Bernardo Bátiz V.
L
eí el libro de Tatiana Clouthier Juntos Hicimos Historia, Editorial Grijalbo, México, 2019, para preparar una presentación del mismo; desde su inicio me pareció una revelación en varios sentidos, coincido con la autora en convicciones democráticas y en la forma en que entiende el deber político: algo inherente a todo ciudadano y no solamente una carrera profesional o un compromiso temporal.
Se trata de un libro fresco, de buena fe, sencillo, bien escrito, sin grandes pretensiones literarias, pero bien cuidado y sin duda franco y veraz; si uno empieza a leer el libro no lo suelta; parece más que una obra escrita, una larga charla, un relato lleno de datos, de información, de observaciones inteligentes de la autora. Iba en el capítulo en el que relata cómo resolvió la disyuntiva entre ir a la Subsecretaría de Gobernación o a la Cámara de Diputados, cuando apareció, como nota a ocho columnas, que Germán Martínez Cásarez, ex panista como ella (y como yo) había renunciado a la dirección del IMSS y en una forma que algo tiene de teatral. Fue mediante una carta en la cual critica que los recursos económicos del instituto a su cargo dejen de ser directamente manejados por él y su equipo para serlo ahora por la Secretaría de Hacienda, y precisamente en el momento en el que los ataques sistemáticos al gobierno se recrudecen y agudizan.
Me chocó la forma de la renuncia, fundada o no, fue a mi parecer inoportuna o al menos, descortés y poco solidaria con el grupo político que le abrió las puertas. Reflexionando en eso, me vino a la mente el contraste entre las decisiones de los dos políticos, ambos ex panistas y ambos incorporados a la campaña del actual presidente.
Tatiana Clouthier pudo haber ocupado un cargo importante, subsecretaria de Gobernación, pero optó por quedar como una integrante más del Poder Legislativo para el que fue electa por el voto ciudadano; es diputada de representación proporcional de Morena; Germán Martínez fue electo senador, también por el voto de la gente, pero prefirió aceptar la invitación para ser director del Seguro Social.
En unos pocos meses simplemente cambio de idea y, para sorpresa de muchos, renunció al cargo en el Seguro Social y ahora regresa a su escaño en el Senado. Datos muy simples y evidentes: una carta en la que se duele de que la Secretaría de Hacienda tiene injerencia en la compra de medicinas y materiales de curación, que tradicionalmente eran adquiridos directamente por el IMSS. El titular del Ejecutivo federal contestó de inmediato, explicó que esa decisión forma parte del programa de compras consolidadas, con lo que habrá un ahorro palpable, esto como parte de la corrección de un sistema costoso y propicio a la corrupción.
La serenidad y la rapidez del nombramiento de quien sustituirá al renunciante, bajaron el nivel de escándalo que la carta de renuncia parecía desatar. Todo quedó en eso y ahora, aun cuando sea a toro pasado, me permito compartir un par de reflexiones sobre el asunto.
En otras ocasiones he expresado mi opinión sobre el papel que juega el Poder Legislativo en esta Cuarta Transforma-ción; creo que frente a los cambios que el Ejecutivo va marcando en forma clara, el legislativo, al menos, se ha que-dado unos pasos atrás; continúa la práctica de eludir el debate abierto en el pleno para aprobar o rechazar propuestas e iniciativas y se mantiene el más fácil procedimiento de negociación cupular, con todos los riesgos y prácticas heterodoxas que esto acarrea.
Puede ser que aún no sea el momento para un cambio de fondo en el parlamento y, también, que quienes están con la responsabilidad de la representación nacional, no estén todavía dispuestos a correr el riesgo de una vida parlamentaria plena. Por eso, a un hijo pródigo que regresa al Senado, salen obsequiosos a recibirlo no un padre alborozado por el retorno, sino varios, que se lo disputan para sus grupos parlamentarios; un voto es un voto.
Finalmente, vuelvo al libro de Tatiana Clouthier. Para quienes hicimos la campaña triunfadora de Morena desde trincheras locales más modestas, asomarnos al libro Juntos Hicimos Historia es una forma de entender y compartir los momentos claves de esa etapa crucial de nuestra historia; los debates, los post debates, las angustias, los estados de ánimo durante los días críticos, las respuestas ingeniosas de la gente, todo el trabajo agotador; atisbar
el cuarto de guerra, es una experiencia y un modo de entender y compartir la esperanza. Tanto esfuerzo no puede quedarse sin dar frutos.
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