructural para pasar del promedio anual de 2.5 por ciento en el periodo neoliberal a otro superior a 4 por ciento y, sobre todo lograr que este avance sea inclusivo y con mayor desarrollo para todas las regiones del país.
La consigna de AMLO (
por el bien de todos, primero los pobres) es congruente con la lucha social durante su vida política; no obstante, se debe garantizar que al mismo tiempo no se descuide a otros segmentos de la población, en particular a aquellos sectores que impulsan empleos de calidad y bien remunerados. Por ello, la obsesión por el crecimiento y la inversión debe ser eje fundamental de su gobierno.
Las rebanadas del pastel
Dice el clásico que con dinero baila el perro… y las marranas también. ¿Dónde quedó el azucarado trato, el dulce discurso, la permanente genuflexión y las toneladas de miel que derramaba Carlos Pavón al hablar de su otrora
jefe, líder y amigo, Napoleón Gómez Urrutia? Ahora solo despotrica, por lo que sería más productivo que La Marrana–como este personaje es conocido en el ambiente minero– explique por qué, en diciembre de 2008, lo enchiqueraron en el Centro de Readaptación Social de Monclova, Coahuila, acusado de fraude y malversación por más de 18 millones de pesos a la empresa Altos Hornos de México, propiedad de Alonso Ancira, y por qué nunca regresó la fianza que por 5.6 millones de pesos pagó el sindicato que dirige Gómez Urrutia para que lo liberaran. Meses atrás en este espacio se comentó el
casualcambio de actitud y discurso de Pavón. Por si les interesa.
Twitter: @cafevega
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